TítuloGradual Decay of Conscience
Duración40 Minutos, 33 Segundos
Año de Lanzamiento2009
GénerosBlack Metal, Death Metal
SelloAustralis Records
Tipo de LanzamientoLP
Página WebMyspace
Contactoperpetuumchl@gmail.com
- Arquetipos
- Monoliths
- Unmerciful Despair
- Into the Deepest Darkness
- Stigmata
- Scourging the Foe
- Into the Path of Eternity
- Grunts of the Shoggoths
- Psicosis
- Alejandro Ruiz(Voces)
- Cristóbal Gonzalez(Guitarra)
- Diego Ilabaca(Guitarra)
- Juan Díaz(Bajo)
- Carlos Fuentes(Batería)
La ópera prima de Perpetuum, Gradual Decay of Conscience, es un disco que ofrece una multitud de elementos refrescantes para lo que es -a nivel mundial- un panorama musical empachado en malas copias y poca innovación. En 9 pistas y un poco más de 40 minutos de un Black/Death sumamente experimental, este quinteto capitalino logra congeniar una multitud de distantes influencias que desembocan en un lanzamiento cuyo mayor logro es entregar un amplio y bien constituido matiz de sonidos, que van desde brutales blast-beats y coléricos riffs, hasta fragmentos que sirven de banda sonora a la introspección y el desconcierto del ser humano, todo mediante una propuesta musical madura y muy bien trabajada.
La placa abre con ‘Arquetipos’, que esconde guitarras y bizarras sonoridades traspuestas en varias capas, rememorando de forma irremediable la experimentación acústica que realizan bandas de la camada del denominado Post-Metal. Resulta anecdótico que esta intro, aún cuando cuenta con una letra (escrita por Cristóbal González, guitarrista de la banda), es totalmente instrumental. En ‘Monoliths’, las protagonistas son las oscuras líneas vocales de Alejandro Ruiz, quién a través del álbum pasea desde graves guturales a líneas vocales mucho más agudas y desgajadas, dando cuenta de un registro vocal muy amplio y potente. Desde el comienzo, además, adquiere un inesperado protagonismo el aplastante sonido del bajo de Juan Díaz, un elemento poco común en discos de éste estilo, donde el trabajo y el sonido tras dicho instrumento queda como un mero detalle. ‘Unmerciful Despair’ e ‘Into the Deepest Darkness’ son un muestrario del lado más brutal y crudo de la banda, resultando en piezas de un Black/Death Metal muy bien ejecutado. En este sentido, es irremediable mencionar el trabajo que Carlos Fuentes realiza en batería, entregando una envidiable dosis de fulminantes blast-beats y complejos patterns, revelando una trabajada y pulcra técnica a la hora de realizar la faena de percusión del disco.
‘Stigmata’ invita a un paseo por oscuros y pedregosos sonidos, resultando en una pasarela que la banda sitúa de forma intencional, pero refinada, para unir la primera parte del disco, mayormente cruda e impía, con una segunda, constituida por innovadoras composiciones a las cuales la etiqueta “progresiva” les calza de forma perfecta. ‘Scourging the Foe’ es ejemplo de esto, pues es una montaña rusa de sonidos y riffs que nos lleva desde tramos densos y graves hacia otros dignos del más puro y bestial Black Metal nórdico; incluyendo trozos que invitan incluso al más violento de los moshpits. ‘Trough the Path of Eternity’ repite la formula, pero además enfatiza el excelente dúo que en guitarras forman Diego Ilabaca con Cristóbal González, quienes entregan arreglos que le dan la razón a la banda al incluir un dúo de guitarras. Resulta muy interesante, también, la dinámica musical que se genera a lo largo del disco, pues la variabilidad de métricas y compases dan un ingrediente extra a la hora de digerir un disco que es complicado comprender en toda su dimensión, entregando además una variedad de atmosferas y sensaciones de desesperación y demencia, musicalizando de tal forma situaciones lejanas a la sanidad.
En seguida, ‘Grunts of the Shoggoths’ revive a las bizarras criaturas creadas por el legendario escritor H.P. Lovecraft tanto musical como líricamente. Dicho corte está perfectamente ubicado al final del disco, pues resume de gran manera las ideas presentadas por la banda en GDOC, que conjugan experimentación, brutalidad, técnica y ambientaciones luctuosas. El cierre definitivo llega con ‘Psicosis’, una outro instrumental que a diferencia de los otros cortos que componen el disco, es interpretada por toda la banda y en 3 minutos condensa desesperación y un aire morboso casi irrespirable, como buena parte del disco también lo hace, musicalizando de tal forma el estado mental que le da el nombre.
A la hora de buscar alguna referencia “de marca registrada” dentro de las líneas compuestas por el quinteto capitalino, el resultado es confuso. Si bien se observan ciertos elementos estructurales dentro de las composiciones de la banda, es la mezcla lo que hace que el resultado no se corresponda con los clichés. Ahí es donde encontramos los grandes aciertos de Gradual Decay of Conscience: que es una placa que entrega de forma directa la identidad musical de una banda que no contaba con mayor trabajo discográfico previo, además de manifestar un resultado que incluye –de forma balanceada– elementos de estilos tan apartados como el Sludge, el Doom, el Black, el Death y hasta el Hardcore más moderno y experimental. El apartado sonoro está muy bien logrado, pues además la experimentación sonora ya comentada, la banda ha cuidado cada detalle en su estipulación acústica, entregando una placa con un sonido sumamente natural, nítido y dinámico. En este sentido, el único inconveniente que tengo respecto del resultado es el protagonismo que se le entrega a la voz de Ruiz, que a momentos me parece exagerado e innecesario, todo en desmedro del apartado instrumental. Este punto en particular me extraña, pues una de las virtudes que posee la banda es su exquisita técnica instrumental, y quitarle el protagonismo que requiere, me parece una mala movida.
Mención aparte merece el arte del disco, que refleja de una forma muy inteligente lo que la banda plasma en su música y que ya fuera mencionado anteriormente. Tanto el compacto como su booklet vienen en un pulcro jewel-case, en tanto que la impresión del booklet, portada y contra portada es de una excelente calidad, que no desprecia detalles como a veces ocurre con producciones nacionales que se quedan en buenas ideas y maquetas pero que, por falta de recursos, desembocan en impresiones alejadas de lo que en realidad se esperaba. Además, el disco viene acompañado de un adhesivo de la banda y en algunos casos, de un poster, lo que se agradece ya que uno no espera todas esas regalías y buena presentación a cambio de tan solo “seis lucas”. Felicitaciones a Australis Records por este apartado.
En definitiva, lo que Perpetuum logra con Gradual Decay of Conscience es un debut muy interesante y repleto de detalles que seguramente serán del gusto de quienes buscan un sonido que vaya mas allá de lo común y silvestre. Lo más destacable para el caso de este quinteto santiaguino es que después de este notable estreno en las grandes ligas, pareciera tener un rumbo definido pero a la vez confuso, pues aún cuando no podamos realizar el fútil ejercicio de encasillarlos en un estilo particular, si se les puede ceder la chapa de banda innovadora y rompe esquemas, aún cuando ese distintivo pueda traerles más de algún enemigo dentro de una escena en que la innovación, por lo general, no es tan bien recibida como uno quisiera.