Dentro de todos los eventos que figuraban en la cartelera del segundo semestre de este 2010, sin lugar a dudas el más relevante y potente en cuanto a cartel era el Big Metal Fest, que ofrecía la oportunidad de ver a grandes bandas como lo son Dorso y Sepultura, encabezadas por los legendarios Anthrax, que volvían a nuestro país a saldar la deuda que había quedado pendiente luego de la accidentada visita “turística” que la banda hizo en nuestro país el año 2005, y que hasta el pasado 10 de Noviembre seguía dando vueltas en la cabeza de quiénes se quedaron con tickets en mano esperando por ver a los norteamericanos en el ex-Estadio Chile.
Es que aquella vez la inadecuada gestión de permisos municipales y el aumento de las restricciones por parte de las autoridades, gatillada luego de que una avalancha de viejas de mierda dejara la escoba en un recital poblacional de poca monta, dejaron a montones de headbangers haciendo la cola, sin mayor explicación y con las ganas de ver a uno de los “cuatro grandes” del Thrash Metal estadounidense. Y en el marco de este Big Metal Fest estaba la perfecta revancha, que traía de vuelta a nuestras tierras a los newyorkinos junto a Joey Belladona, el vocalista que encabezo la época dorada de la banda.
Dorso
Los encargados de abrir la jornada fueron los nacionales de Dorso, que encabezados por su frontman Rodrigo ‘Pera’ Cuadra aparecieron sobre las tablas del Caupolicán de forma puntual a las 19.30, tal como se apuntaba en los tickets del evento. Con una pequeña Intro y en seguida la reconocida ‘Satanica Dirty Slut’, los capitalinos daban comienzo a lo que, a la postre, fueron prácticamente cuatro horas de pura locura metalera; que desde un comienzo comenzó a tomar forma en torno a concurridos moshpits que dieron como resultado varios lesionados durante toda la jornada. En un comienzo el sonido de los nacionales fue un poco confuso y los bombos de la batería de Fran Muñoz no se escucharon del todo claros, pero nada que hiciera que el resultado final fuera inaudible.
A esas horas el Caupolicán no se veía totalmente lleno, pero cerca de dos mil personas disfrutaron de la presentación de la mítica banda nacional, que siguió su presentación con ‘Horrible Sacrifice’ y ‘Deadly Pajarraco’, momento en que el protagonismo se lo tomo el dúo de guitarras conformado por Álvaro Soms y Yamal Eltit, quienes se complementan de gran forma en sus presentaciones dando un ingrediente extra para el goce de los “guitarreros”. El sonido ya encontraba su mejor nivel y todas las texturas que la banda imprime en su propuesta se podían contemplar sin complicaciones.
En general el público que presencio el show de los nacionales estuvo muy activo ya que coreo, cabeceo y mosheo cada uno de los temas que la banda interpretó, demostrando que el papel de Dorso en esta pasada no era el de telonero. Siguieron ‘Horas sobre Tentaculón’, ‘Silvestre Holocaust’ y ‘Panificator’, mientras el público aumentaba considerablemente en número y ya comenzaban a caer algunas banderas sobre el escenario, mientras “El Pera” aprovechaba para agradecer a los presentes y calentar los ánimos mencionando las bandas que les seguirían en la velada.
Con ‘Ultraputrefactus Criatura’ y finalmente ‘Hidra’, la banda cerraba una presentación de media hora exacta, que a mi gusto podría haberse extendido perfectamente en uno o dos temas más para seguir encendiendo a un público cuyo único objetivo era escuchar música “no apta para abuelitas”. Luego de las gracias y las reverencias, la banda dejaba el escenario tras un gran aplauso de parte del respetable, dejándoles tarea pendiente a los organizadores de estos eventos. Esto, porque siento que en este Big Metal Fest perfectamente se le pudo dar la oportunidad a más bandas nacionales que tienen calidad de sobra como para representarnos en estas lides y que hubieran sido igual de efectivas que Dorso. No digo que la presentación de los antes mencionados estuviera de más, pero ¿Cuánto mejor hubiera sido que se incluyera a, mínimo, tres bandas nacionales en vez de una sola? Dejo la pregunta abierta.
