Decidí no escuchar el último disco (Aunque es del año pasado), aventurando que era bastante probable encontrarme con cosas muy similares a lo que vienen realizando hace años. No esperaba nada nuevo… y así fue. Amon Amarth hace, valga la redundancia, lo que sabe hacer: Tocar como “Amon Amarth“; y comparativamente, aunque guardando las proporciones y algunos cambios, es un caso parecido al de Cannibal Corpse, quienes pueden sacar y sacar nuevo material, pero siempre manteniendo su esencia y un sonido característico.
No es extraño entonces esperar que cada disco de Amon Amarth, por lo menos desde el Fate of Norns, tenga un inicio similar: Riffs reciclados, subida o bajada de tonos y alguno que otro efecto, además de darle diferente intención al sonido, pero en si, es la misma esencia mostrada a través de los años. Aunque esta característica “plana” de Amon Amarth quizás sea una desventaja, pasa que en vivo su show tiene toda la fuerza que una banda podría querer: Es integral, tiene buena ejecución técnica y una respuesta ferviente del público. Si logras entretener, considérelo inmediatamente como un espectáculo exitoso.
Tuve la suerte de estar en el concierto anterior y hacer la misma tarea encomendada hoy. Si el 2009 pudo sonar bien y fue un gran show en el Novedades (Si, sonó “bien” en el Novedades), mi expectativa sobre el Teletón era mucho mayor, y no salí decepcionado, salvo por leves detalles.
Llegué más temprano que de costumbre, justo al momento de la apertura del recinto, tipo 18:00 Hrs. La entrada de las personas se realizó de manera ordenada y paulatinamente la pista del Teletón fue rellenando su espacio. Sabemos que este Teatro es más ancho que largo, y al principio dudé si podría lograr una convocatoria que no “diera pena” visiblemente, pero fue capaz de llenarse, en aquel sector por lo menos, con un poco más de mil asistentes.
Eso si, antes de que el show de los suecos comenzara, pasadas las 19:30 Hrs. los encargados de darle atmósfera al evento fueron Hedenskrig, banda nacional ligada al Viking Metal, con algún tinte de Folk en su ejecución. Acompañados del grupo de combate vikingo Varmesjord (quienes recrearon batallas en el escenario mientras Hedenskrig tocaba sus canciones), lograron generar tal ensusiasmo entre los asistentes, que como en muy pocas ocasiones, se vio una respuesta totalmente efusiva y de apoyo a los nacionales. Con una carga emotiva especial, ya que la presentación de los coterráneos fue dedicada a un amigo de la banda que ya no está entre nosotros, Hedenskrig y Varmesjord dieron lo mejor de si, sobre todo al final de su presentación, donde soltaron toda la furia “vikinga” en el escenario, con una batalla campal de proporciones: Espadas blandiéndose y golpeando los escudos; patadas y golpes en armaduras y cascos… todo al son de los cantares de gesta vikinga. Probablemente para nuestros compatriotas en el escenario, fue todo un orgullo anteceder a quienes portan el estandarte musical pesado de Odín al mundo. Una buena antesala de treinta minutos que tuvo excelente recepción entre los presentes. Y por supuesto, una buena promoción para festivales o eventos del corte costumbrista/histórico ligado a los asuntos medievales.
Así entonces pasamos a la espera de la agrupación sueca, entre los últimos ajustes de sonido y elementos en el escenario, con el gran Surtur como telón de fondo blandiendo su espada, imagen que además es la caratula de la última creación y motivo de la gira de los nórdicos: Surtur Rising. Y ya a tres años de la venida de Amon Amarth, quienes en aquella ocasión traían el ocaso del dios del trueno, ahora sería el turno de impresionar con el gigante de fuego. Tarea no menor, pero no imposible, pues el lugar era bastante mejor que el Teatro Novedades.
Amon Amarth
20:40 Hrs. y la intermitencia de la linterna avisaba lo que se venía. Luces apagadas, una introducción para calentar los motores y poco a poco fueron apareciendo los suecos en el escenario. Johan Hegg y compañía se toman el recinto e inmisericordes, comienzan con ‘War of the Gods’, primer track del último disco. El apoyo del público no se hizo esperar, y aunque visiblemente sólo se “repletó” la pista, aquello no fue un problema para demostrar la fuerza de la “hinchada” nacional. En segundo lugar vino ‘Runes to my Memory’, con ese espectacular y simple riff de inicio que recuerda lo mejor del Amon Amarth Pre-2000, aunque este corte pertenece al disco With Oden on our Side (2006). Y tal como me dijera un amigo, hay bandas que sólo necesitan un par de acordes simples y son capaces de hacer algo mucho mejor que aquellas ultra estudiadas y técnicas composiciones de alguna bandas Death Metal, totalmente validas, pero que carecen de emotividad.
