La cuarta vez de Angra en Chile quizás no generó las expectativas que si había generado en ocasiones anteriores por un tema de calendario. A estas alturas del año quedan pocas lucas, y las pocas que van quedando se guardan para navidad y emborracharse las celebraciones de año nuevo. Por eso no resultó del todo extraño que los cariocas no lograran una convocatoria de más de un millar de almas que, en una calurosa jornada, se hicieron llegar al siempre apetecido Teatro Caupolicán. Aún así, todo terminaría con un balance general con saldo positivo para quienes buscaban saciar sus ganas de volver a ver a una de las bandas más conocidas de Brasil, pues luego de un show corto – pero intenso – se vieron más caras de satisfacción que “caras de poto”.
El cartel del concierto anunciaba que los fuegos se abrirían a eso de las 20.00 hrs, por lo cual sus amables servidores se hicieron presentes en el recinto capitalino cuando el reloj marcaba de forma puntual las 7 de la tarde. Y de acuerdo a lo que información que pudimos recabar “en terreno”, todo comenzaría media hora más tarde, por lo que aprovechamos de refrescarnos del sofocante calor que a esa hora azotaba a la capital. Cuando regresamos, a la hora que nos habían indicado, nos encontramos con que Concerto, los primeros teloneros, ya estaban tocando…
Concerto
… pero lamentablemente estaban terminando su presentación, con el final de Condenas del Tiempo que dejó al público, que a esas horas se agolpaba en las rejas, pidiendo otro tema más. Aún con la solicitud del respetable, los capitalinos dejaron las tablas del Caupolicán para dar paso al siguiente telonero, que suponíamos serían Grim. En ese intertanto, pudimos saber que Concerto se presentó durante alrededor de 20 minutos e interpretó un reducido set de 3 temas, con una muy buena recepción de parte de la audiencia. Nuestras disculpas y obviamente, un mea culpa de nuestra parte por no haber podido ver completo el show de los santiaguinos.
Fue mayúscula nuestra sorpresa cuando nos enteramos, por medio de un pajarito que nos dio el dato, que los heavy metaleros de Grim no se presentarían por un problema interno de la banda, que al parecer tuvo que ver con el traslado de algunos integrantes.
Setlist Concerto
1. Sueño Realidad
2. Prisioneros en la Eternidad
3. Condenas del Tiempo
Polímetro
Siguiendo con el show, vendría Polímetro, la banda de los hermanos Esquivel; a quienes no había tenido la oportunidad de ver en esta reencarnación, siendo la última vez que los pude ver en directo en una tocata que realizaron poco tiempo antes de anunciar su separación, por allá por el año 2001, en La Batuta si la memoria no me falla. Y en cuanto comenzó la presentación de la banda, con Laberintos, me pude dar cuenta de la nueva fuerza que adquirió la banda en esta nueva etapa de su carrera. Si bien el sonido “mostraba la hilacha”, la banda se entrego al cien por ciento sobre las tablas del Caupolicán y desde un comienzo mostraron mucha energía y profesionalismo. En seguida vino Luz y Sombra, otro tema sacado directamente de su recordada primera placa Metrópolis, para seguir con un tema que en palabras del mismo Ricardo Susarte formará parte de su nuevo disco. La canción presentada lleva por título Parte de Mí y resulta en una pieza con notables influencias del rock progresivo ochentero, además de un muestrario de virtuosismo de los integrantes de la agrupación, incluida la encantadora América Soto que tenía babosos a varios de los asistentes por su excelente manejo con el bajo eléctrico.
Mientras Susarte se encargaba de agradecer por la invitación y el apoyo de la gente, que ya se hacía sentir de forma notable, Carlos Esquivel sacaba al baile su innegable influencia de Yngwie Malmsteen que a modo de intro dio paso a Fábulas, corte en el que por fin comenzó a mejorar el aspecto sonoro de la presentación. El público estaba más que prendido y algunos hasta coreaban las letras del banda, que cabe recalcar son todas en español. En seguida, y para cerrar la presentación, vendría la conocida Episodios, momento en que nuevamente pude notar que la banda “la hizo de oro” al volver, porque realmente tienen fans para regodearse. Así entonces los reformados Polímetro cerraban una interesante actuación en que dejaron en claro que volvieron para dar que hablar, tal como lo hicieron hace 8 años cuando lanzaron Metrópolis.