Setlist Dorso
- Intro
- Satanica Dirty Slut
- Horrible Sacrifice
- Deadly Pajarraco
- Horas sobre Tentaculón
- Silvestre Holocaust
- Panificator
- Ultraputrefactus Criatura
- Hidra
Sepultura
Aun cuando algunos conservadores reclamen que los músicos que actualmente conforman Sepultura no tienen casi nada que ver con la época dorada de la banda, los cariocas se tomaron con mucha energía el escenario para demostrar que aun pareciendo un “tributo” a Sepultura, tienen cuerda y fuerza para mucho tiempo. Esto quedo explicito en cuanto comenzó la presentación de la banda, que luego de la Intro que daba a entender lo que se vendría, disparó sin clemencia ‘Arise’, ‘Refuse/Resist’ y en seguida ‘Dead Embryonic Cells’ dejando sin aliento a los presentes. El sonido desde un comienzo fue realmente demoledor, y cada uno de los instrumentos de la banda se pudo escuchar con mucha nitidez, aún cuando note que a la voz de Derrick Green le hizo falta un poco de volumen. El moshpit ya alcanzaba a buena parte de la cancha que con altas dosis de violencia seguía cobrando víctimas, mientras la banda interpretaba ‘Amen’ y en seguida ‘What i Do!’, tema que no prendió mucho al público como seria la tónica con las canciones de la época post Cavalera que formaron parte del setlist.
Tras este violento inicio, la banda ya tenía al público en la mano, pues la mayoría de los asistentes –que en esos momentos sumaban más de cuatro mil– respondían con efervescencia a los estímulos que los músicos ofrecían sobre el escenario, y en todo momento corearon, saltaron y moshearon con los temas que la banda interpretaba. Cabe destacar la solidez que el cuarteto ha conseguido en sus presentaciones, ya que aun sin tener una guitarra rítmica trabajando para darle más peso al sonido de los brasileños, el resultado es una verdadera aplanadora en que cada uno de los músicos brilla con luz propia, aun cuando sea el carismático y eufórico Andreas Kisser quien se robe la mayoría de las miradas.
Con ‘Attitude’,'Spit’ y luego ‘The Treatment’ seguíamos el recorrido por la extensa discografía de los cariocas, que mientras pasaban los minutos aumentaba la intensidad de su interpretación y la consiguiente respuesta del público. De a poco, comenzaba a destacar el sólido Jean Dolabella, quien tras la batería interpreta de manera fiel y mortífera los patterns de batería que dan ritmo a Sepultura. Algunos conservadores podrán comerme vivo por decir esto, pero siento de Dolabella está muy por encima de Igor Cavalera como baterista y esto se nota fuertemente en los temas más clásicos de la banda, donde el joven baterista además improvisa sobre la marcha dándole una importante plusvalía al resultado que el cuarteto entrega en sus shows.
Para saciar la sed de los sedientos de “sandías caladas” y grandes clásicos, los brazucas volverían a su etapa más death-metalera con la notable ‘Troops of Doom’, momento en que el mosh alcanzo a buena parte de la cancha y quienes antes miraban con dejos de contrariedad se sumaban al intenso headbanging que se hacía imposible para todos los asistentes. En seguida, y siguiendo con la tónica de la “vieja escuela”, sonarían pegadas y en forma de medley ‘Septic Schizo’ y ‘Escape to the Void’, para volver al clásico Arise (1998) con la potente ‘Meaningless Movement’ y terminar de liquidar a quienes seguían de pie. Para concluir esta selección de grandes éxitos de la vieja escuela, sonaría ‘Policia’, con especial y obvia dedicación a los caballeros de verde.
Con la adrenalina a tope, Andreas Kisser se tomaría los micrófonos para saludar al público, hacer hincapié en que estábamos presenciando la ultima patita de la gira mundial de la banda promocionando su última producción A-Lex y finalmente, para presentar un tema de su próximo álbum, a salir el próximo año. Luego de ‘Sepulnation’ sonaría la potente ‘Slave New World’ donde los asistentes mostraron que tenían energías para rato y retomaron el violento mosh. En seguida, y en lo que seguramente sería el momento más notable de la presentación de los brasileños, sonaba ‘Territory’ donde todos y cada uno de los asistentes se unían para corear las líneas compuestas para Chaos A.D. hace ya tantos años.
Con ‘Inner Self’ volvíamos nuevamente al pasado más glorioso de la banda y el mosh seguía dándose con la misma energía y violencia de antes, mientras la banda completa aplaudía a un público que se rindió ante la potencia de la presentación. Tras un efímero encore la agrupación retornaría al escenario para interpretar ‘Ratamahhata’ y cerrar una activa presentación de cerca de 90 minutos con la reconocida ‘Roots bloody Roots’. Lo que Sepultura presento, en resumen, fue un recorrido por sus canciones más conocidas y algunas otras de A-Lex, dejando una buena impresión en cuanto a la energía que le otorgan a sus presentaciones en vivo, pero con muchas dudas de la real capacidad de la banda a estas alturas: no hay que ser adivino para darse cuenta que las nuevas composiciones de la banda tienen muy poco arrastre y se alejan demasiado de lo que uno podría esperar de una banda con la trayectoria y peso a nivel mundial como Sepultura.
