Tras el lanzamiento del sorprendente disco debut de la agrupación progresiva nacional Mahesh, quisimos contactarnos con su bajista, vocalista, tecladista y fundador, Inti Oyarzún (ex-Matraz). El músico criollo −que actualmente reside es Estocolmo, Suecia− accedió a una entrevista y contarnos en ella acerca de este peculiar proyecto, que mezcla la fuerza del metal con la sensibilidad del jazz y el folclor chileno.
Inti, ¿Hace cuánto planeabas editar Procesos?
Fijar la música con la que el proyecto Mahesh fue creciendo fue siempre una idea central desde su formación, en algún momento del año 2002.
Sabemos que la escena nacional tiene poco o nada que ofrecer al músico que dedica su vida a la creación honesta. Nuestra idea era el fijar este material para dejar un testimonio de nuestro trabajo colectivo y como una muestra de como aún en las peores condiciones se pueden lograr consensos respetuosos entre sus integrantes para un fin común, léase crear música bella a nuestros oídos, simplemente porque sí. Sin importar el resultado.
Y los músicos, ¿cómo reaccionaron al conocer tu propuesta?
El formar y/o pertenecer a una banda que se dedica al arte en su más pura manifestación ha sido y será probablemente lo que me mantiene vivo como músico en otras facetas menos gratificantes del oficio.
Los músicos que pertenecen a Mahesh son todos profesionales asombrosos, de primera línea y con una identidad estética extraordinaria. Ellos se fueron integrando progresivamente al proyecto, cada uno a su paso, cada uno según sus posibilidades, entregando su tiempo y su talento incondicionalmente.
Aprovecho la ocasión para expresar públicamente mi gratitud y admiración hacia ellos y en particular a Eric Troncoso, sin cuyo esfuerzo este disco no hubiera visto luz alguna.
¿Cuánto demoraron en grabar el disco? ¿Dónde lo hicieron? ¿Les costó mucho?
Este fue todo un “proceso”. La fijación se fue dando por partes, de a poco y a veces incluso con espacios de meses entre sesión y sesión, principalmente por falta de recursos ya que fue totalmente financiado por nosotros. De esta forma la grabación tomó en total un año y medio aproximadamente.
Se registró la batería antes de que Ramón Plaza viajara a Suiza, así que el disco está marcado por una especie de marcha contra el tiempo y el dinero. Posteriormente, se grabaron los instrumentos restantes uno por uno, voces, etc. Para finalmente dar paso a la mezcla y masterización.
Apuramos el paso un poco en la medida que se acercaba mi viaje a Suecia, la idea era tener el disco finalizado antes de esto.
De no haber sido por el increíble talento de nuestro sonidista Juan Pablo “Prabha” Quezada en los estudios “Santuario Sónico”, no me quiero imaginar cómo hubiera sido el resultado final.
El disco fue producido en su integridad por Eric, Prabha y yo, tal como el diseño de la portada y su diagramación se la debemos en gran medida a Eric.
Los fans de Mahesh se merecen verlos alguna vez, ¿tienen en mente lanzarlo oficialmente con una presentación en vivo?
Es algo que lamentablemente veo difícil, al menos en Chile. Sí hay rumores de viajes hacia acá, Europa, pero todo eso está en veremos.
Aún con todos sus integrantes en Chile, éramos bastantes reacios a la idea de tocar en el país, no veíamos el punto. Tras mi experiencia con otras bandas y junto con las visiones de los otros integrantes de Mahesh, no teníamos la intención de tocar por todo Santiago, para pagar nuestras propias tocatas y terminar tocando, en el mejor de los casos, en La Batuta, o peor aún, en la Quinta Vergara.
No somos payasos, no somos imitadores, no hacemos circo ni show, no somos entretenedores. Somos músicos que crean y ejecutan música, ese es el concepto central de Mahesh. No hay espacio para nosotros en un mundo anticultural como el chileno.
El poco apoyo que podríamos obtener está reservado a contactos limitados, que es lo que vemos cada año en cosas como FONDART o los premios ALTAZOR donde los mismos ganan cada año una y otra vez, sin dejar espacio alguno a nuevas y genuinas propuestas. Y éso te lo digo yo, que me gane el FONDART.
