TítuloDouble Life
Duración58 Minutos
Fecha de LanzamientoJulio, 2008
GénerosPower Metal, Heavy Metal
Tipo de LanzamientoLP
- Rage Of Steel
- Death At Your Back
- Broken Oath
- Double Life
- Your Empire Has Fallen
- I Don't Want To Say Goodbye
- Rise
- Child's Dry Tears
- Queen Of The Dark
- Dangerous Dream
- A Bullet And A Last Cup Of Rum
- Maniac
- Dark Mind
- Jaime Contreras(Voces)
- Patricio Solar(Guitarra)
- Melvin Poblete(Guitarra)
- José Tomás Montecinos(Bajo)
- Pascal Coulon(Teclados)
- Franz Strauss(Batería)
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Evolución es quizás la palabra precisa que refleja esta nueva placa de SteelRage, un trabajo que centra su título y concepto en la doble vida que llevamos como personas, en el constante cara y sello de nuestro diario vivir, y que musicalmente logra mostrar un paso más allá para la banda capitalina que supera con creces su trabajo anterior, inclusive tomando un sello más propio aún y saliendo de todos los estigmas y sonidos tan característicos y repetitivos del despectivamente llamado “Happy Metal”.
El disco parte con una intro instrumental que ya da señales del buen sonido y calidad de la placa entregada, Pascal Coulon hace de las suyas, y la mixtura de atmósferas con el teclado da un buen puntapié inicial al disco, para dar paso al primer golpe: Death At Your Back. Con una identidad propia mucho más marcada, SteelRage se pasea por un Heavy/Power Metal, mucho más violento, más a la vena, pero sin dejar de lado el sonido melódico que los caracteriza, el teclado brinda leves tintes progresivos, haciendo de esta forma la música del conjunto mucho más completa, y más renovada.
Es imposible no hacer comparaciones con su anterior placa, y si analizamos los tiempos en que cada uno de estos trabajos discográficos fue lanzado nos encontramos con discos ajustados a sus realidades y tiempos. Entre el 2000 y el 2003, nos encontrábamos sin mentir, en el boom del Power Metal, donde la fórmula impuesta por bandas como Hammerfall, Stratovarius, Helloween, entre otros, era repetida por cientos de conjuntos que podían lograr una popularidad, en mayor medida similar a las de “sus hermanos grandes”. Pero el tiempo y la reiteración de la misma fórmula lograron agotar los recursos del Power/Heavy, hasta a lo que hemos llegado hoy: un estilo con pocos exponentes realmente buenos e innovadores, en donde la escena underground es casi inexistente y los conjuntos menos populares no son más que clones de los clones. ¿A que quiero llegar con esto? Pocas agrupaciones hasta el día de hoy, del tan criticado Power Metal han sobrevivido a esta crisis de falta de originalidad, rescatando y renovando recursos de sonidos ajenos a su música inclusive, mezclando la música con Hard Rock, Heavy Metal más clásico y porque no decirlo ajustando en cierta medida el factor sinfónico, y es ahí donde entra SteelRage.
Al grupo de pocas, pero buenas bandas que a pesar de lo apagado y capa caída que se encuentre el estilo, logra romper esquemas y ganar un sonido más fresco, más melódico y más Heavy Metal, un sonido contemporáneo y no tratando de reutilizar esta ya desgastada fórmula impuesta por los grupos de fines de los ’90. Con guitarras afiladas, y riffs dignos de dislocar cuellos, un bajo consistente y que se hace notar, y un teclado que no satura, acompaña y brinda frescura y variación a las diferentes canciones del disco, que hasta inclusive manejan una concepción lírica diferente y alejada de las temáticas más centradas en elementos épicos de “gloria, espadas, y metal” que practicaba el sexteto, acercándonos más a tópicos del diario vivir como el enfrentar problemas personales, dramas emocionales, temas de contingencia, entre otros. Temáticas más humanas, si así se les quiere catalogar.
Como no dejar de destacar la impresionante labor de Jaime Contreras en las voces, si hasta parece que otro vocalista estuviera cantando, logrando un timbre mucho más desgarrador y acorde a la música. El cambio es grande, es para mejor y se nota en todo sentido. Muchas veces el exceso de agudos, hace a los menos adeptos a este tipo de bandas, alejarse más aún de ellas y evitar escucharlas, y el encontrarse con cantantes que sepan brindar altos y medios tonos en su proporción precisa se agradece enormemente, en especial para quienes les satura escuchar una máquina de chillidos a lo largo de todo un disco.
La influencia Thrasher de sus guitarristas no se escapa a Double Life, dado que a lo largo del LP nos encontraremos con temas realmente rápidos y riffs que se alejan a ratos de lo que practicaba el conjunto con anterioridad. Broken Oath, el que sin lugar a dudas debe ser uno de los temas más violentos de la banda a la fecha, es ejemplo claro de ello, sólo su inicio y el transcurso de la canción hacen notar un peso musical, hasta ahora desconocido en SteelRage. La tónica del disco en general, es la de una agrupación que predominó en peso a que en velocidad, ya no nos encontramos con la banda de Power Metal, que interpreta un tema a mil por hora, sino que por el contrario con la que te entrega un mid tempo, pesado pero al mismo tiempo melódico, con una interpretación desgarradora, y que dan por resultados temas con consistencia que te llaman a alzar el puño y cantar.
Aún así, reminiscencias del clásico y ágil SteelRage existen también en este Double Life, ya que cortes como Rise, o el cover a Maniac suben las revoluciones al máximo y los alegres ritmos evocan y nos recuerdan inmediatamente a otros sonidos más en la onda de Engraved In Steel. También hay cabida para temas más rockeros, más gancheros y bien orejas, es el caso de canciones como Queen Of The Dark, o Dangerous Dream, que con atmosféras y matices más Hard Rock e inclusive leves guiños Glameros, recuerdan al sonido de grupos más ochenteros y como no, si también nos encontramos con más de alguna power ballad en el disco (como I Don’t Want To Say Goodbye), recurso tan típico de los conjuntos de aquella época. Hasta un pasaje medio Reggae podemos encontrar en Dark Mind, algo que vendría a rayar casi en lo experimental y extraño.
En definitiva, el segundo disco de este sexteto santiaguino, es una placa llena de variaciones, atmósferas, y matices distintos que hacen de este, un material de fácil recibimiento que no aburre con el pasar de los temas y que gana con las escuchas. Las canciones son llamativas y pegajosas por decir lo menos, y a los fanáticos del estilo no los dejará indiferentes. Si ud. escuchó Engraved In Steel, y la banda le pareció derechamente mala (como en mi caso particular), escuchar Double Life, será como escuchar a otra agrupación completamente diferente. Tal como decía al principio del comentario, aquí la palabra clave es evolución, y en trece tracks, SteelRage demuestra que durante los cincos años de diferencia que demoraron en sacar este disco, no han estado perdiendo el tiempo y van por excelente camino. Un disco muy recomendable.