Pentagram Chile – The Malefice

¿Son veintisiete años tiempo suficiente como para que una banda –a pesar de sus altibajos- tenga la capacidad de plasmar su trayectoria, sentimientos y experiencias en las tablas dentro de un disco de música? ¿Son veintisiete años tiempo suficiente como para que los chascones de antaño puedan volver a recordar esas juntas fuera del Portal Lyon, o tocatas clásicas como la realizada entre El Aguilucho con Los Leones; mientras que las nuevas generaciones descubren esos sonidos añejos que siguen siendo igual de cautivadores que en los ochenta?

Si hay una banda nacional que cumple con lo anterior, sin duda esta sería Pentagram Chile, no sólo por la influencia que lograron profesar aún en períodos en los que la banda se encontraba inactiva, sino que también por las puertas que lograron abrir para conjuntos emergentes que antes no tenían ni una posibilidad de ser conocidas fuera del plano local.

Lo interesante con esta agrupación, es ver de qué manera los dos primeros demos editados en 1987 tuvieron la fuerza suficiente para ser reconocidos dentro del medio, a tal punto que bandas como Pentacle de los Países Bajos, los noruegos de Dead to this World y como no, los ingleses de Napalm Death se sintieran motivados a realizar covers de los temas contenidos en ellos. Sin embargo y a pesar de tener toda esta influencia, Pentagram Chile nunca pudo concretar el desarrollo de un trabajo musical más serio en forma de un larga duración, esto hasta el seis de Septiembre del presente año, momento en que ve la luz su álbum debut titulado The Malefice.

Hace un tiempo tuvimos la oportunidad de hablar con Pablo Donoso (baterista de Sadism y Pentagram Chile) en la previa de The Metal Fest. En aquel entonces, Donoso nos comentaba las buenas expectativas que tenían con este trabajo discográfico, considerando el enorme esfuerzo logístico llevado a cabo para que la placa pudiera ver la luz: por una parte grabar las pistas de batería en los estudios Sade, invitar a Pancho Cueto, Mauricio Peña y al célebre Pera Cuadra para que participen en el bajo; lo mismo con Marc Grewe en la voz, Dan Biggin grabando bajos en UK; Anton Reisenegger grabando guitarras y voz, luego mezclando y masterizando; contactar a Santiago Caruso para desarrollar el arte del disco. Un trabajo de locos.

The Malefice es el primer disco larga duración editado por Pentagram Chile, cuenta con nueve temas grabados en los estudios Sade (Chile) y en los estudios HVR (Reino Unido) obteniendo una duración de cuarenta y seis minutos. El tema que abre el telón lleva como título The Death of Satan; el cual marca una pauta sobre el contenido total del trabajo y de paso ayuda a darnos cuenta de las influencias que tiene la banda. Por un lado nos encontramos con un sonido muy crudo y orgánico, totalmente “ochentero”, sin embargo es realmente nítido por lo que escuchar este trabajo se transforma en una acción realmente agradable. La introducción del tema posee una potencia tremenda, la cual no decae en ningún punto a lo largo de toda su extensión, incluso cuando el tempo disminuye. También aparecen recursos musicales llamativos, como son los blast beats, algo que con el respetable y querido Eduardo Topelberg no se escuchaba mucho, sin embargo la llegada de Donoso trae consigo un abanico de posibilidades para crear sonoridades aún más llamativas. Sintetizando un poco, The Death of Satan no puede haber sido mejor tema para comenzar una placa que realmente promete.

Luego suena La Fiura, nombre que evoca a una de las numerosas criaturas mitológicas que posee la hermosa isla de Chiloé, caracterizada por ser la hija de La Condená y El Trauco (quien además es su esposo). Si uno lee la lírica de este tema, se podrá tener una visión perfecta de lo que es y representa la Fiura para el pueblo Chilote. Por el lado musical, se mantiene una tónica similar al tema anterior, mucha potencia con un solo de guitarra muy bien armado y una interpretación notable a nivel vocal con un Anton Reisenegger llegando a tonos desgarradores. Sumado a esto, se puede escuchar un grito de fondo totalmente doloroso y lastimero (quizás representando a esta misma criatura o a una de sus víctimas) el cual fue interpretado por el alemán Marc Grewe (Morgoth).

En The Apparition, encontraremos una tónica un tanto distinta a lo escuchado hasta el momento, con riffs con reminiscencias progresivas y variados cambios de tempo. Nuevamente se hace notar la llegada de Pablo Donoso a Pentagram Chile, quien pareciera estar más seducido por el death metal técnico. Sin duda es uno de los mejores tracks de la placa al representar una variada gama de sonoridades e ideas desembocadas en un tema potente y “ganchero”.

