Fue su tercera visita a Chile, la segunda de la era Gossow, para su show como parte de la gira con la que promocionan su último álbum Rise of the Tyrant, del 2007. Todo esto en una época de “crisis” en la cual los bolsillos sufren de una manera increíble, más aún con Amon Amarth y Heaven & Hell los días posteriores. Priorizar fue la premisa del público que prefirió apreciar a una de las bandas pilares del Death Metal Melódico.
La puntualidad que los organizadores tuvieron con el show se agradece. Apenas 5 minutos de retraso tuvo este show programado para las 21:00 horas en un Teatro Novedades que, día a día, se va ganando más detractores. ¡Yo no sé como ese teatro no se cae! ¡Cómo aguanta en pie una estructura construida a la rápida a comienzos del siglo XX! Lamentablemente es uno de los pocos recintos que va quedando para espectáculos de este tipo, para este marco de público.
La portada del último disco de estudio como telón de fondo fue toda la escenografía que ocuparon el pasado miércoles 6 de mayo. Un telón tan grande que era del tamaño del ancho del lugar. Con la intro de Blood on your Hands comenzó el espectáculo con un sonido horrible. Así siguió, tal cual, durante las canciones siguientes, Ravenous y Taking Back my Soul. Sólo era distinguible la batería, debido a lo alto de su volumen, pero del resto nada. La voz de Angela era consumida por una masa de sonido indistinguible. Quizás por eso le cambiaron el micrófono en este último corte. Tres temas al hilo que hicieron estallar a los asistentes.
El panorama sonoro no cambió Dead Eyes See no Future. Nunca supe cuando partió por que simplemente no se lograba distinguir mucho. Sin embargo, la gente seguía extasiada ante tamaña muestra de brutalidad. En My Apocalypse la vocalista ya hacía participar al público con aplausos al inicio y final. Un público que ya estaba bastante más calmado, viendo en detalle lo que pasaba en escena y, quizás, muy concentrado para saber que era lo que los europeos estaban tocando, por la pésima acústica.
Era el momento de presentar el material nuevo para nosotros. Directamente desde el Rise of the Tyrant se venían Revolution Begins y The Great Darkness, piezas no conocidas por la mayoría pero que ya con una mejora en el sonido van dejando en claro la potencia y tecnicismo de Arch Enemy. La mejoría sonora queda en evidencia con el solo de batería de Erlandsson. Algo nítido con una base de fondo de sintetizadores. De esos solos que demuestran la calidad de un músico en particular. Ello fue sólo un descanso para continuar con temas del disco 2007. Era el turno de The Last Enemy y I Will Live Again, esta última que con sus gancheros riffs logró unir en una sólo voz el “wooo, wooo, wooo” característico de sonidos desconocidos para los fanáticos. O sea, sencillamente para los que no se saben las letras y en su vida han escuchado este material, algo completamente viable considerando el bajo promedio de edad de los asistentes. Y no digo que sea malo, sólo que es algo una especie de arma de doble filo que, por un lado, muestra “lo que prenden” las nuevas composiciones, por muy malas que sean, y, por otro lado, hace ver a la banda que no necesitamos de clásicos. Claro, ellos ven la exaltación de los púberes y quedan felices con ese feedback. Fin de los descargos. También acá se hizo ver la picardía del chileno gritando al unísono “en pelota!, en pelota!” en referencia a Angela.
Los hermanos Amott tuvieron la oportunidad de hacer gala de sus dotes artísticos en un solo de guitarra doble. Primero Christopher para, luego, ser complementado y reemplazado por Michael. Se venía el final de la primera parte del show. Para ello invocaron a los brutales Dead Bury Their Dead y Diva Satanica. El repleto Teatro Novedades era una explosión de energía. La gente despertó de la somnolencia provocada, para algunos, por las canciones de su último larga duración. Intentos de mosh por todos lados, intentos que nunca se cumplieron a cabalidad por que, insisto, habían muchos niñitos en el lugar.
Sonaban unos samples de fondo, la intro del popular We Will Rise y todos saltando. Yo pensaba que los saltos en los conciertos eran del Heavy o del Power, ¿pero del Death? Tan saltarines que ni se fijaron en algunas pifias del solo de Michael. La banda se retiraba de las tablas dejando a todos pidiendo más, por lo que los gritos no se hicieron esperar… ¡Pero no pueden estar pidiendo Nemesis! ¿qué hay con Silverwing, Bury me an Angel, The Immortal, etc.? No, toda la juventud death metalera pidiendo Nemesis. Claro, como no lo van a pedir si es uno de los temas más alejados del Death Metal que solían hacer en los 90’s, un deleite para las nuevas generaciones.
Pasan sólo dos minutos y vuelven con la instrumental Snowbound. Continúan, posteriormente con Heart of Darkness, canción del Wages of Sin, que, justamente, pocos conocieron. Bueno, poco y nada importa si luego venía el hit del Doomsday Machine. Tal como la gallada pidió, Nemesis se hacía presente. Todos se sabían este track, pero todos. Todos, también apoyaban los gritos de aliento de Gossow, quien vestía una polera con el nombre de nuestro país. El final del concierto se vino con la parte instrumental de Fields of Desolation, algo rescatado de su primera placa, el gran Black Earth que fue concluido “a lo Maiden”. Arch Enemy se iba del escenario para regresar inmediatamente a recibir la ovación criolla.
Fue un concierto del que, personalmente, esperaba mucho más. La banda un 7 en su trabajo. Quizás no se movieron por el escenario debido a su corto tamaño, siempre estuvieron tocando en su lugar cada uno de ellos. El mito del Novedades sigue vigente. Suena pésimo cuando la pega no está bien hecha. Veces anteriores el sonido allí fue exquisito, pero por algún motivo este concierto no se dio del mismo modo. Por suerte, a medida que avanzaban los minutos, éste fue mejorando. Este comentario, aparte de notar como fue el show, habla mucho acerca de su público. Un público que día a día rejuvenece y le da otra cara a algo que solía ser brutal. Va de la mano. El cambio del Arch Enemy de los tres primeros discos también provocó un cambio concreto en su fanaticada, una cosa que no es mala, algo que sólo es un detalle a considerar. Fue interesante ver a los hermanos Amott juntos nuevamente en un show. El 2007 en el lugar de Chris vino Fredrik Akesson, actualmente en Opeth.
Si tenían poca plata y tuvieron que priorizar otro concierto de la semana, y de esta forma perderse a Arch Enemy, les cuento que fue una muy buena decisión.
Setlist:
Blood on your Hands
Ravenous
Taking Back my Soul
Dead Eyes See no Future
My Apocalypse
Revolution Begins
The Great Darkness
The Last Enemy
I Will Live Again
Dead Bury Their Dead
Diva Satanica
We Will Rise
Snowbound
Heart of Darkness
Nemesis
Fields of Desolation (outro)
Review: Roberto Yévenes Muñoz
Fotos: Sandra González
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