Pocas bandas logran congeniar con su público, a un nivel de emotividad extremo, que hace que cada nota interpretada cale hasta en lo más hondo de cada uno de los presentes, y más todavía de cada uno de los miembros de la banda. La alegría en la cara de Vincent Cavanagh era fé de ello, y más todavía era el fiel reflejo de un conjunto deseoso por volver a esta angosta faja de tierra, al mismo teatro que el 2006 los recibió como reyes, y cantó a todo pulmón a un nivel casi ensordecedor cada una las canciones que en ese entonces presentaron. Hoy, tres años después, la historia se repite con Anathema y los ingleses nuevamente nos deleitaron con un longevo setlist lleno de lo más potentes sentimientos, como sólo ellos saben transmitir en su música.
Mar de Grises.
Una velada destinada a ser perfecta, merecía invitados de categoría que dieran la partida al espectáculo. Fue así como, los magnánimos Mar de Grises, dieron un show que si pudiéramos describir en una palabra, esta sería sublime. Y es que debe ser uno de los mejores teloneos en el último tiempo, de entre los que me ha tocado ver. Una banda con mucho fiato en escena, presentando muy buen material y un público con toda la disposición del mundo de verlos, que los apoyó. Y como debería ser en todo teloneo no hubo pifeas, ni pendejerías, ni el chaqueteo acostumbrado, sólo aplausos y elogios para uno de los números latinos de Doom Metal más apreciados en el viejo continente.
La banda se las tuvo que arreglar, con un sonido que no estuvo a la altura de las circunstancias desde el principio, y no fue hasta que pasaron los dos primeros cortes de la noche, Sleep Just One Dawn y Recklessness, que el audio mejoró considerablemente hasta llegar al púlido sonido que el conjunto nos tiene acostumbrados. Con Deep Seeded Hope Avant-Garde la aventura sónica de Mar de Grises se podía disfrutar en todo su esplendor: un juego de luces sublime, una banda disfrutando mucho un show que me atrevería decir lo soñaron en más de alguna ocasión, y la gente (que a esas horas debieron ser unos dos mil espectadores aprox.) ovacionando en cada pausa que existía la oportunidad.
Mar de Grises es sin duda una agrupación que está jugando en las ligas mayores hace rato, y verlos en un escenario realmente grande como el del Teatro Caupolicán sólo apoya más esta aseveración, y es que el lugar como teloneros lo tenían merecido (¡y debieron telonear a Opeth! lo dije en su momento). Lo mejor era ver las reacciones de la gente y escuchar los comentarios post-teloneo “oye que es buena esa banda”, “la cagó el grupo” y así muchos otros comentarios y alabanzas, que demostraban que el show brindado por los grises dejó con muy buen sabor de boca a los asistentes que iban a ver a Anathema y se pillaron con esta pequeña sorpresa. Por lejos, uno de los pocos teloneos que he visto que logra su real cometido.
Setlist Mar de Grises:
01. Sleep Just One Dawn
02. Recklessness
03. Deep Seeded Hope Avant-Garde
04. One Possessed
05. To See Saturn Fall
Anathema.
Con minutos pasados de las nueve de la noche, un grito general de conmoción y una Intro en cinta que resonó en cada rincón del lleno Teatro Caupolicán, marcaron el inicio de una nueva y segunda cita que se daba nuestro país con los británicos de Anathema. Con Empty y un muy emocionado quinteto en escena, las luces teñían todo de un muy oscuro púrpura, mientras las primeras melodías y cánticos de la noche se hacían presentes. Rápidamente el vocalista avanzaría en el escenario hacía una especie de sintetizador donde interpretó Closer con vocoders de su disco A Natural Disaster, el escenario que permanecía casi en penumbra sólo disparaba luces hacia el respetable. Había definitivamente mucha más gente que el 2006.
