Una muy, pero muy helada noche fue espectadora y compañera de quienes nos reunimos, esta vez en el Teatro Caupolicán, ex Monumental, a presenciar la vuelta a nuestro país de Angra, una banda que nos tuvo esperando 6 años, para verlos nuevamente en acción en este helado terruño. Y quizás largos 6 años de tediosa espera, ya que luego de que la banda encabezada por Edu Falaschi nos deslumbrara con el lanzamiento de aquella maravillosa placa llamada Temple of Shadows, estuvieron a punto de pisar nuestra tierra y por alguna misteriosa metida de pata o vaya a saber uno, mano negra, nos quedamos con los tickets en la mano esperando ver la perfomance de aquel disco en directo. Y quizás lo más extraño, es que estando tan cerca se demoraran tanto tiempo en volver a aterrizar en la capital. En este momento, no pasa de ser una mera anécdota el tiempo esperado, ya que luego de un concierto de algo así como 100 minutos, creo yo, muchos quedaron satisfechos.
Para calentar la álgida velada, la producción del evento le dio sus fichas a los capitalinos Human Factor, que traían la mochila cargada con el lanzamiento de su segunda placa, llamada Behind the Dark qué vamos a venir con cosas; la suerte no estuvo de su lado. A pesar de que claramente tenían todas las pilas puestas para entregar un show de calidad, el sonido definitivamente no estuvo de su parte, sobretodo del vocalista, Ives Gulle; quien tuvo constantes problemas con su micrófono y cortes en medio de los temas elegidos esa noche. Agregado a esto, un problema de volumen, a mi parecer, entre las guitarras de Guillermo Olivares y Sole Genúa, hicieron que mucha gente obviara a los nacionales y pidiera a gritos a los brasileños; pero aún asi, y con mucha pachorra, la banda se entregó por completo en el escenario, derrochando energía, y entregando un heavy metal muy sólido y bien ejecutado. Quizás este factor, el de la sólida ejecución y las “ganas-de” que la banda puso sobre el escenario, hizo que de a poco el público olvidara por un rato la presencia, como plato fuerte, de Angra, y con mucho respeto escuchara atentamente, y aplaudiera uno a uno los temas de los capitalinos, quienes a pesar de los problemas de sonido que tuvieron, entregaron una sólida performance que fue tibiamente aplaudida por la, a esa hora, bastante joven audiencia.
En este contexto, creo que es NECESARIO poner nuevamente en la palestra el tema de las bandas nacionales teloneando a bandas extranjeras. ¿Es chaqueteo, despecho o sencillamente falta de apoyo lo que está ocurriendo?. En la venida, hace muy poco tiempo, de Testament a nuestro país, vimos con vergüenza como los míticos Necrosis eran bajados del escenario, más otras incontables veces en que las bandas nacionales ven frustrados sus deseos de entregar buenos shows, a audiencias siempre hambrientas de buen metal, por problemas de sonido, problemas técnicos, y un largo etcétera; pero siempre es algo, o alguien, ajeno que hace que las presentaciones de bandas nacionales no sea como todos lo esperamos. De todas formas, no quiero decir con esto que la presentación de Human Factor haya estado marcada por problemas técnicos, por encima del show que brindaron, pero éstos si se notaron tanto en la reacción del público como en la reacción de la banda en sí, y en un público joven como lo fue en su mayoría en esta ocasión estas fallas suelen ser una verdadera lápida para las bandas afectadas. Pero en fin, repito mis sinceras felicitaciones a Human Factor por haber sabido sobrellevar estos problemas y finalmente entregar, en bruto, un heavy metal muy pero muy sólido y bien ejecutado; que como ya mencioné se gano un cariñoso aplauso en la antesala de Angra.
Y luego, se vino otra espera bastante tediosa. Casi tres cuartos de hora, que hicieron recordar aquellos largos 6 años de espera para ver de vuelta a los brasileños; y se vinieron a la memoria presentaciones pasadas; como aquella vez en que ante un público muy reducido presentaron el álbum Rebirth, en el ahora cerrado Teatro Providencia; o cuando, con corte de luz y fuerza policial incluida, se presentaron en el que en aquellos años se llamaba Teatro Monumental, comandados por André Matos y con el disco Fireworks como pretexto. Esta vez, el tour era parte de la promoción de Aurora Consurgens, una placa que tenia la vara bastante alta luego de Temple of Shadows, y que para algunos vino a terminar de consagrar la “segunda versión” de Angra.
