TítuloConverging Ages
Duración58 Minutos, 34 Segundos
Fecha de LanzamientoDiciembre, 2008
GéneroDeath Metal
Tipo de LanzamientoLP
Página Webhttp://www.myspace.com/inannachile
Contactoinannachile@hotmail.com
- Doom Of Mankind
- Gilgamesh
- Beyond Time And Memory
- The Delicate Balance Of Terror
- The Lighthouse
- Embracing The Fleshless Ecstasy
- Astral
- Sea Of The Dead
- Max Neira(Voz, Bajo)
- Diego Ilabaca(Guitarra)
- Carlos Fuentes(Guitarra)
- Felipe Zará(Batería)
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Tuvieron que pasar siete largos años luego del lanzamiento de su primer demo del año 2001 (*), para que por fin viera la luz Converging Ages, el debut discográfico de los capitalinos Inanna. Grabado en los estudios Maestro 3, con la colaboración de Claudio Salinas, y masterizado por el guitarrista de la banda, Carlos Fuentes; Converging Ages reúne en 8 pistas toda la experiencia adquirida por Inanna en estos largos años de silencioso trabajo, los que quedan plasmados en una placa llena de texturas, brutalidad y atmósferas que, en casi una hora de música, recogen una amplia gama de sonidos metálicos y sonoridades que de seguro podrán enganchar desde al más acérrimo fan del Death Metal hasta a los fanáticos de lo progresivo y experimental.
La propuesta sonora de Converging Ages, tal como anunciaran en varias ocasiones los miembros de la banda, intenta alejarse de las propuestas modernas, generadas en su mayoría por circuitos digitales. Por el contrario, lo que se entrega es un disco cuya sonoridad es claramente natural y carente de ayudantes digitales. Con esto, los capitalinos se vuelcan hacia un sonido clásico, violento y sumamente grueso para rememorar aquellas propuestas acústicas que hoy en día veneramos. Resulta imposible no encontrar reminiscencias a Morbid Angel, a Immolation o incluso a los holandeses recientemente reunidos de Pestilence. Es por esto que escuchar a Inanna resulta un manjar para el paladar de todo Death Metalero que aprecie la brutalidad y la honestidad por sobre la maquinaria digital que, hoy por hoy, es como otro integrante de las bandas de este estilo musical.
Junto con el violento comienzo que se desata con Doom of Mankind (quizás uno de los temas más reconocidos de la banda), destaca enormemente el vozarrón de Max Neira (Voz y Bajo), quien vomita con gran fuerza guturales muy rasposos y bien trabajados, que son acompañados en multitud de ocasiones y muy a la vieja usanza, por los agudos guturales de Felipe Zará (Batería y Coros). El sonido de la batería se mantiene incólume y sólido a través del disco, pero además significa una vertiginosa base rítmica que sin mayor reparo recorre desde el más brutal blastbeat hasta tranquilos parajes progresivos en tres cuartos. Finalmente, y no menos importante, es el soberbio trabajo en guitarras que realiza la dupla conformada por Diego Ilabaca y Carlos Fuentes. Las cuerdas de ambos guitarristas entregan riffs de excelente factura Death Metalera, pero a la vez interpretan pasajes acústicos que me recuerdan sonoridades tan diferentes como lo que hacia Opeth en Morningrise y Orchid, pasando por lo que Pestilence y Atheist acostumbraban a trabajar en forma acústica, hasta ligeras pinceladas muy en la vena de Pink Floyd.
Es que probablemente el gran acierto de Converging Ages yace en ser un disco escuchable como un todo, detrás del cual se puede ver una cuidadosa selección de temas y propuestas sónicas. Una de las primeras impresiones que el escuchante tendrá del disco, es el logrado balance entre brutalidad y serenidad que posee. Porque Inanna sirve de guía en un paso desde acelerados blastbeats en The Delicate Balance of Terror o Embracing the Fleshless Ecstasy, a notables composiciones como Beyond Time and Memory o The Lighthouse, donde se combinan la exquisitez acústica con la verticalidad y brutalidad inherente al Death Metal. Esta virtud puede sonar a debilidad para algunos; en cuanto a que buena parte de los seguidores del Death Metal esperan en su mayoría pura fiereza y velocidad; y Converging Ages no es precisamente un combo en el hocico. El disco muestra lucidez por sobre todo; y dentro de este marco se desenvuelven una amplia gama de sonidos que pueden servir como puerta de entrada al Death Metal en su rama menos brutal. Finalmente, Sea of Death sirve de broche de oro al disco, porque durante esta pieza de 17 minutos la banda recorre todos y cada uno de los elementos antes mencionados, haciendo de ésta composición un monumento que, sin requerir mayor digestión, se transforma en una musicalización de lo multiverso.
Destacable también es el trabajo en las letras del disco, todas salidas de la mente de Max Neira. Es que la banda habla de temáticas tan distantes como lo son la mitología sumeria, la decadencia de la sociedad humana y la perversión de los dogmas religiosos imperantes. No resulta extraño, ya que en los créditos del disco Neira agradece “a la desesperanza y perversión del mundo” como la gran influencia a la hora de escribir las líneas que componen el disco. Es que, sin pelos en la lengua, no escatima recursos en criticar de forma ácida y directa las temáticas antes mencionadas. El artwork es quizás el punto más bajo de toda la producción, sobre todo por el pobre diseño con el que se presentan tanto el inlay como la parte trasera de la caja del compacto. Ambas partes quizás pudieron tener un aspecto mucho menos deslavado si se hubieran utilizado los motivos que forman parte del booklet del disco, que es lo mejor del trabajo artístico del álbum. Pero claro, seguramente aquí la banda tuvo que economizar gastos, ya que resulta lógico que el precio de una impresión depende de la calidad de ésta.
Al fin y al cabo, Converging Ages no es sino un punto de convergencia de años de experiencia y aprendizaje, que desembocan en un larga duración que tiene tantas texturas como blastbeats por segundo. Además, siempre se agradece cuando un disco con una propuesta musical tan interesante como Converging Ages venga de la mano de una cuidada producción y un sonido pulcro, directo y bien logrado, como en este caso. Es esta combinación de elementos la que hace que, a título personal, Converging Ages sea una de las producciones de Death Metal más notables que ha entregado esta larga y angosta faja de tierra en los últimos años, una tierra donde suelen decir no se sabe hacer Metal. Pero claro, nuestra tierra suele ser el paraíso en lo que a palabras sin fundamento se refiere.
(*): Siendo estrictos, el primer Demo de Inannase titula The Condemned y data del año 1999, pero de la banda que grabó aquél Demo y el estilo que practicaban en aquel entonces, no queda casi nada.