Terminando esta canción, Johan Hegg se hace dueño de la iluminación en el escenario, adquiriendo protagonismo inmediato frente a sus pares de agrupación (Algo que Amon Amarth en si debe trabajar, pues si bien la imponente presencia y el show centrado en el vocalista es positivo, los demás miembros pasan desapercibidos en cuanto a interacción con la gente), lanzando el primer saludo a los presentes con un “Buenas noches Santiago, cómo están amigos” en un bien pronunciado español, junto con mencionar lo “grandioso” que es volver acá y un “Are you ready for Metal?”, dando paso a ‘Destroyer of the Universe’ y ‘Live without Regrets’ (Ambos del nuevo LP). No esperaba sorprenderme con lo nuevo, pero si hay cosas que merecen que le ponga oído a este trabajo, y la recepción de los presentes al material nuevo fue totalmente positiva, con más de algún tipo haciendo stage diving entre el público.
Volvimos diez años atrás con ‘Thousands Years of Oppresion’, y se hizo notoria la calidad vocal de Hegg: un vozarrón de proporciones, acompañado de los aplausos al compás del tema, hacían eco en el Teletón. Y aunque la interacción de los demás integrantes de la banda no es mucha con el público, si tienen ciertos puntos entre ellos, como en este tema, donde se formaron en línea de cuatro y cabecearon coordinadamente. Quizás son gestos menores, pero se agradecen… y con esto, aparecieron los primeros “Olé, Olé”, no sé si marca registrada nacional, pero si que nos recuerdan por eso.
A la vez, el juego de luces con el telón fue tomando más fuerza. Si bien la distinta gama de colores le fue dando a la imagen de Surtur intenciones según los temas, en la ocasión anterior como punto positivo para el Novedades, tuvo mejores resultados. Probablemente el telón de Twilight of the Thunder God tenía mejor respuesta por el arte y gama cromática, lo que de todas formas no le quitó la gracia a los efectos que se provocaban con la proyección de las luces en el telón actual.
En sexto lugar, ‘The Pursuit of Vikings’ se transformaría en uno de los temas más fuertes de la noche. Aunque partieron con un error (Se adelantó uno de los guitarristas) y cortaron inmediatamente para recomenzar, en lo posterior no hubo más que saltos y coros al que es uno de los himnos de Amon Amarth. Ted Lundström se encargaría de mantener las cuerdas del bajo sonando para que los presentes vitorearan la guía de Odín. Con el público exaltado, los suecos retoman la senda de Surtur y presentan ‘For Victory or Death’, destacando las masas del baterista Andersson y su “relojería” en el doble pedal; y hasta el momento, también es menester reconocer la correcta ejecución de Söderberg y Mikkonen en las guitarras. Ya a esta altura, la banda se estaba dando por pagada agradeciendo al público nacional.
Con ‘The Hero’ el ambiente tomo un descanso. La tranquilidad y melodía de este tema le dio una pausa a la carga de riffs aplastantes. Algunos problemas se manifestaron eso si en el micrófono de Hegg, quien quedaba prácticamente “a garganta” y fue bastante evidente en esta canción. Sumado a esto, algunos problemas con la salida hicieron que los instrumentos no se escucharan de la mejor forma, pero todo esto debía arreglarse con una gran canción: ‘Valhall Awaits me’. El sonido de ahí en adelante mejoró de manera considerable, dejando la mitad restante del show con mayor definición en la voz y la percepción de los demás instrumentos.
Con ‘Slaves of Fear’ el escenario se tiñó de luz roja completamente, apareciendo también el primer juego de baqueta entre manos de Andersson, causando una positiva respuesta en el público. Nuevamente, las gracias, que ya se hacían costumbre y uno se “deja” querer, venían desde la voz de Johan Hegg. Sucedió ‘The Fate of Norns’ con una pifia en la nota (más baja, o bien, piso mal el pedal) de uno de los guitarristas, cortando nuevamente para corregir rápidamente el error y comenzar el tema como Odín manda. ‘Bleed for the Ancient Gods’ se antecedió de un “Are you ready to bleed?”, rememorando a la agrupación en su etapa anterior al año 2000, dándole en el gusto a los fans del material más antiguo.
Con ‘Under the Northern Star’, Surtur tomó un descanso y el escenario dejó el naranjo del anterior tema, para tornarse en un tenue azul. El imponente Hegg solicitó al público que griten junto a él, y de ahí en adelante el concierto fue subiendo su categoría. Esta “balada” de la agrupación permitió romper la monotonía, transformándose en uno de los puntos más altos de la noche. Por consecuencia, con cierto atisbo de emoción dije: “Este es el Amon Amarth que quería ver”. Ya los problemas de sonido pasaron a segundo plano y la voz del frontman era la envidia de cualquier calefón.
