Ni siquiera Violeta Parra dio tantas gracias en su famosa canción como lo hiciera Alex Camargo, vocalista y bajista de Krisiun, la noche del viernes 29 de agosto. Y razones tuvo para estar tan agradecido, puesto que el público chileno tuvo una efusiva respuesta para/con la banda brasileña, quienes probablemente después de haber tocado deben haber sentido que no eran solamente los 3, sino todos los presentes sus hermanos. Sin duda, éste fue un gran evento, que contó con la participación de los nacionales Denying Nazarene y Totten Korps. Pero, como toda historia que debe ser contada, hay que partir por el principio.
La cita metalera tomó lugar en la Rockola, a eso de las 19:00 Hrs., contando con la presencia de aproximadamente unas 50 a 70 personas en la entrada. Pasaron unos cuantos minutos para que se abrieran las puertas, el público ingresara y comenzara a tocar – con un retraso puntual, aunque suene incoherente – la primera banda de la noche.
Denying Nazarene
Los primeros vientos de la Tempestad del Sur (Frase utilizada por Alex de Krisiun para referirse al último disco de la banda) estuvieron a cargo de los death metaleros Denying Nazarene, quienes repasaron parte del repertorio de su LP del 2007 Obliterating the Christian Devotion, tocando los temas Blind Devotion, Fucking Holiness, Excruciating Believes, Denying Nazarene y A Mass of Fool, donde puede notarse cierta influencia de los norteamericanos Immolation. El público hasta ese entonces no llenaba ni la mitad de la pista del local, quienes se mantenían un tanto alejados al escenario y estáticos ante el sonido de los locales. Sin embargo, el respeto era notorio y los aplausos aparecieron por cada tema finalizado. Una corta presentación que dejó con ganas de escuchar algo más, ya que gratamente, el sonido estuvo bien y no afectó, como suele suceder con los teloneros, la correcta ejecución y puesta en escena de Denying Nazarene. Era entonces el turno de la segunda banda nacional.
Totten Korps
Ya la tormenta cobraba fuerza, y qué mejor que los locales Totten Korps para continuarla. El público iba in crescendo y la pista podía apreciarse un tanto más llena, pero se mantuvo la lejanía hacia el escenario. La clásica banda nacional demostró su vigencia y poderío mantenido a través de los años con una presentación sólida, donde efectuaron un paseo tripartito entre sus antiguas creaciones, material de su LP del 2001 y temas de su nueva producción. Canciones como Das Schwarze Korps, 7th Blasphemies of Sacred Sacrament, la instrumental Our Almighty Lords, The King of Hell Reclaims his Throne, la nueva Erotized for the Death Rattles of the Bloody Flesh, entre otros, tuvieron su lugar en la Rockola con gran ejecución, salvo por cierto desperfecto de saturación de una guitarra acusado entre dos temas por Ricardo Reyes, actual vocalista de la agrupación, lo que no disminuyó la intensidad de la presentación. Una buena exhibición por parte de los nacionales, quienes dejarían el escenario en medio de los aplausos para dar paso a un extraño lapso del evento.
Sorteo de Guitarra BC Rich Warbeast
Luego de la presentación de Totten Korps, se dio inicio al sorteo de la guitarra BC Rich Warbeast para quienes compraron su entrada en la preventa, la misma que ocupa Moyses Kolesne, guitarrista de Krisiun. El sorteo se realizaría nada más y nada menos que en una unholy from hell bolsa negra plástica con los nombres de los participantes, mientras que desde el escenario fue lanzada una polera con el logo de Krisiun causando el típico alboroto por regalos tirados al público, que terminó con una mujer cayendo de espaldas – por no decir de raja – al suelo. La espera por Krisiun en el intertanto se extendió más de la cuenta entre que se iba a sortear la guitarra y la prueba de sonido para afinar los instrumentos del número principal. Lo curioso de esta prueba es que con la espera, tendió a parecer un número de Varieté digno de relleno del Festival de Viña del Mar.
Afinados los instrumentos, se daría inicio al sorteo con la presencia de los mismísimos Krisiun, quienes autografiarían la guitarra para quien se la ganara. Entonces empezó el concurso, y antes del ganador se sacaron dos nombres al agua, quienes seguramente ante el hueveo y las risas masivas, prefirieron quedarse callados si resultaban ser las personas mencionadas. Al tercer intento, se sacó el nombre victorioso, quien fue invitado a subir al escenario. Quizás la palabra más adecuada que podría ocupar para el ganador es afortunado, pero ante los gritos y epítetos chilenos clásicos del público por su suerte, probablemente lo mejor era mantener un perfil bajo. Terminado el concurso, los hermanos Kolesne, que ya estaban en el escenario, tomarían sus instrumentos y darían inicio al vendaval más fuerte de la Tempestad del Sur.
