Una espera interminable por fin llegaba a su fin, un sueño impensable para muchos: La reunión de Carcass y su paso por sudamérica eran realidad. Muchos colapsamos cuando en su Myspace se vió la noticia con la “First EVER South American CARCASS date announced!”, y más aún cuando supimos que el show sería además acompañado de los míticos Paradise Lost, que por los pelos no llegan a ser parte de la velada. Una noche para el recuerdo, y un recital que pasará a la historia como una de las jornadas más increíbles vividas en mucho tiempo, faltan palabras para expresar la brutalidad en vivo de dos leyendas del metal mundial, está claro, pero aquí intentamos plasmar lo que se vivió, en el que posiblemente sea el mejor recital del año.
PARADISE LOST
Luego de una espera de casi once años para verlos en la Discoteque Blondie el 2006, fue particular el hecho de que los padres del Doom Metal, Paradise Lost, volvieran tan pronto, y que mejor que con esa joya de disco llamado In Requiem bajo el brazo, que es sin duda un regreso a los sonidos más crudos y antiguos del quinteto británico.
El ambiente en el teatro se notaba predispuesto a recibir con los brazos abiertos a Nick Holmes y compañía en gran parte de los casos, o a “mamarse el show” en otros. Los gustos no eran compartidos por el 100% de los presentes, está claro, pero creo que todos nos alegramos y sacamos como balance positivo el hecho de que no se vieron ni escupitajos, ni se escucharon las ya clásicas e impacientes pifias ¿será que el público Chileno de a poco se está civilizando? Bien por eso.
De la misma forma, la banda sabía al tipo de público que se enfrentaba y el show que debían brindar, por lo mismo el set de temas estuvo cargadísimo a los clásicos de antaño, y evitando casi por completo tocar cortes de discos más taquillas como Host y Believe in Nothing. La jornada en particular dio inicio con una sencilla intro orquestada, que con las luces apagadas y el griterío general, daba paso a la entrada de los guitarristas, Gregor Mackintosh, el calvo Aaron Aedy, el discreto Stephen Edmonson en bajo, el Baterista reemplazo y también integrante de los progresivos Oceansize, Mark Herron, y como no, el ahora nuevamente chascón Nick Holmes, vocalista de toda la vida de la banda quién desde el primer momento destacó por ese timbre único y desgarrador al momento de cantar.
“The Enemy”, sería la escogida para dar inicio con la velada, seguida de la taquillera “Erased”, que iría acompañada de emocionadas patadas al suelo por parte del pelado Aedy. La sorpresiva llegada a escena de “Elusive Cure”, con un generalizado grito daba en cuenta de que el público chilensis aprecia las viejas glorias de Paradise Lost, en especial de tamaño disco como lo es el Draconian Times.
Una tibia respuesta de “No Celebration”, daría paso nuevamente a otro corte de su última placa, “Ash And Debris”, destacando en especial las tonos más graves de la canción alcanzados por Holmes en el coro. Con “As I Die”, la respuesta de los presentes fue inmediata y no se hizo esperar, el vocalista ni siquiera tenía que llamar la atención del público para que todos gritáramos “AS I DIEEE!!!” haciendo de este viaje en el tiempo a 1992, toda una experiencia. El quinteto estaba decidido en tirar toda la carga de temas noventeros de una, y es así como hicieron una seguidilla de clásicos partiendo por “Remembrance”, la impensable “Gothic” con dedicación a Jeff Walker y Carcass incluida, continuando con “Enchantment” y la poderosa apertura de Icon, “Embers Fire” que sonó más pesada que nunca.
“Requiem” nos devolvería al presente, y sería el relajo necesario para volver a la carga, con el hit radial de Paradise Lost, “Say Just Words”, canción con la que los fans y los no tan fans disfrutaron bastante dejando en evidencia que el corte no es para nada desconocido. El show daría término, luego de un pequeño break con “Never For The Damned”, “One Second”, y la canción que nos debían del show anterior del 2006, cuando por culpa de René de la Vega (quién tocaría minutos más tarde en la misma Discoteque Blondie) el espectáculo tuvo que ser cortado premeditadamente, hablamos de la tremenda The Last Time, que sería en definitiva el fin de un impecable show de Paradise Lost, que se demostró como una banda más metalera y pesada que nunca.
Se extrañaron cortes, está claro, pero para quiénes presenciamos el espectáculo del 2006, quedamos más que pagados, el show fue preciso y era hora de ver a Carcass.
Paradise Lost Setlist
1. Intro
2. The Enemy
3. Erased
4. Elusive Cure
5. No Celebration
6. Ash And Debris
7. As I Die
8. Remembrance
9. Gothic
10. Enchantment
11. Embers Fire
12. Requiem
13. Say Just Words
14. Never For The Damned
15. One Second
16. The Last Time
CARCASS
Pasadas las 22:00 Hrs. la ansiedad se hacía notoria en el Caupolicán. Decenas de personas bajaban a la mala de las galerías a la pista central para ver más de cerca y seguramente unirse al mosh futuro, incluso se vio una atractiva dama bajando, por lo que la solidaridad metalera se hizo evidente y las manos de más de alguno por ahí para recibirla no solo apuntaron a sus piernas o espalda (Dígase en chileno, al culo). La música de fondo al cortarse y las luces jugando a prender y apagarse, hacían amagues de la presentación del plato fuerte de la noche. Pero ya era suficiente, y las luces y música se fueron al unísono para dar paso a la algarabía colectiva.
