TítuloSadness Reflections
Duración63 Minutos, 38 Segundos
Año de Lanzamiento2013
GénerosDeath Metal, Doom Metal
SelloAustralis Records
Tipo de LanzamientoLP
Página WebLapsus Dei
Contactoinfo@lapsusdei.org
- Intro
- Our Funeral
- Dreams
- The Meeting
- Eternal Places Pt. 2
- The Wormhole
- Eternal Places Pt. 3
- Absences
- The Great Loss
- Visions
- Take me Away Madness
- The Eternal Seeking
- The Cry of Mankind
- Julio Leiva(Voz)
- Rodrigo Poblete(Guitarra y Voz)
- Jorge Alquinta(Guitarra)
- Juan José Ulloa(Bajo)
- Gabriel Carreño(Batería)
- Vika Yermolyeva(Pianos)
- Alejandra Lavisse(Violín y Viola)
- Fernando Auristondo(Voz)
A mis manos llegó Sadness Reflections, segundo larga duración de Lapsus Dei, material que vió la luz a finales de Marzo del presente año y sucesor del EP In Our Sacred Places (2010). Luego de estos tres años de espera, los nacionales nos ofrecen un trabajo con un espectro temático bastante desolador: “Tristes reflexiones” de un ente embarcado en una eterna cacería de consuelo en el umbral de la vida y la muerte, un limbo que atormenta a un personaje con bastante tendencia al Edipo: la búsqueda del regreso a (y de) la “madre”, en una súplica de corte metafísico. Eso si, es cuestión de mis interpretaciones, queda libre para quien tome el booklet y haga una revisión de las letras crear su propio imaginario.
Ahora bien, partamos por un plano descriptivo. Sadness Reflections posee doce cortes originales más el cover The Cry of Mankind de los británicos My Dying Bride (que para que estamos con cosas, son notoria influencia en Lapsus Dei), versión de la que más adelante hablaremos. Pero son doce cortes (originales) que deberían ser once, puesto que hay una extraña separación entre el track 1 y 2 (Intro / Our Funeral), que deberían haber sonado como un solo tema, dejando el material con trece canciones, lo cual no resiste explicación lógica; salvo que alguien quiera imaginar la connotación tras el número 13 (Muerte), lo que le daría fuerza al discurso de la banda.
Destaca también el aporte de la pianista ucraniana Vika Yermolyeva, quien ha logrado fama a nivel mundial a través de las redes sociales, gracias a sus interpretaciones poco convencionales de canciones conocidas del género Metal, siendo un grandioso aporte al desarrollo temático e instrumental de Sadness Reflections. No menor, es la integración también de Alejandra Lavisse y Fernanda Auristondo, prestando soporte en violín/viola y voces respectivamente.
En lo musical, hay mucho para conversar, sentándose a debatir posiciones afines o contrarias. Sabemos que el Doom Metal padece de un letargo característico, que busca atmósferas melancólicas y cierta planitud organizada. Ligados a esto, en Sadness Reflections nos vamos a topar con varios clichés de la rama. No esperen encontrarse con la innovación o vanguardia del género, sino con un material que propone dentro de lo convencional, sumando partes que le otorgan ciertos grados de identidad. No obstante, había algo que cuidar, y es esa atmósfera propia del Doom que “sumerge” al oyente en un estado especial, que se obstaculizó por razones de materia compositiva y de factura.
Respecto a la calidad del sonido, esperaba mucho más. Los elementos no parecen lograr un conjunto bien integrado, a excepción de los pasajes más melódicos o acústicos donde si se integran y donde rescato al bajo por sobre todas las cosas, el que se complementa de gran manera con el resto de los instrumentos; además de destacar a nivel general por el precioso sonido que proporciona un bajo sin trastes (Fretless), correctamente ejecutado por Juan José Ulloa, el que se roba el protagonismo dando mayor dinámica a la planitud manifestada por las guitarras (Rodrigo Poblete y Jorge Alquinta). Y en este último caso, no estoy hablando de un problema de ejecución, porque ambos tocan bien, sino de composición. Al estar en juego dos guitarras que hacen lo mismo armonizando en la octava, la estructura se vuelve monótona, además de tener riffs bastante planos, los cuales pudieron haber sido mejorados a través de arreglos (Volviendo a mencionar al bajo, pongan bastante oído a cómo este “escapa” del resto para dar mayor dinámica).
Sobre la voz, Julio Leiva desata su potencial gutural con una correcta interpretación, la cual pudo haber matizado más escapando de los fraseos para levantar y reforzar la ejecución instrumental, en un estilo donde es muy necesario que el vocalista sea portador de emociones. A este último efecto, se suman Rodrigo Poblete y Fernanda Auristondo en ciertas ocasiones, complementándose por sobre todo de muy buena manera en las partes melódicas.
En relación a la batería, el puesto dejado por Danny Cerda fue tomado por Gabriel Carreño desde 2012. En este caso sucede algo extraño, puesto que no es un mal baterista, pero no puedo quitarme la sensación de momentos forzados (El desenlace de Eternal Places Pt. 2 es el más claro ejemplo). El problema de fondo aquí fue tocar lo necesario cuando se requería, pero no estuvo muy bien integrado.
Lo más alto de este material son las transiciones melódicas, el bajo, los aportes de Vika y las cuerdas de Lavisse, donde lograron un excelente cometido en cuanto a la formación de atmósferas. Las guitarras mejoran ostensiblemente en sus versiones acústicas (Absences es un gran tema en este sentido, y a mi gusto el mejor logrado del LP) o en algunos parajes de mera instrumentalización. En si, el disco crece a medida que avanza, no objetando las carencias que he mencionado, llegando a una conclusión más calma, pero poderosa como The Eternal Seeking (Que me trajo a la mente Grasping the Awe de Dark Castle, del Spirited Migration); seguida por The Cry of Mankind, un cover a My Dying Bride, una versión bastante similar a la de los británicos, pero con guturales y algunos arreglos que la hacen más pesada. Sin duda debe ser un gusto que se dieron por lo que significa la influencia de esta agrupación en el campo del Doom Metal.
Respecto al formato y arte del disco, nos encontramos con un digipack de seis caras de gran edición, más un booklet completísimo a todo color, con un buen trabajo fotográfico realizado por BlackLight Estudio (contacto@blacklightestudio.cl), más el arte de Vladimir Chebakov, dando vida a un material de tonos oscuros, cargados a la superposición de imágenes erosionadas, coherentes a la temática de Sadness Reflections. Esta vez, a diferencia del EP anterior, cuidaron el desarrollo y coherencia tipográfica, incluso armando los versos de las canciones con distintas fuentes para lograr una imagen visual particular, cercano al concepto de caligramas.
En conclusión, no encontraremos en este material algo que trascienda más allá de haber realizado un disco bajo los patrones conocidos del Doom, pues en aquel sentido, es un camino correcto. Sin embargo, no se trata de inventar la rueda, sino de hacerla girar a nuestra manera. He ahí el punto esencial, haberse olvidado un poco de la personalidad y espíritu que cada banda puede tener, dejándose a la usanza de lo que ya se ha escuchado. No desmerezco el esfuerzo realizado, sabiendo lo que cuesta comenzar, desarrollar y culminar un proyecto de este tipo, pero la suma de todos los factores pone en evidencia que a pesar de tener momentos; buena temática literaria; de que inevitablemente te quedarás con algunos riffs e instantes pegajosos en la cabeza… estos no se reflejan en la trama completa.
Quizás no estoy tan convencido a la primera “oreja”, por lo que la invitación (incluso a mi mismo) sería a madurar el álbum y dejarlo añejar un poco en los oídos.