El set de canciones avanzaba con agilidad, y la banda disparaba temazo tras temazo, dedicaron Far Away al fanclub chileno de Anathema, quienes estaban poco locos con la mención. Cada canción era recibida con un infartante “ooooh!” que se hacía más fuerte, en especial con las más antiguas piezas del conjunto. Que notable es la respuesta de la gente hacia Anathema, todos cantando al unísono, y disfrutando ese ¿Doom Metal? no, difícil clasificarlos así ahora, siendo que su sonido ha variado y mutado tanto al punto de que su propuesta musical llega a ser un híbrido entre Rock Alternativo, algo de Progresivo, un poco Atmosférico, y con una clarísima y marcada influencia Floydiana. Etiquetas más, etiquetas menos, el conjunto Inglés es de esas pocas pero grandes bandas que dejan el corazón en el escenario y mueven a la masa por diferentes ritmos y sentimientos, pasando por aquellos cortes lentos, calmos con esa tibia pero grandilocuente nostalgia, hasta esos galopeos de guitarra y gritos eufóricos de Vinnie que llaman al Teatro a saltar y bailar.
Esa fue la tónica de la noche, la de una banda honesta, y más allá de los problemas constantes con las guitarras acústicas (que por lo visto, tenían hasta la coronilla a Danny), aplausos iban y venían, así como los gritos y las lágrimas, todos incluídos en el mismo pack. Con una rapidísima interpretación de Panic, y esas potentes vociferaciones de Vincent, dieron paso a una nueva canción, un tema sólo lanzado a través de la página del grupo, A Simple Mistake, que con un inicio lento en guitarra por parte de Danny y un juego de voces notable entre ambos hermanos Cavanagh evocó pasajes más lentos de la música de la banda, logrando una quietud calurosa en el teatro que miraba con respeto, las nuevas futuras joyas del quinteto a ratos sexteto. ¿Por qué a ratos sexteto? porque tal cual como el 2006, vinieron con Lee Douglas una vez más.
Y tal cual como fue la vez pasada, de la nada un ángel caía al escenario a conquistarnos con ese vozarrón único que la caracteriza, y con ese trote divertido que tiene para entrar a escena casi de puntillas, como en plan de pasar piola, lo que menos logra es eso y apenas es divisada por los fans, los calurosos aplausos no se hacen esperar, pues la gente sabe lo que se viene, y con A Natural Disaster todos cantan, y las lágrimas brotan naturalmente en los ojos de más de algún emocionado espectador, es entendible es uno de los momentos cúspides y obligación en cada show de los británicos. Explosión de palmas y la gente vuelta loca gritando el nombre del conjunto, mientras la banda preparaba otra de sus nuevas sorpresas con Angels Walk Among Us, logrando otro dueto perfecto entre Lee y Vincent que es apreciado en absoluta calma, y desencadena en Deep con la retirada de la blonda vocalista de escena, quien más tarde volvería por más.
Con el público a tope y la banda prendida totalmente, pasaban y pasaban tracks así como la larga jornada se desvanecía fugazmente. Sonaron Lost Control, Inner Silence, la increíble Regret que faltó en el concierto pasado y esta vez llegó como cual anhelado regalo por muchos, y con el cover de Hope de Roy Harper, si, el mismo que aparece en Eternity nos adentramos en un mar de sonidos ochenteros pero con toda la frescura y actualidad del quinteto de Liverpool. Pasó Temporary Peace y la hermosa Flying con la cual volamos hasta las cumbres más altas del Teatro Caupolicán.
La banda abandona el escenario, y sólo queda Daniel Cavanagh armado de su guitarra acústica, se dirige al público, hace un par de gestos a los sonidistas (algo que fue la tónica de la noche para Danny), e interpreta en solitario Are You There? corte que fue tímidamente cantado por algunos, la mayoría prefirió apreciarlo en el silencio de las penumbras del teatro. A continuación según palabras del mentado guitarrista se vendría un regalo para Vincent, y un gusto que se quería dar, fue así como conquistó la escena y al respetable con un extrañísimo pero emotivo cover de Wasted Years de Iron Maiden, por lejos la versión más triste que he escuchado de esta canción de la doncella. Así tal cual como si se trátase de una canción de fogata, Danny dio con los acordes precisos, cantó un poco y el resto lo siguió la gallada terminando este momento en un cerrado aplauso, que daba también la bienvenida al vocalista.