Prosiguieron ‘Free will Sacrifice’ y ‘Cry of the Black Birds’, y en esta última canción vino la única falla de iluminación en el espectáculo: las luces amarillas intermitentes más el humo hicieron desaparecer prácticamente en el tema completo a los integrantes del escenario. Como diría la famosa frase de Show de Goles: “No se ve ni huea”. Pasado este inconveniente, que solamente fue visual, llegó el turno de ‘Death in Fire’, otro de esos temas con riffs totalmente pegajosos y de gran calidad. Aparecieron nuevamente los vítores a Amon Amarth, y un posterior agradecimiento de Hegg diciendo que somos los más gritones de todos.
La velada parecía terminar con ‘Victorious March’. Aplausos espontáneos al compás, gritos y bastante emoción con las cadencias y velocidades que tiene este tema, pues cómo no, si fue el único tema que tocaron del gran Once Sent from the Golden Hall. Un Johan Hegg “victorioso”, dando la espalda al público para levantar su brazo haciendo la famosa “mano con cuernos” hacia el telón de Surtur, mientras también la banda alargaba los instantes finales del tema, parecían despedirse del escenario del Teletón, envueltos en agradecimientos hacia los presentes. Pero todos notaron que aquello no era el final.
Las luces se apagaron nuevamente, y como si el concierto fuese a empezar de nuevo, con la misma fuerza que todos tenían al inicio, la introducción de “mar y truenos”, con luces emulando relámpagos al unísono, daba paso a uno de los hits de la banda: ‘Twilight of the Thunder God’. La locura de los presentes fue tal que hasta me aventuraría a mencionar que se dio un mosh en el desarrollo del tema, pero no estoy totalmente seguro. Para el broche de oro, llegaría la última canción ‘Guardians of Aasgard’, donde la algarabía del público se tradujo en un efusivo y gran aplauso final para la banda, que posterior al termino del concierto, se dedicó a regalar uñetas y hacer los saludos correspondientes.
En resumen, respecto a la ejecución del concierto, lo criticable pudo ser ciertos problemas de sonido ajenos a la ejecución de la banda que mermaron la primera mitad sin mayores contratiempos (salvo los dos inicios errados); la falta de participación de los demás integrantes de Amon Amarth ante un Johan Hegg que realmente se “toma” por presencia, prestancia y carisma el escenario; alguno que otro detalle de iluminación… pero en general, lo mostrado por los nórdicos es un show entretenido y de gran calidad.
Quizás echo de menos la atmósfera de antaño en lo nuevo, aquella del Once Sent from the Golden Hall y el Avenger, en algo parecido a lo que sucedió en el avance de los años con Nile. Pero de todas maneras, esto es lo que es ahora Amon Amarth, y sigue captando fans y estando dentro de los estandartes del Viking Metal a nivel mundial, aunque han dejado de lado esa “esencia” más densa de los primeros trabajos, dando paso a un Death Metal Melódico, muy de los suecos, con algo de Power y Heavy. No le perdono absolutamente eso si a la banda, dejar fuera grandes temas como ‘The Last with Pagan Blood’ (en el 2009 fue tocada), tema que en lo personal considero una de las mejores canciones de estos (sino la mejor), dándole más prioridad a la veta nueva en sus presentaciones en vivo. En fin, para gustos hay colores dicen por ahí.
De igual manera, les dejo una tabla resumen comparativa, donde queda en evidencia la prioridad al material nuevo, al contrario del setlist del 2009 que tenía un mayor equilibrio con los temas antiguos (Si hay algún dato erróneo, agradezco la corrección):
Y como comentario final… no vendría nada de mal una tercera venida de los suecos, pero esta vez, si realmente están tan agradecidos de Chile y nos consideran uno de los mejores públicos, que piensen en grabar un DVD acá.
Hasta pronto.
Setlist Amon Amarth
- War of the Gods
- Runes to My Memory
- Destroyer of the Universe
- Live Without Regrets
- Thousand Years of Oppression
- The Pursuit of Vikings
- For Victory or Death
- The Hero
- Valhall Awaits Me
- Slaves of Fear
- The Fate of Norns
- Bleed for Ancient Gods
- Under the Northern Star
- Free Will Sacrifice
- Cry of the Black Birds
- Death in Fire
- Victorious March
Encore:
- Twilight of the Thunder God
- Guardians of Asgaard
Fotos: Sandra González