Y pasada la espera, se apagaron la luces; y comenzaron a sonar las primeras notas de Unfinished Allegro, cosa que a más de alguno sorprendió ya que era obvio que la cosa se vendría abajo en seguida con Carry On, quizás el tema más conocido de la banda; pero que no pertenece a su última placa. Dicho y hecho; comienza Carry On y la batahola es total. Y en cuanto a sonido también. Poco o nada se pudo entender al principio, con ambas guitarras bastante saturadas, una batería muy lejana, un bajo ausente, teclados subiendo y bajando de volumen y un Edu Falaschi perdido, y digamos las cosas como son, muy desafinado. Todo parecía un mal presagio, pero a pesar de los problemas de sonido los jóvenes asistentes estaban vueltos locos, mientras Angra nuevamente nos sorprendía cortando a la mitad Carry On para volver a la época Falaschi con Nova Era, del disco Rebirth, con lo que el hueveo siguió con un público que de memoria coreó una a una las notas de aquel tema. A esas alturas, el sonido seguía siendo una masa de lo que poco se podía entender; cosa que a más de alguno ya estaba molestando dado que, si hay un recinto en Santiago que es reconocido por su buenas condiciones acústicas, es el teatro de la calle San Diego.
Angra por su parte, con autoridad se paraba sobre el escenario para entonces saludar, cordialmente y siguiendo el protocolo, a los asistentes al show; intertanto en el que me di cuenta que Falaschi vestía una bufanda, por lo que se podía intuir que quizás sus problemas a la hora de cantar a la altura, provenían de alguna enfermedad. Consecuentemente, vino el tema que abre el disco que generó la gira; Voice Commanding You, momento en el que se notó una leve mejoría en cuanto al sonido. Los tarros que, ante la mirada atónita de muchos, el sud-africano Aquiles Priester apaleaba con mucha fuerza e ímpetu, al fin se empezaron a escuchar al menos un poco más claros y las guitarras ya no sobrepasaban en cuanto a volumen al resto de la banda; pero aún estaba ausente el sonido del bajo y la voz de Falaschi, aún sin estar a la altura de las circunstancias; se escuchaba un poco lejana.
Luego, la sorpresa fue mayúscula; con Wings of Reality, tema que abre el disco Fireworks; instrumentalmente ejecutado a la perfección, y con un Edu que seguía sin dar con el tono. Luego, otro batatazo de la era Matos, Z.I.T.O., uno de los mejores temas del disco que en mi opinión, es la obra maestra de Angra, Holy Land. A estas alturas el sonido ya era un cuento aparte; con los volúmenes de cada uno de los instrumentos bien logrados, una batería omnipresente y aun muy maltratada por Priester; al fin apareció el bajo y el teclado dejó de subir y bajar de volumen.
Luego, y para seguir con un espectáculo con varios aliños, los asistentes se pusieron a tono y corearon con fuerza el ya conocido “Miseribuss, Sanctus…” que da comienzo al que fue el primer single en que participó Falaschi y compañía, Acid Rain, tema perteneciente al disco Rebirth que afirmó notablemente el sonido a pesar de una fea caída en el volumen del teclado al comienzo del tema; que solamente pasó desapercibida gracias a los coreos del público durante el transcurso del tema.
Ya con el público prendido en su mayoría, los brasileños siguieron descargando su arsenal de heavy metal, primero con Heroes of Sand y luego con otro tema de Aurora Consurgens, Ego Painted Grey; luego del cual nuevamente Edu saludó y agradeció al público, para dar paso a un pequeño break en que se empezaron a escuchar los cantos correspondientes al tema que abre el disco Holy Land, Crossing; con lo que todos se pusieron de pie y se prepararon para lo que fue el punto más alto de la noche.
Con Nothing to Say el Caupolicán se convirtió en un verdadero cumpleaños de mono. Todos saltando en cancha, la gente que se ubicó en el segundo piso con el poco espacio que tenía salto y coreó junto a una muy sólida banda que interpretó de manera magistral el tema que abre el conceptual Holy Land, dejando cabalmente demostrado que difícilmente la actual formación de Angra podrá dejar de interpretar los temas de la época que los hizo una de las bandas más importantes en la escena Heavy de mediados de los noventa, la época encabezada por el ahora cesante André Matos. Esto, porque sin lugar a dudas el público sigue prendiendo mucho más con temas de la época Matos, y creo que todos y cada uno de los asistentes al Caupolicán ese día se llevaron esa misma impresión.
Dicen que luego de la tormenta viene la calma; pero esta no fue la ocasión. Seguido de la tormenta que fue Nothing to Say, la banda hizo gala de su solidez instrumental para interpretar Angels and Demons con una impecable factura; pero lamentablemente Edu aún seguía cayéndose en los tonos más altos o mas “complicados”, cosa que ya a esas alturas de la noche, para muchos era una verdadera molestia; mientras que para otros menos conservadores pasaba desapercibido.