Lamento que paguen santos por pecadores, pero ésta es nuestra forma de protesta pacífica para con nuestra anticultura nacional.
Nuestro disco está dedicado a la gente que realmente aprecia nuestra música. Procesos es nuestra compensación hacia ellos.
¿Cómo es esto de tener carrera en tu país natal tanto como en uno tan lejano como Suecia? ¿Se extraña la patria?
No es fácil contestar eso. Lo que si te puedo decir es que más que patria, lo que extrañas es la gente que amas. Tal como hay cosas y en particular idiosincrasias e instituciones de las que te alegras estar lejos… Son las personas las que te estrujan el corazón y te lo inflan de esperanza en momentos complejos. Así y todo también tengo gente amada acá en Suecia, así que supongo que es mi condena, estar un poco repartido entre estas dos naciones, cada una con sus bellezas y horripilancias. Nunca me sentí completo en Chile y es esto lo que estoy intentando remediar. Supongo que a la larga tampoco me sentiré completo acá. Todos cargamos una cruz, lo que no es necesariamente malo.
Noche, el remake del tema que compusiste para el ya casi legendario debut de tu ex banda, Matraz, suena muy distinto de la versión publicada en 1999. ¿Qué te parece como autor? ¿Qué versión te ha dejado más contento?
La idea con esta versión de Noche era el poder escucharla como lo quería hacer de una vez por todas, sólo eso. También fue un interesante desafío arreglárselas sin el teclado y dejar la voz en manos de Francisca Moraga. Por un lado se buscó darle el toque brutal y tomarse el tiempo de pensar en cada sentencia melódica antes que apresurar su desarrollo, algo que suele pasar cuando uno es músico joven. Las partes rápidas están más rápidas y las partes lentas, incluso más lentas, otro detalle. Esta versión intenta dar una impresión un poco más redonda de la pieza musical, sin extensiones innecesarias.
Sin duda que esta Noche me deja más conforme ya que posee más de mi visión musical actual y está ejecutada por los músicos de Mahesh, pero a pesar de ello, no es mi track favorito de Procesos.
La venta del disco, porque me imagino que a nuestros lectores les ha de interesar adquirirlo, ¿cómo se realiza?
¿Planes para una secuela?
Si estuviéramos en el mismo país, probablemente ya tendríamos el material para otro disco. No hay que olvidar que este álbum tiene en su mayoría piezas musicales compuestas entre mis 17 y los 23 años. Ya no tengo esa edad (risas).
Pero había que fijar esos temas para seguir el camino.
¿Tienes otros proyectos musicales?
Acabo de encontrar integrantes para un nuevo proyecto acá en Suecia. La banda se llama Burning Fuel, ha tenido un sólo ensayo y posee una única canción. Lo estoy orientando hacia una forma pura de Rock/Metal, con canciones a diferencia de mis otros proyectos donde casi siempre han sido obras más largas y complejas. Quiero darme un tiempo para explorar y disfrutar la belleza en la simplicidad ahora.
Cambiado un poco el centro de la entrevista, ¿qué opinas de la escena progresiva nacional? Encontrarte sumido en ella te dará algún punto de vista….
No creo poder contestar esa pregunta sin herir sentimientos y egos así que me obligas a ser muy diplomático.
Solo puedo decir que todo lo nacional, incluyendo la escena progresiva, sufre de un retardo inmenso y una falta de identidad terrible. Hay pocas expresiones culturales chilenas de las que me siento realmente orgulloso. Puedo nombrar a Violeta, Gabriela, Víctor o Pablo Neruda… Bandas como Congreso o Fulano son valores excepcionales que se han perdido por las razones que he expuesto en esta entrevista.
Gente como Mariela González, la excepcional voz de Isabel Parra o el disco “Barricadas” de Santiago del Nuevo Extremo, son cosas que no se han repetido.
La escena progresiva −con la posible excepción del trabajo de Matraz, incluyendo por supuesto Gritaré, junto con Tryo y la notable ejecución instrumental de Octopus− deja mucho que desear.
Esta es mi opinión personal y no representa necesariamente la visión de Mahesh.
Muchas gracias por tu tiempo, Inti. Esperamos que el éxito siga en el futuro.
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