TítuloIconoclast
Duración1 Hora, 5 Minutos, 12 Segundos
Fecha de LanzamientoMarzo, 2002
GénerosDoom Metal, Death Metal
SelloAftermath Music, Picoroco Records
Tipo de LanzamientoLP
Página WebSitio Oficial
- Walls
- The Crawling Mirrors
- Elegia
- Chaman
- Elixir
- Iconoclast
- She Burns Us
- Rite
- Distances
- Impressions
- Desintegración
- Burnt
- And Thou Shall Obey
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El segundo larga duración de los nacionales Poema Arcanus, grabado en los Procor Studios en Santiago, durante el año 2001, viene a confirmar el porqué son considerados uno de los pilares fundamentales de la escena metal criolla en específico del Doom o Death Doom como los califican algunos, aunque para ser más precisos, algo que singulariza a Poema Arcanus es la versatilidad entre un trabajo y otro lo que a veces hace inclasificable la etiqueta para definirlos.
Iconoclast es un disco intenso, con un concepto muy bien trabajado tanto en el arte gráfico (créditos a Jean Pierre Cabañas y a Claudio Botarro) como en el sonido de primer nivel, por igual en la versión noruega (Aftermath) como en la nacional (Picoroco Records) se aprecia ese detalle muy pro de la presentación (la carátula estuche). Un álbum que evoca paisajes sureños, el frío, la niebla, a inviernos lluviosos…
Walls? abre el disco, una introducción de tensa calma, son los primeros acordes en el teclado que preceden a The Crawling Mirrors, tema que a mi juicio (opinión muy personal) es el mejor reflejo de la idea del disco y de lo que representa Poema Arcanus en esa etapa de su carrera. Una mezcla casi perfecta de intensidad, power, melodía y atmósfera, sin duda un gran comienzo para el disco. Elegía es el tercer corte y está en español, “Naufrago en lo irreal… cegado por la oscuridad” dice el coro, con una muy bien lograda interpretación de Claudio Carrasco tanto en las partes limpias como en las guturales. Una canción de gran alcurnia, donde destaca la letra escrita por Claudio Botarro (como por lo general en las composiciones de Botarrex en todo el Iconoclast) como también las guitarra de Igor, riff potentes y melodías llenas de sicodelia y una muy acertada ejecución en cada pasaje. En general el disco en cuanto a sonido no tiene puntos bajos, es por lo mismo que se agradece la excelente labor en la ingeniería de sonido por Raphael Franca, siempre asistido por Carolina Desbordes y Miguel Arancibia.
El tema nº 4 es otro instrumental Chaman, breve, preciso, con una batería que recuerda un poco las percusiones de la legendaria agrupación chilena LOS JAIVAS, para servir de antesala a Elixir el 5to corte del álbum. Un poderoso y enganchador riff abre los fuegos de un composición provocadora, con líneas vocales limpias muy al estilo del Conde, que a diferencia de lo oído en Arcane XIII y como tónica de todo este disco se alejan de los sonidos más lentos, bajo esta premisa el álbum escapa a grandes rasgos de un Doom típico si es que puede utilizar ese concepto para definirlo. Aún así prevalecen las partes pausadas y las más brutales, lo que hacen de esta una placa intensa. Un trabajo que para algunos puede parecer un poco largo, tal vés hasta tedioso, sin embargo creo que estamos ante una de las mejores producciones del metal chileno del 2000 en adelante. Atmosférico, lleno de pasajes alucinantes, con temas repletos de peso y melodía, en definitiva un disco muy completo y bien logrado, que hacen del, en ese entonces quinteto (hoy ya no está Michel Leroy) una de las mejores cartas del metal criollo y una interesante propuesta hacia el metal mundial.