Setlist Polímetro
1. Laberintos
2. Luz y Sombra
3. Parte de Mí
4. Fábulas
5. Episodios
Alejandro Silva
Luego de una pausa bastante prolongada, a las 20.30 salió al escenario Alejandro Silva, junto a su nuevo acompañante Claudio Cordero, más el eterno Gonzalo Muga en batería y el sólido Rodrigo García en el bajo. Con Orden & Chaos se iniciaba la presentación de Silva y desde un comienzo se pudo notar que se le había dado una manito de gato al sonido, pero aun seguía siendo un problema, ya que en innumerables ocasiones la guitarra de Silva se perdía en desmedro de la de Cordero (si, leen bien…), en tanto que la batería de Muga se escuchaba tan comprimida que llegaba a desaparecer. En este sentido, me llamó la atención que un músico que siempre se ha caracterizado por su profesionalismo y buenos shows tuviera este tipo de inconvenientes, pero sería el mismo Silva quien, ya entrada la presentación, diera la explicaciones del caso; haciendo mención a algunos problemas que se presentaron durante la prueba de sonido.
En tanto, la banda interpretaba cortes de lo que vendría siendo su repertorio más clásico, como Rey Satán y Habla Janus, además de temas de su último lanzamiento como 4+, todo mientras Silva se veía muy contento con la bulliciosa respuesta del público y Cordero hacia malabares con su Ibanez. En este sentido, no puedo dejar de mencionar el tremendo aporte que ha significado para el Power Cuarteto la inclusión de Claudio, tanto en el sentido musical como visual; ya que no todos los días se ven juntos a dos guitarristas tan bien dotados técnicamente como él y Alejandro, lo que resulta en un dúo de shredders realmente espectacular. Y como sabrán, Cordero se integró hace poco tiempo a la banda de Silva, y en este sentido el mismo Silva aprovechaba de disculpar al también miembro de Matraz, ya que los temas que había ensayado correspondían al repertorio más antiguo. Por lo mismo, vendría la siempre solicitada 80, luego de lo cual la banda dejaba el escenario entre vítores. Pero la gallada se quedo pidiendo más, y en algo que se ve pocas veces, el cuarteto volvió al escenario para interpretar Neopangea, en lo que resultó una notable interpretación del dúo ya mencionado, dejando en claro que “juntos son dinamita”. Luego de dicha explosión de shredding, el cuarteto dinámico dejaba el escenario de la calle San Diego para dar paso al plato fuerte y lo que todos estaban esperando…
Setlist Alejandro Silva
1. Orden & Chaos
2. 4+
3. Habla Janus
4. 80
5. Rey Satán
6. Neopangea
Angra
Eran las 21.45 cuando el típico juego de linternas avisaba que estaba todo listo para comenzar. De fondo, comenzaba a sonar Unfinished Allegro, y en lo que casi fue un deja vú de lo que vi en la última presentación de Angra en nuestro país, siguió Carry On para dar inicio al plato de fondo. ¿El sonido? Bien gracias. Sería mucho decir que entendí la mitad de lo que Edu Falaschi cantaba, en tanto que la batería del retornado Ricardo Confessori estaba “más perdida que el teniente Bello”, como diría mi padre. Luego, y evitándose la sección virtuosa del tema que abre Angels Cry; la banda interpretaría Nova Era en lo que resultó un interesante salto músico-temporal. Mientras el sonido seguía estando a un nivel por debajo de lo paupérrimo, la banda interpretaría la romanticona Waiting Silence destacando la notable interpretación de Falaschi, que comenzaba a resolver mi escepticismo sobre su real capacidad como cantante en directo, ya que en la presentación del 2007 la performance del blondo cantante había dejado bastante que desear.
Falaschi saludaba al público nacional con mucho desembozo y anunciaba el que sería el primer bombazo de la jornada: directamente desde el que nunca me cansaré de sindicar como lanzamiento culmine de la banda, Holy Land, vendría Silence and Distance que resultó en un glorioso momento para todos los asistentes, que la banda luego se encargó de rematar con Angels Cry. La presentación apenas se arrimaba por los 30 minutos y ya contaba a su haber con tres clásicos de marca mayor, aunque el único pero seguía siendo el sonido. Quizás el pobre resultado sonoro se debió a que el recinto del concierto ni siquiera estuvo a la mitad de su capacidad, y de acuerdo a lo que dice el mito, “un teatro sin llenar no suena como debiera”.