Damas y caballeros, este año hemos presenciado diversos momentos históricos, pero hay dos que han sido muy especiales. El primero es que Chile le ganó a Argentina (1-0), y el segundo, Carcass en el escenario del Caupolicán, iniciando las clases de anatomía putrefacta con “Inpropagation”. Y así, sin saludos ni preámbulos, ya estaba sonando la agrupación compuesta por los connotados Jeff Walker, Michael Amott, Bill Steer y el reemplazante de Ken Owen en la batería, Daniel Erlandsson, percusión de Arch Enemy.
Al terminar la primera canción, la reacción eufórica y los aplausos del público se hicieron sentir y las primeras palabras del histriónico Walker aumentaban la emoción general. Llegó el turno de “Buried Dreams”, procedida por uno de los puntos altos de la noche, la notable “Corporal Jigsore Quandary”, en cuyo inicio veríamos si Erlandsson lograría alcanzar el feeling que Ken Owen antiguamente habría plasmado, y vaya que lo logró.
Como si fuera poco el cabeceo y mosh general, siguieron “Carnal Forge” e “Incarnated Solvent Abuse”, dos canciones que no dieron descanso alguno al respetable. Los fuegos se calmaron un poco y dieron paso al coreo general con “No Love Lost”, en donde se pudieron reponer las energías para continuar la euforia. Después de finalizar el tema, comenzó el primer medley de la noche, que correspondió a la introducción de “Edge of Darkness”, más “This Mortal Coil” y “Embodiment”, tema en el cual Jeff Walker desapareció rotundamente del escenario, escuchándose un sonido de golpe en la amplificación del bajo. ¿Razón?… Se nos cayó Walker, ante la sorpresa de varios y la continuación sin perturbaciones por parte de la banda.
Retomando su puesto en el escenario, el ambiente se tornó más oscuro, y se hizo sentir con la poderosa “Reek of Putrefaction”, una pieza realmente maestra de los ingleses, que sin duda fue otro de los puntos altos de la noche en cuanto a ejecución y respuesta del público. Y entonces procedió “Keep on Rotting in the Free World”, canción del criticado Swansong, que podría no haber tenido una respuesta tan notoria, pero contrario a toda predicción, fue una de las más coreadas y vaciladas del evento.
Las intervenciones de Jeff Walker entre los temas eran notables, convirtiéndolo en claro protagonista de la noche. Se autopresentó como “The Fat Man”, por su evidente ponchera estilo Maradona; en algún momento mencionó en español “Me encantan las putas”, probablemente influenciado por las enseñanzas de Juan Brujo y Dino Cazares (Conocidos puteros), así como otras tallas instantáneas.
Después del primer tema del disco Swansong, la pregunta de Walker al público fue si les gustaba el Grindcore, y haciéndole honor a la palabra, el segundo medley de la noche correspondió a la introducción de “Genital Grinder”, continuada por “Pyosisified (Rotten to the Gore)” y “Death Certificate”, con una coordinación envidiable entre cada corte.
Luego, el excelente guitarrista Bill Steer tomó el mando del micrófono central, para dar paso a la clásica “Exhume to Consume”, donde el ánimo de la gente no decaía y el repleto Teatro Caupolicán disfrutaba cada vez más del show. Volvió la calma cuando comenzó a sonar la introducción de “Ruptured in Purulence”, la cual derivó hacia el último tema de la noche, “Heartwork”, donde la emoción y euforia estallaron, terminando con la reverencia de la banda para el público, las banderas chilenas en mano y una aplaudida y bulliciosa despedida.
En resumen, Carcass en aproximadamente 1:20 Hrs. demostraron categoría y potencia sin igual, y sin duda alguna que el título de leyendas es más que meritorio. Agradecidos estamos por haber visto aquel espectáculo, y todavía estamos asimilando el acontecimiento, puesto que era algo totalmente impensado en estas tierras. Probablemente a más de alguno se le cayeron las lágrimas en el recital, y no debe sentir vergüenza alguna, puesto que presenciamos un instante histórico, de aquellos momentos de los cuales cuando estemos en las últimas nos harán decir, orgullosos… que podemos morir en paz.
Carcass en Chile, si señor, fue verdad.
Carcass Setlist
1. Inpropagation
2. Buried Dreams
3. Corporal Jigsore Quandary
4. Carnal Forge
5. Incarnated Solvent Abuse
6. No Love Lost
7. Edge of Darkness / This Mortal Coil / Embodiment
8. Reek of Putrefaction
9. Keep on Rotting in the Free World
10. Genital Grinder / Pyosisified (Rotten to the Gore) / Death Certificate
11. Exhume to Consume
12. Ruptured in Purulence / Heartwork
Review: Paradise Lost (Nicolás Pérez) – Carcass (Pablo Tournelle)
Fotos: Sandra González
Galeria de Fotos