TítuloLancuyen
Duración54 Minutos
Año de Lanzamiento2015
GéneroProgressive Metal
SelloIndependiente
Tipo de LanzamientoLP
Página WebFacebook Oficial
- Sempuray
- Lancuyen
- Wara
- Kunturi
- Laikka
- Trufken Mapu
- Mato Grosso
- Thika
- Kelt
- Gabriel Hidalgo(Guitarra)
- Cler Canifrú(Guitarra)
- Mauricio Nader(Bajo)
- Pablo Stagnaro(Batería)
Poco a poco las bandas de corte “rock/metal” se han ido abriendo a nuevos sonidos, en algunos casos hasta descubrir una suerte de nueva ola de folk/metal moderno. Hidalgo contribuye con “Lancuyen”, una propuesta íntima, su versión de lo que es el nuevo folklore americano.
Todo comienza con “Sempuray”. Con un melódico motivo que se hace vida, en simples pero abrazadoras estructuras musicales, hasta emerger en un “estribillo” o línea melódica principal que suena genial, sutil, delicada. Un gran acierto en directo. Hay un aire a Opeth que coquetea y será tónica durante el resto del disco.
Luego es el turno de “Lancuyén”, otro medio tiempo donde el “interludio” nos permite explorar la mente de los instrumentistas. Mauricio Nader se pasea con sus toques en bajo para que luego Hidalgo deslumbre con su guitarra y su pedal wah, dándole más expresión a las melodías. La agradable voz de Cler Canifrú también es un gran acierto.
Bajamos un poco las revoluciones y nos adentramos de lleno al mundo del progresivo con “Wara”. Hidalgo genera cierta tensión en este tema donde Pablo Stagnaro se luce con la batería. Ya llevándonos a la mitad está “Kunturi” con unos delicados riffs y amenas armonías por parte de Cler y Gabriel.
“Laikka” me llamó la atención por los efectos con los que se acompañó Mauricio Nader (aparentemente un over drive) Es un buen respiro al disco y contribuye a evitar que pueda volverse denso a esta altura. Luego le acompaña “Trufken Mapu” con esa llamativa introducción de la mano con la agradable voz de Cler Canifrú.
Nuevamente volvemos a sentir esa onda media Opeth/Folk chileno con “Mato Grosso”, un tema donde mi sección favorita es ese “bombo/caja” de Pablo. Simple, de primera; pero inteligentemente acertado. El solo en guitarra entra recién al minuto 2, una constante a esta altura. Lancuyen no es una enciclopedia de escalas y quien espere canciones con solos vertiginosos no los encontrará.
En tierra derecha está “Thika” y su introducción en ronroco y charango, los cuales dan un matiz especial. Acá podemos ver palpitar las venas de ese “metal/progresivo/folklórico”. Me encantó ese pasaje “post interludio” donde todos los instrumentos, tanto los de la banda como los folklóricos suenan juntos. “Kelt” da el cierre final. Hidalgo finaliza un disco honesto, frontal, que no se pierde en sobreproducciones ni menjunjes estilísticos. Lo que más destaco es que suena –exactamente- igual en vivo.
Lancuyen es un disco para escuchar con calma, para digerir lentamente hasta encontrar el último detalle. Quienes gusten de oír con un ojo más “clínico” encontrarán pequeñas cosas, insignificantes para muchos, pero especiales para otros. Un juego de platos, otro en guitarra, un adorno en bajo. Les aseguro que en cada play habrá algo nuevo y honesto.