Vincent recibe la guitarra de Daniel, y este último se posiciona en el teclado para interpretar el que se supone sería uno de los momentos más emocionantes de la jornada, One Last Goodbye, pero tocada al estilo Hindsight, más acústica, más cercana, pero también más débil. Y si bien la respuesta del respetable fue grandiosa, y cantaron a todo pulmón aquellos versos que hicieron famosos a esta agrupación, no me dio la impresión de encontrarme ante un cántico avasallador como el de la última vez que vinieron, como que el mismo hecho de ser una versión más calmada, mermó en respuesta, y por más que el cantante alzaba las manos en señal de “canten más fuerte”, esto no sucedió del todo, no fue el mismo canto ensordecedor que devastó a la banda el 2006 y que los hizo darse cuenta del error que cometían al no venir a este lado del mundo. No fue malo en ningún caso, pero algo faltó. Con Lee adentrándose en puntillas a escena, el conjunto interpretó Parisienne Moonlight cerrando así uno de los momentos más aplaudidos de la noche.
Un paseo por viejos clásicos como Sleepless, hizo que toda la tristeza y calma que nos pudieron haber embargado los cortes anteriores se fuera, el desorden se tomó la cancha y la banda gastaría sus últimos cartuchos con los dos temas que abren Alternative 4, Shroud Of False y Fragile Dreams, y dos covers que cerrarían una velada de más de dos horas del más pulcro y puro Rock Británico. Una versión un tanto extraña, y que de hecho nos costó captar en un inicio, de Hurt de Nine Inch Nails que sorprendió a más de alguno. Tremendo tributo a uno de los grandes del rock industrial, todo esto para cerrar con el broche de oro característico de Anathema: Comfortably Numb de Pink Floyd, momento en que los presentes se dejarían llevar por las hipnotizantes melodías progresivas, y el olor de las últimas colas de macoña que aumentaría exponencialmente.
El conjunto se retiraba, luces prendidas, y todo normal, se empezaban a desarmar los equipos, y cuando creíamos que todo había terminado, y nada más podía pasar ¡¡Vincent se tira al público!! Increíble pero cierto, el vocalista de los de Liverpool sin siquiera meditarlo un minuto se mandó tremendo Stage Diving para regocijo de las fans que lo recibieron y para dolor de cabeza del productor, quien con una cara digna de ser fotografiada ordenó como pudo que ayudaran al cantante que lo superó la emoción y la conectividad que logra con los fanáticos de este lado del mundo, rindiéndose literalmente a sus pies, y lanzándose a un mar humano de fans. Notable gesto, y más notable velada que fuera de todo pronóstico estuvo tan potente como su primera visita, a excepción de leves fallas, pero nada que no sea común por estos lares. 26 temas condecoraron la longeva jornada ¿ganas de más? por supuesto, siempre las hay, es por lo mismo que esperamos que vuelvan, pronto y ya con Horizons bajo el brazo, que por lo que se oye será un discazo de aquellos.
Setlist Anathema:
01. Empty
02. Closer
03. Forgotten Hopes
04. Far Away
05. Anyone, Anywhere
06. Panic
07. A Simple Mistake
08. A Natural Disaster
09. Angels Walk Among Us
10. Deep
11. Lost Control
12. Inner Silence
13. Regret
14. Hope [Roy Harper Cover]
15. Temporary Peace
16. Flying
17. Are You There?
18. Wasted Years [Iron Maiden Cover]
19. One Last Good Bye
20. Parisienne Moonlight
21. Angelica
22. Sleepless
23. Shroud Of False
24. Fragile Dreams
25. Hurt [Nine Inch Nails Cover]
26. Comfortably Numb [Pink Floyd Cover]
Review: Nicolás Pérez
Fotos: Sandra González
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