Krisiun
Llegó la hora de la verdad y el trío brasileño comenzaría su gran noche con Ominous, e inmediatamente se pudo apreciar la pista de la Rockola llena y asomos de los primeros mosh que serían un factor común y creciente durante el transcurso de los temas. Luego vino el primer track del disco Assassination, Bloodcraft, canción que al terminar daría paso a los primeros agradecimientos de Alex Camargo en un fluido español, dando a la vez los indicios de un discurso de unión de la raza latina. Fue el turno de Vengeance’s Revelation, donde Camargo comenzó a manifestar ciertos problemas en el bajo, lo que hizo que al terminar esta canción, el brasileño lanzando un “Viva Chile”, desapareciera por unos instantes del escenario y un improvisado Max Kolesne comenzará un notable solo de batería, para que posteriormente su hermano Moyses hiciera lo mismo con una destacable destreza en la guitarra.
El cuarto tema correspondió a Combustion Inferno, material de su nueva placa y motivo de su gira, el disco Southern Storm. Uno de los puntos altos de la noche llegaría con Vicious Wrath, donde el mosh se intensificó, el público correspondió mucho más fuerte a los brasileños y nuevamente, Camargo dio las gracias, haciendo recordar la cantidad de agradecimientos que diera David Vincent de Morbid Angel en el cerrado Teatro Providencia hace unos 4 años atrás. Procedieron temas como Hatred Inherit, Refusal, Slain Fate, y Apocalyptic Victory, donde un fan se subió a una pequeña tarima cercana al escenario, coreando el tema efusivamente, siendo reconocido por Camargo. Después de está manifestación de gratitud con el fan comenzó a sonar la potente Murderer, tema en que al finalizar, Alex aludió positivamente al mismísimo Tom Araya, a bandas chilenas de trayectoria por su aporte a nivel sudamericano, tales como Necrosis, Atomic Aggressor, Totten Korps, Chronos y Criminal, sacando aplausos por cada nombramiento en reconocimiento de las bandas.
Nuevamente su último trabajo salió a la luz, esta vez con Minotaur, seguida por lo que fue la supuesta última canción de la noche, Conquerors of Armageddon, donde muchos fans comenzaron a subirse a la reja del escenario, siendo saludados por Camargo con la mano, cosa impensable en ciertos recitales donde muchos suben y son devueltos con una bella patá’ en la raja. Finalizada la canción, los agradecimientos de Krisiun para el público chileno eran más y más. Alex tomó su bajo y comenzó a pasearlo hacia la gente; se dio el tiempo de dar la mano a muchos que estiraron el brazo, incluso dando un abrazo a un fan. Notable, más allá de la coordinada y potente ejecución técnica de esta banda, es la calidad humana de los 3 hermanos, quienes fuera de las temáticas oscuras que tratan sus temas, siguen siendo personas humildes, accesibles y entregados completamente al público. No por nada Camargo mencionó que realmente era un honor estar en este país, y reiteradamente insistió hacía el público lo “maravillosos” que eran.
Luego de que Krisiun abandonara el escenario, se prendieron las luces del local y se creyó que todo había terminado, hasta que desde el público comenzaron los aplausos y cánticos alusivos. La agrupación retornó e invocaron la última blasfemia, Kings of Killings, para despedirse completamente agradecidos y emocionados por la recepción local, cumpliendo aproximadamente una hora y algo más de un potente show.
En resumen, la tarde-noche del 29 de agosto fue una sólida presentación cargada a la técnica y oscuridad, con una Rockola que cumplió eficientemente en cuanto al sonido y capacidad, salvo por la queja general de que no se pudiera vender alcohol, pero aquello no disminuyo la intensidad de todo lo acontecido.
2 grandes exponentes del metal nacional junto a un icono del metal brasileño, se encargaron de demostrar que en Chile tenemos excelentes representantes; que en conjunto, en el continente somos capaces de generar espectáculos de gran categoría y que no tenemos nada que envidiar a los festivales europeos. Pues allá tendrán más recursos, pero aquí tenemos fuerza y sentimiento. Felicitaciones a las bandas por sus sólidas actuaciones, al público por su comportamiento y a la producción por brindar un buen evento.
Y para finalizar, usaré las palabras mencionadas por Camargo al concluir el show…
“Viva Chile, Viva América del Sur y Viva la Raza”
Hasta pronto…
Review: Pablo Tournelle
Fotos: Gentileza de Manuel Cabezas (Zerovarius)
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