Por si alguno de los asistentes no había quedado satisfecho con tal descarga de temones, vendría Lisbon, del polémico Fireworks, donde tímidamente comenzó a solucionarse el problemático sonido. Debido a esto, comenzaron a adquirir mayor presencia las guitarras de nuestro compatriota Kiko Loureiro y Rafael Bittencourt. El primer guiño que la banda realizaría al notable Aurora Consurgens, se dio con The Course of Nature; donde por fin pude escuchar los cuidados arreglos vocales que hacen de la banda un show único en directo. Con Falaschi colgando de un costado del escenario, la banda entonaría Millenium Sun para enseguida llegar a lo que sería el momento de mayor clímax de la jornada, con una impresionante interpretación de la multifacética Carolina IV, donde los paulistas dejaron en manifiesto la calidad hermenéutica que poseen, pudiendo trasladarse sin siquiera despeinarse desde los enviciantes ritmos brasileños hasta el más machacante Heavy Metal de marca Angra.
En seguida llegaría la canción que sirvió como primer single para esta “nueva era” de Angra, Acid Rain, donde Falaschi tuvo algunos problemas con la entonación, pero no mermaron una gran interpretación del ya antiguo tema. Siguiendo con la época post-Matos, vendría Rebirth, que resultó en un momento para el recuerdo en cuanto a la conexión banda-público que se generó; para luego seguir con la veloz y virtuosa The Voice Commanding You. En este apartado, merece mención aparte el regreso de Confessori, quien tenía la difícil tarea de reemplazar a un monstruo de la batería como lo es Aquiles Priester, lográndolo de una muy buena forma, sin desteñir en ningún momento aún cuando hacía falta recurrir a la “vieja técnica” de taparse los oídos, para poder comprender en toda su dimensión la interpretación en batería de Confessori, ya que el sonido aún no conseguía su mejor forma.
Entonces, Falaschi presentaba el siguiente tema, Rebirth, antecedido por el comentario respecto que de todos los comentarios que la banda recibe por Internet, los más cariñosos y los que más recuerdan son los de los fans chilenos, lo que fue correspondido con un cerrado aplauso. Y mientras la banda interpretaba el tema ya mencionado, quedo demostrado el especial feeling que se da entre el público chileno y la banda de Sao Paulo, por que el tema fue coreado fuertemente por los más de mil asistentes al recinto capitalino y finalizo con un aplauso y alabanza de la banda hacia el público. En seguida, vendría el último guiño a Holy Land de la mano del tema que abre el disco, Nothing to Say, donde la notable interpretación de la banda dejo a la mayoría con los pelos de punta. Si no, pregúntenle a una joven fanática que se las arreglo para subir al escenario en medio de dicha canción, y aprovecho de abalanzarse sobre Falaschi para abrazarlo, chasconearlo y, por cierto, darle un buen susto. Pero los cariocas no se complicaron y terminado el tema hicieron el ademán de dejar el escenario ante la incrédula mirada de los asistentes, que solo atinaron a mirar sus relojes para darse cuenta que solo había transcurrido un poco más de una hora de concierto.
Con las luces prendidas y nada de respuesta en el escenario algunos comenzaron a emprender la retirada; que se vio abortada cuando se hicieron sonar los primeros acordes de Deus Le Volt, anunciando la vuelta de la banda al escenario para tocar Spread your Fire, en lo que sería el cierre magistral de la velada. Volaron banderas de Chile que el grupo recibió con alegría y sonrisas, las mismas con que se despidieron luego de un intenso show que bordeo los 80 minutos. No quedaba más por hacer, el quinteto ya había dejado el escenario y aunque la mayoría del público se quedo esperando por alguna sorpresa extra, el staff de la banda ya estaba desmontando el escenario y con A Perfect Circle de fondo, no quedaba otra que irse con lo visto. Al fin y al cabo, un entretenido concierto que se vio empañado sólo por algunos problemas técnicos y de sonido, ya que la banda se entregó por entero en el escenario y brindó un espectáculo realmente notable. Una muy buena forma de cerrar el año.
Setlist Angra
1. Unfinished Allegro
2. Carry On / Nova Era
3. Waiting in Silence
4. Silence and Distance
5. Angels Cry
6. Lisbon
7. The Course of Nature
8. Millenium Sun
9. Carolina IV
10. Acid Rain
11. The Voice Commanding You
12. Rebirth
13. Nothing to Say
Encore:
14. Deus le Volt / Spread your Fire
Comentario: Ignacio Machuca F.
Fotos: Sandra González
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