En Horror Vacui regresa el poder interpretativo por parte de todos los músicos, volviendo a una línea más característica de lo que ha sido Pentagram Chile durante toda su carrera. Con solo cuatro minutos es suficiente para dejar al escucha con un dolor de cuellos de aquellos. Si hay un estilo de música que le gusta al chileno es ese thrash de la vieja escuela, y este tema aborda las grandes características de este género: rapidez en la interpretación, riffs de guitarra agresivos y una batería que suena como cañón.

Spontaneous Combustion es la siguiente canción en sonar. En la intro aparece un grito con la marca registrada del “compatriota” Tomás Araya (Slayer), y esto nos avisa que otra vez nos enfrentamos a una pista muy thrashera. No pasará desapercibido el hecho de que solo una parte de la canción está vocalizada por Anton, la otra mitad pertenece al ilustre Marcel Schmier de Destruction; y esto no es sorpresa ya que Spontaneous Combustion expone de manera muy abierta las influencias que los alemanes le entregaron a los oriundos de Santiago.

A continuación suena Grand Design, un tema en el que se perciben cambios de atmósferas muy llamativos, teniendo en un inicio sonidos muy oscuros característicos del doom metal, luego un desorden ligado al thrash y cambios de tiempo muy progresivos; sin la necesidad de construirse en torno a un gran nivel de complejidad en la interpretación. Resulta simbólica la participación de Mauricio Peña en las cuatro cuerdas reemplazando a su fallecido hermano Alfredo Peña, en una notable muestra de afecto en memoria de uno de los antiguos miembros de Pentagram Chile.

Sacrophobia será un verdadero goce para quienes siguen a Pentagram Chile desde los ochenta, pues la intro recuerda fuertemente a Demoniac Possession perteneciente al Demo #1 de los nacionales. Sacrophobia tiene la capacidad de trasladarnos a un contexto imaginario donde nos veremos marchando directamente a las puertas del infierno, al compás de unos riffs de guitarra realmente oscuros. Destaca la participación de Tomas Lindberg (At the Gates) que aparece en variadas ocasiones con su inconfundible registro local.

El penúltimo tema en sonar se titula Anachnoids, una pista que en primera instancia puede sonar muy prudente, pero luego te pega un “cornete en el hocico” con una introducción llena de potencia y un esquema musical bastante variado. Da la impresión de que el riff de guitarra simula el tic-tac de un reloj, quizás contando los segundos previos al término de un maratónico trabajo. Destacan los agudos solos de guitarra que en un principio son muy sigilosos, como tramando un acto barbárico para desembocar en una cascada de locura “thrashera”.

Finalmente, Prophetic Tremors, rememora fuertemente la clásica Temple of Perdition, canción siempre ligada al recuerdo del fallecido Alfredo Peña. En esta pista encontraremos una selección de lo mejor del repertorio de Pentagram Chile: riffs brutales, escalas pegadizas, un esquema musical variadisimo, un oportuno y bien seleccionado solo de guitarra, batería cual relojito, desgarradora interpretación vocal y un final que te lleva a estar parado al medio del valle de los muertos. Sin duda uno de los mejores temas de la placa, que sirve como un excelente broche de oro para un disco que cuenta con una sorprendente calidad técnica y musical.

La médula, la esencia de los ochenta, sus vivencias y recuerdos están totalmente plasmados en The Malefice, pues a pesar de ser una placa registrada en el siglo XXI, posee toda la atmósfera vil y el groove animal de los clásicos e inolvidables discos que fueron vomitados por la época más prolífica y recordada de la escena metalera. Un sonido cuidado pero orgánico, directo y al hueso, riffs y melodías desgarradoras y un ritmo que no deja respiro, redondean un álbum que cumple su objetivo de trasladarnos a aquellas brutales tocatas que se realizaban en el Manuel Plaza.

En el afán de buscar parajes deficientes, podrían mencionarse algunos segmentos donde la mezcla entrega un excesivo protagonismo a alguno de los instrumentos por sobre el resto, haciendo que se pierdan detalles. Sin embargo, y como conclusión final, The Malefice es un disco que lanzado en los ochenta, hubiera sido recibido con el mismo afán que lo recibimos hoy en día, treinta años después de la época para la cual fue concebido.

PD: Un punto que no le ha gustado a un grupo de chascones es el precio al cual se encuentra actualmente el disco a la venta ($10.990), sin embargo esto es dado que el disco está siendo importado desde el extranjero.