Mayhem en Chile, era un recital esperado. El rumoreado éxito en la preventa que bien podría haber sido uno de las tantas mentiras que ya nadie creee a las productoras, se hacía real faltando dos cuadras para llegar al desconocido Club Cadilac. La fila para entrar al recinto, daba vuelta la esquina y por los alrededores aledaños, muchos ya estaban instalados con las infaltables cajas de tinto, esperando. Era real, pero a la vez preocupante, ya que no había una real dirección y menos organización en lo que estaba pasando afuera.
Un ir y venir de supuesta gente encargada para sacar gente “amiga” y entrarla, se contradecía con el caos que, ya a las 21:00 Hrs., estaba empezando a quedar en la entrada.
Una desorganización totalmente evitable en el ingreso al recinto, donde la gente aparte de gritar todo tipo de insultos a los guardias, comenzó a empujarse y pegarse codazos, fue sólo el principio. El estado etílico de los asistentes hacía más aguda su impaciencia, la cual tuvo como primera víctima una reja del acceso principal. No tardaron en empezar a masacrar a patadas las cortinas de hierro que cubrían aquella maltrecha discoteque. Ese fue el comienzo de la batalla.
Pocos minutos antes que la Av. Blanco Encalada se transformara en un verdadero campo de batalla, mucha gente de prensa (entre los que estaba también Collapse) esperaba por horas infructuosamente la aparición de la “supuesta lista de prensa” que obviamente jamás llegó. Por más de 3 horas, varios medios web esperaron por ella, afuera de una puerta lateral al Club Cadilac, donde sólo veían entrar y salir gente amiga de la productora, guardias hechizos, y mujeres histéricas por ingresar al recinto, sin contar el sentir además de un fuerte hedor a marihuana prensada, que salía desde el interior. Finalmente aparece un tipo “encargado de prensa” a hablar con algunos de nosotros y cuando alguien le pregunta que pasa con la solicitada lista, éste sólo se digna a decir “No sé, mi pega se terminó ayer”. Una explicación bastante mediocre y poco acertiva ante el desastre que ya se estaba produciendo en la entrada, así como también ante la molestia y frustración de quienes intentaban cubrir el evento.
Baltazar Cienfuegos
Nosotros como sitio web asistimos al lugar para realizar un cobertura del recital así como lo hacemos cada vez que las productoras nos invitan, previo acuerdo de semanas y semanas de full promoción, hasta con un concurso para regalar entradas a nuestros lectores. Ya sabemos que una de las personas que ganó uno de esos lugares acá en Collapse no pudo entrar, como tampoco lo pudimos hacer nosotros. Lo peor se lo llevaron las personas que desembolsaron de su bolsillo entre 12 y 15 lucas, por que se quedaron con su entrada en la mano y con el “tremendo cuello” de apreciar, quizás por única vez en Chile, a una de las leyendas del género. Casi 200 personas. Además un personaje abrió una puerta lateral y dejó pasar gente por “unas pocas monedas”, mientras los que tenían su tícket eran ignorados.
No quedó otra opción que quedarse afuera y ver un caos tremendo en uno de los conciertos con la PEOR ORGANIZACIÓN que me haya tocado ver. Yo creí que el 2007 en el show de Paul Di’Anno lo había visto todo, pero lo del pasado Miércoles 29 de Octubre será algo insuperable hasta por el más picante productor de un evento vecinal en la población de su comuna. Y no, no estoy exagerando.
Pasemos a relatar qué pasó afuera del local reguetonero: luego de gritar en innumerables ocaciones, destruir todas las cortinas de acceso, intentar botar unas puertas blindadas (no se pudo, eran muy firmes), pedir una “cushilla” para entrar a la mala no sé como, entre otras cosas, los que se hacen llamar organizadores, o quizás la gente del Club Cadilac, llamaron a carabineros que llegaron raudamente. La fachada del recinto quedó mal, pero mal… me llegaba a dar risa. Y comienza la lluvia de proyectiles (en su mayoría botellas de cerveza de un litro), tanto así que los hombres de verde se fueron a refugiar a la otra esquina de la calle para no sufrir mayores consecuencias. Ya en menos de 10 minutos esa cuadra de Blanco Encalada había sido cortada, invadida con cerca de 15 radiopatrullas, un carro lanza-aguas y un bus, y con todo el GOPE que pudieron, para desalojar el lugar.
¿Conocen esos contenedores de botellas de vidrio para ayudar a instituciones con su reciclaje? Lamentablemente en la esquina más cercana había uno de esos, el cual fue sacado de raíz y lanzado al medio de la avenida, en forma de barricada, con cientos de botellas que quedaron bajo el tránsito del transantiago y vehículos particulares. El guanaco entró en acción, pero de forma muy breve (por lo menos fue lo que alcanzamos a ver). Y tras él venía toda la “clase” y “elegancia” del GOPE: “ya salgan de aquí los culiaos sino se van pa´rría”. No quedó otra que salir hacia la Alameda para volver a casa.
Se me olvidaba relatar que el camión que andaba con el generador para el show sufrió la pérdida de los espejos retrovisores, y que a la “vuelta de la esquina” había un furgón de la productora… Jajajá. No lo ví, pero se supo que pasó a mejor vida.
Del espectáculo en sí hemos sabido que ha sido uno de los peores en cuando a sonido -superando incluso al Teatro Novedades-, que la iluminación fue un chiste y que el local era pésimo.
Con “vallas papales” en la entrada se podría haber evitado un alboroto como el vivido. También si a eso le sumamos una empresa de seguridad con guardias de verdad en cada punto posible.
Nosotros pedimos las disculpas a los ganadores del concurso que realizamos si no pudieron entrar, pero esto sale de nuestras manos. Y no nos pasó sólo a nosotros, sino que también a otros sitios amigos como Zerovarius, Necrosystem, Tribus de Chile y programas de radio como el Power Tracks.
Al final de esta nota hay dos videos grabados mientras Mayhem de presentaba. Lo que se ve no es mucho ya que el lugar estaba muy oscuro, pero si se puede apreciar el sonido de la destrucción, y toda la fineza de algunos asistentes pidiendo una “cushilla”.
Por favor, recuerden el nombre de la productora: MACRO
Y, como decía (o intentaba cantar) un personaje que pretendía ver el espectáculo… “Chile, Chile liiindo…”
Roberto Yévenes