Como número seis, está el tema que da origen al nombre del album: Iconoclast, lo más cercano al Death Doom como es etiquetado por muchos, un corte potente, cantado guturalmente en gran parte y con esos riffs demoledores ¡para hacer headbangers con cuática! Luego le sigue She Burns us canción un tanto parecida a Elixir. Guitarras que abren los “fuegos”, una batería aplastante y una melodía envolvente. Creo que sin duda, el teclado otorga un plus especial en el disco, hay toda una magia en el concepto y lo bien logrado de la estética sonora que hacen del Iconoclast un trabajo digno de ser un “culto” en el tiempo. Tal vez es prematuro advertirlo, pero estoy convencido que estamos ante una “joyita” moderna, un disco que hará memoria, un legado del metal chileno del siglo XXI.
En el nº 8 apunta el tema Rite, nuevamente una introducción de las teclas de Leroy son la antesala de un tema que comienza pausado para romper crecientemente la tensa calma, destacando las voces de Carrasco junto a la voz de apoyo del tecladista, un tema bien representativo de lo que es el Iconoclast, con los constantes quiebres, los toques melancólicos de una guitarra con buena dosis de Delay como es costumbre y a estas alturas un sello innegable de Leiva, un guitarrista que brilla por su feeling y limpia ejecución, más la sólida base que descansa en el bajo de Botarro y Luis Moya en la bataca. Uno de esos tracks que siempre son caballito de batalla en cualquier presentación en vivo de la banda. Luego con Distances e Impressions el disco continúa bajo esos oscuros y fríos pasajes, de melancolías figuras en teclado y guitarra, con registros limpios y pausados de voz. Sin duda es la parte más Doom e íntima del album, por lo general ambas canciones no son muy recurrentes en las presentaciones en vivo de la banda, tal vez son más para escucharlas en calma en la tranquilidad de una pieza en una noche invernal…
Ya en la onceava pieza encontramos lo que, nuevamente en opinión muy personal es uno de los puntos más altos de la placa: Desintegración, otro caballito seguro en las tocatas de Poema. Se dice siempre que el metal es para cantarlo en inglés y no en español, pues bien, creo que esta es una excepción a la regla ya que estamos ante un excelente tema muy bien logrado cantado en español. Un corte potente y melódico, con una de las mejores letras (by M. Leroy) del disco: “Vuelvo al tiempo sin mí, mas el tiempo soy yo. Desintegración, la piel de un dolor: Hacia donde mirar y ver lo que soñé, ahora que olvidé… sacrifiqué”. Musicalmente, incluso, si uno le pone harta oreja, se pueden apreciar unos sutiles toques de folklore sureño, algo de vals chilote, son detalles dentro de un tema envolvente, con pasajes atmosféricos, complejo.
Insisto, una canción que en vivo siempre es bien recibida por los seguidores de la banda, un fiel reflejo de lo que fue, es y será Poema Arcanus. Burnt es el penúltimo escalón de este trabajo, acá la paz es absoluta, sólo una acústica guitarra acompañada con finos toques de teclado, más el limpio registro de la voz de Claudio Carrasco dan cabida a uno de los puntos más lentos del álbum, es de esos cortes reposados para escuchar en una nublada tarde dominical. El tema logra una íntima, mezcla de nostalgia y melancolía, no se que más expresar para definir esta simple y hermosa canción, creo que al escuchar este tipo de temas, a veces las palabras sobran, y la voz del viento más el ruido de las hojas al caer lo dicen todo. Y llegamos a la última carta, And Thou Shall Obey, tema que al igual que la tónica en general del disco comienza pausado y lento con un juego de voces entre Carrasco y Leroy, un teclado en calma que va creciendo progresivamente en intensidad, haciendo de ésta una canción que va ganando peso para perderse en la distorsión total, con grandes pasajes de Death Doom visceral, al hueso. Sin duda un gran final para un gran disco. Una placa tal vez un poco subvalorada (incluso por la misma banda) que espero que con el paso de los años, obtenga el sitial que merece este interesante trabajo.