Y vino otro de los puntos altos de la noche, cuando el público se robó la película cuando Angra interpretó el tema Rebirth. Fue en este punto, en que las voces de los asistentes se hicieron ensordecedoras hasta el punto en que la banda debió dejar de tocar para que el público hiciera su propio show, solamente coreando la melodía perteneciente al tema en cuestión. Para no faltar a la tradición, se hicieron presentes los encendedores, y hasta algunas antorchas estilo estadio se vieron prendidas amenizando un muy romántico momento. Luego, y para volver a la velocidad fue el turno de otro tema de Aurora Consurgens, en este caso Course of Nature; en que empezaba a quedar claro que el show estaba terminando sobre todo por la forma en que Angra se plantaba en escena, ya mucho más estáticos de lo que se pudo ver minutos atrás.
Posteriormente, y como para dejar a todos satisfechos; Angra regaló el tema que abre el laureado Temple of Shadows, Spread your Fire, donde tanto el público como la banda sacaron las pocas energías que iban quedando para hacer más notable aún la sinergia publico-banda que se dio durante unas pocas partes del show.
Una vez que terminó el tema, todos pensábamos “hasta aquí no’ ma”, pero nuevamente la banda nos sorprendió y en lo que ellos mismos denominaron como la celebración de los quince años de trayectoria de la banda, hicieron una ensalada musical y cada uno de los integrantes tomó un instrumento diferente al que le correspondía. Felipe Andreoli se encargó de la batería (con una solidez y potencia que a muchos dejó marcando ocupado), un hiperventilado Aquiles Priester tomó el bajo, Edú tomo la guitarra de Kiko, quien se puso con la voz y por su parte Rafael Bittencourt no soltó su vistosa Gibson Les Paul, para dar paso a un cover bastante especial: Come Together de The Beatles, punto en que la gente coreó mas por cariño que por ganas, demostrando que quería participar activamente de este as que Angra tenía escondido bajo la manga. De este cover, no cabe más que destacar la notable labor que Kiko llevó a cabo en las voces, con un tono muy potente y grave, quizás hasta thrasher; con el que gran parte del público quedo turulato (hasta escuché a algunos que pidieron que él cantara en vez de Edu).
Entonces, vimos otra ensalada, mientras Aquiles ya empezaba un show aparte de empujones junto al tecladista de sesión, Kiko tomaba las baquetas, Edú la guitarra de nuevo, Rafael Bittencourt le cedía su guitarra a Edú, y Felipe tomaba la guitarra de Kiko. Todo esto, para interpretar el ultra manoseado y conocidísimo clásico de Deep Purple, Smoke on the Water. Y luego, un final casi digno de The Who, en que Aquiles, que estaba solo un poquito hiperventilado, hizo mierda todo lo que encontró a su paso, desde un par de pedales, micrófonos, cables y otros artefactos. Pasado esto, vinieron los saludos, las reverencias, los aplausos y mucha diplomacia, para despedir una noche que, con mucha objetividad digo, no llenó las expectativas que había generado, vaya a saber uno por qué. Factores sobran: una noche más que fría, el sonido muchas veces falló y además, Edu Falaschi no estuvo a la altura de las circunstancias, y eso que venía con un curriculum envidiable en vista de lo que había mostrado en los discos de la banda.
No sé si corresponda decir que Angra quedó al debe con Chile, por que se vio mucha energía sobre el escenario y la banda correspondió también el rol que jugó el publico dentro del show; pero como mencioné fueron algunos detalles los que hicieron que el show no fuera lo que muchos estábamos esperando, y nos dejara con las expectativas hechas, sobretodo viniendo de una banda con el peso internacional como el que ostenta Angra.
Setlist Human Factor:
- Stronger
- Give me a Sign
- Nobody Knows Me
- Fire
- Reactive self Portrait
- Liar
- Threads of Destiny
- Behind the Dark
- Human Factor
Setlist Angra:
- Unfinished Allegro – Carry On
- Nova Era
- Voice Commanding You
- Waiting Silence
- Wings of Reality
- Z.I.T.O.
- Acid Rain
- Heroes of Sand
- Ego Painted Grey
- Crossing -Nothing To Say
- Angels and Demons
- Rebirth
- The Course of Nature
- Deus Le Volt – Spread Your Fire
- Come Together
- Smoke on the Water
Review: Ignacio Machuca F.
Fotos: Francisca Domínguez
P.S.: Agradecemos a la productora Lighthouse por darnos la oportunidad de asistir al concierto, darnos todas las comodidades del caso y garantizarnos el acceso a fotografias y a la acreditación como prensa.
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