Me remonto al año 2001, con 15-16 años, un joven con todo el futuro por delante (hoy con todo un pasado que echo de menos) y un gusto por la música que se incrementaba cada día y cada fin de semana en que trataba de ir a una tocata. En efecto, iba harto a eventos o cualquier tontera donde se tocara música para pasarlo bien con los amigos. Además, siempre me gustaron los mosh, a pesar de algunos golpes recibidos, alguno que otro mal rato buscando la zapatilla perdida, o limpiándose el labio roto o la sangre de la nariz después de meterse en uno.
Eran buenos tiempos, de esos cuando tenías más tiempo y la cicatrización era más rápida. De esos tiempos en que vas descubriendo la música y te vas formando junto a ella. Digamos que era de esos chiquillos que vivió como muchos la transición de lo análogo a lo digital.
Recuerdo entonces un suceso de aquel periodo. Un amigo me prestó un cassette de una grabación de una radio (Hace trece años los cassettes aún eran masivos), no recuerdo si era la Concierto, Futuro, Horizonte o Rock & Pop (Era la Radio Tiempo -aporte de Diego A. Arcis-). Se trataba de una presentación radial en un programa que tampoco recuerdo… de los nacionales BOA. “Ni puta idea qué es BOA” –era lo que pensé– para mi BOA era la banda que tocaba el opening de Serial Experiments Lain, una animación japonesa. Recomendable, por cierto.
Puse entonces el famoso tape en un minicomponente Philips, una maravilla de los 90, y tuve una de esas epifanías momentáneas que te paran los pelos. Me ha pasado pocas veces. Por ejemplo, en ese mismo año (2001 para los que no vuelven a leer atrás), cuando escuché por primera vez Opening of the Mouth de Nile (Amongst the Catacombs of Nephren-Ka - 1998) y el Death Metal tomó otro rumbo en mi vida; o cuando escuché la liberación de People=Shit de Slipknot previa a la salida del disco Iowa (2001), una verdadera oda al odio.
Esa epifanía comenzó sonando con Extinción, con un sintetizador de fondo y un doble pedal lento pero preciso (ejecutado por el ex-baterista de Coprófago, Marcelo Ruiz -aporte de joselo-) acompañado de los riffs carnazas de Don Gerhard Wolleter; riffs sin parafernalia excesiva, pero con un peso sonoro y una ejecución notable que captó mi atención de inmediato. Luego venía la guinda de la torta: Don Gustavo “Caballo” Romero, al mando del bajo y con un carisma y vozarrón impresionante. Era como si a Javier Miranda le diera por cantar Metal: gutural bien modulado y en español. Y ahí entró con honores “Mortal, hombre destructor, no eres aporte más solo dolor”… al hueso, como todas las demás letras.
Siguió sonando después Mil Años de Dolor, Dios y Puerco (canción que destaca además por aparecer en la película Ángel Negro de Jorge Olguín, del año 2000), por nombrar algunas entre todas las que tocaron. Puras patadas positivas a la pera. A excepción de Coma, tocaron prácticamente todo el disco homónimo del 2001 (Disco cuya carátula pareciera ser el resultado de una dedicación ortodoxa al ñoco y al ácido lisérgico). No olvidar tampoco que tocaron Arise de Sepultura, tremendo cover, hasta el momento uno de los mejores que he escuchado en mi corta pero larga vida.
Madre mia, no exagero al decir que había descubierto una nueva banda y más encima chilena que me había emocionado. No nací metalero ni tuve tantos amigos que lo fueran, para mi descubrir el mundo del Metal empezó paulatinamente desde los 13 años, por ende tenía toda la capacidad de sorpresa.
Luego hice de ese cassette prestado una copia. Me acompañaba para todos lados. Lo escuchaba constantemente en mi personal estéreo, dándole vueltas con el lápiz BIC y aprendiéndose la distribución de la cinta en el carrete del cassette para los temas favoritos; en el viaje de la 133 “Macul-Renca” al colegio o en la 666 “Renca-Macul”, la micro más real y oculta de las amarillas. Y de ahí vino el seguimiento: esperar que Caballo y compañía se presentaran en alguna parte… y ahí estaba para disfrutar de lo que hacían.
Mi primer acercamiento como seguidor de la banda fue en un baño –no piensen mal– de la extinta Laberinto. Recuerdo haber entrado a hidratarme y mojarme un poco la cabeza, posterior presentación de BOA, y veo a don Caballo invocando a Guajardo por el esfuerzo en el escenario. Si bien no era el acercamiento más oportuno, le esbocé un “Buena Caballo, se pasaron” y el frontman fiel a su simpatía y seguimiento de la real academia de la lengua, me mira y responde “¡Estoy pa la cagá hueón, muchas gracias compadre!”. No es menor agregar que gracias a cabecear tanto con las presentaciones de BOA, en una de esas me provoqué una lesión cervical que me tuvo una semana sosteniéndome la cabeza; lesión que por tontera juvenil se hizo crónica y me pasa la cuenta de vez en cuando. Así que de repente presencio eventos más tieso que Tom Araya.
Hace ya algún tiempo los muchachos –ya no tan muchachos y yo más cercano a la edad de ellos cuando los veía– han sacado nuevo disco. Han vuelto a las andanzas después de varios años, con la misma brutalidad y efectividad que los caracteriza: música al hueso, honesta, llena de fuerza y en español. Eso puede verse reflejado en BOA 2 y en las últimas presentaciones que han tenido con varias bandas del circuito nacional.
Hoy aquellos músicos que me brindaron grandes momentos de locura y mosh cuando era más chico, van a estar en The Metal Fest 2014, el festival más importante a nivel nacional para el género. No quiero ser menos y espero poder estar en aquella magna ocasión, rememorando al Pablo de trece años atrás, quedando sin voz al apoyarlos y quizás en una de esas, llevándome otra gracia cervical de la cual no estaré orgulloso, pero que recordaré como parte de las cicatrices de guerra de una de las bandas que más me han marcado como seguidor de esta cosa llamada Metal.
Concluyo diciéndoles que BOA es de las primeras bandas chilenas que escuché, y yo como muchos… no escuchaba Metal chileno.
Desde un seguidor anónimo: ¡Muchas gracias BOA! Nos vemos en el escenario en el que se merecían tocar.
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Sábado 26 de Abril, 2014 – 11:00 Hrs. – THE METAL FEST 2014:
- Lugar: Movistar Arena
- Bandas internacionales: Megadeth, At the Gates, Hypocrisy, Voivod y Dark Angel
- Bandas nacionales – Escenario Apocalyptic:
Vastator, BOA, Cerberus, Inferis (Stgo.), Rancho, All Tomorrows, Idol, Folkheim y Pentagram Chile - Bandas nacionales – Escenario Darkness:
Afterlife, Martyrium, Conflicted, Neuromante, Lefutray, Crisalida, Claudio Cordero Trio, Gangrena y Warbreath - Precios:
$30.000 (33.600 c/cargo)- Primera Preventa
$33.000 (37.000 c/cargo) – Segunda Preventa
$35.000 (39.200 c/cargo)- General - Puntos de venta: Sistema PuntoTicket, Callcenter 600 462 6000, Tiendas Ripley y Cinemark. Sin cargo en Disquería Rockaxis, The Knife y Rock Music (Eurocentro).