En estas líneas lo primero que corresponde es agradecer la oportunidad que me da Collapse de escribir respecto de nuestra escena en la perspectiva de alguien que forma parte activa de ella como músico, y obviamente felicitarlos por el cambio de cara que han estrenado en su sitio y el apoyo sostenido que brindan a las bandas locales.
Precisamente, me parece que con el avance de los años se podría decir que estamos experimentando un crecimiento importante del nivel de nuestro circuito al menos en lo que se refiere a la forma de trabajar de las bandas y de la difusión que se está teniendo gracias a las tecnologías de información.
Por lo mismo es que se extrañan locales de mayor convocatoria, como los de antes (Lautaro, Manuel Plaza, Gimnasio Nataniel, Teatro Carrera, etc. etc.), donde se pueda palpar este crecimiento y se logre una mayor comunión entre grupos.
“En esa época las autoridades prometieron levantar en el mismo lugar donde cayeron las ruinas del Plaza, un nuevo y moderno gimnasio que daría los mismos espacios para la música chilena alternativa. Puro humo, no pasó nada”
Si bien existe conformidad, porque al menos podemos desplegar nuestro Metal en locales que se la juegan por este tipo de música y que hacen lo posible por tener un recinto con el equipamiento indicado para tocar (Escenario, luces, amplificación), hay que reconocer que, por el buen desarrollo que han tenido muchas agrupaciones, nos merecemos quizás un lugar donde la audiencia supere a la que asiste a un bar y donde se puedan hacer festivales grandes, de nivel, como antes. Donde se genere esa identificación masiva con el Metal Chileno.
Yo tuve la oportunidad de tocar en el último concierto del Manuel Plaza (Diciembre de 1996), fue una noche memorable, tres mil chascas y mosh por todos lados y todo gracias al buen metal chileno.
En esa época las autoridades prometieron levantar en el mismo lugar donde cayeron las ruinas del Plaza, un nuevo y moderno gimnasio que daría los mismos espacios para la música chilena alternativa. Puro humo, no pasó nada.
Cuando hablo del buen desarrollo de las bandas, me refiero a que muchas se han preocupado de profesionalizar bastante el trabajo, grabando discos de alta calidad, tanto en sonido como en el material visual de la producción, la promoción es fuerte, se han preocupado de tener un show acorde con este producto y que su presentación en vivo sea potente y sólida en cuanto a la ejecución y el sonido.
Pero faltan dos cosas: Que quienes organicen los conciertos inviertan en montar un espectáculo bueno para los que van a pagar sus entradas. Si bien hay muchos que sí lo hacen (Master Inc. es uno de ellos), otros aún caen en el desorden, falta de equipamientos de calidad para los músicos y una serie de incomodidades que a la postre atentan contra el recital y contra las bandas. Esto es extensivo para regiones, aunque allá tienen las puertas más cerradas para poder hacer recitales, así que les reconoce el esfuerzo por mantener viva la escena.
Y segundo: Que los dueños de locales más grandes se atrevan y abran sus puertas al Metal. Que lo vean como una opción viable, porque hay público, la gente está yendo a los recitales. Somos miles en todo Chile. Esta escena necesita su nueva catedral, un nuevo mega-lugar donde puedan llegar 3 mil chascones a cabecear temas de bandas nacionales, como en los viejos y gloriosos tiempos.