Setlist Sepultura
- Intro
- Arise
- Refuse/Resist
- Dead Embryonic Cells
- Amen
- What I do
- Convicted in Life
- Attitude
- Spit
- The Treatment
- Troops of Doom
- Septic Schizo/Escape to the Void
- Meaningless Movement
- Policia
- Tema nuevo
- Sepulnation
- Slave New World
- Territory
- Inner Self
Encore:
- Ratamahatta
- Roots Bloody Roots
Anthrax
El reloj marcaba cerca de las diez de la noche cuando en el fondo del escenario se pudo ver un gran telón con el logo de Anthrax y parte de la portada de Among the Living, quizás el álbum más reconocido y querido por la fanaticada de los norteamericanos. Luego de cinco años, por fin la banda capitaneada por el histriónico Scott Ian aterrizaba a nuestro país y sin cancelaciones de por medio llegaba a descargar su inconfundible Thrash Metal con innegables reminiscencias al Punk y Hardcore ochentero.
Con la canción que le da el nombre al disco antes mencionado, la banda se subía al escenario y desataba la paranoia. Resulta difícil explicar la explosión de energía que se vivió al comienzo del show, que incluyó bengalas y saltos mortales desde el segundo piso. Para no bajarle las revoluciones al cuento, la banda despachaba el himno de batalla para los thrashers y mosheros de corazón. Un centenar de chascones y chaquetas de mezclilla de unieron en otro mosh de antología mientras sonaba ‘Caught in a Mosh’, en que volaron zapatillas, mochilas y se vieron los primeros atisbos de Stagediving. La locura era total y resultaba impresionante ver a prácticamente cinco mil personas en un perfecto revival a lo que fueron las épocas de oro del Thrash durante los ochenta.
La vivaz respuesta del público se veía reflejada sobre el escenario, pues todos los integrantes de la banda interpretaban ese Thrash tan reconocido con una sonrisa de oreja a oreja, mirando perplejos a un público que se había entregado en un 200% al show. En este sentido, y como siempre, lo más activos sobre las tablas eran Scott Ian y el hiperactivo Scott Bello, que en ningún momento dejo de animar a los presentes. Tras la batería, el siempre sólido Charlie Benante hacia pedazos una batería que al parecer no le era propia, ya que estaba compuesta por un solo bombo que no lucia el logo de la banda. Quizás el menos expresivo fue el “novato” Rob Caggiano, quien más que nada se dedico a ejecutar pulcramente los solos de guitarra que aparecen en la banda. El chascón técnicamente hace olvidar al mítico Dan Spitz, pero se queda atrás en comparación a toda la energía que el pequeño guitarrista entregaba.
Sin dar licencias para ningún tipo de descansos, la banda norteamericana seguiría descargando artillería pesada con ‘Got the Time’ -que por razones lógicas dio lugar a otro mosh para la memoria- y en seguida ‘Madhouse’, mientras la banda seguía mostrándose hiperactiva sobre el escenario y Joey Belladona se subía sobre cualquier plataforma estable para animar a un público que en ningún momento dejo de retribuir al cuarteto. En seguida Belladona se dirigía por primera vez a la audiencia con una modulación digna de un cabro chico de tres años, y con un tarareo convido al publico a corear la melodía que le da forma a ‘Be All, End All’, en el primer guiño al clásico State of Euphoria (1988) de la noche. Le seguiría otro de los convites al mosh, ‘Antisocial’, momento en que las zapatillas nuevamente comenzaron a volar por los aires y un incansable thrasher alcanzaba el escenario para ser rápidamente empujado hacia el público.
Durante todo el show el sonido estuvo a un gran nivel y todos los instrumentos se podían apreciar en todo su esplendor, algo que de todas formas se podía esperar dadas las excelentes condiciones acústicas que tiene el Caupolicán. Así entonces, sin dar algún respiro y siguiendo con la tónica de lo que a esas alturas iba de show, seguiría ‘Indians’ donde se dio el que quizás fue el mosh mas desquiciado de la noche, justo después del corte en medio del tema (si no lo creen, revisen este video grabado desde el segundo piso del recinto), tras la demanda de la banda solicitando aún más mosh del que ya había. Sin decaer en momento alguno, llegarían ‘Medusa’ y ‘Fight ‘Em ‘Till you Can’t’, para luego hacer con la excelente ‘Only’ la única visita de la noche a lo que fuera la época del odiado John Bush.
El calvo Scott Ian tomaría el micrófono para agradecer al público y hacer una promesa que dejó a buena parte de los asistentes tiritando: El pelado haría las gestiones para que la gira de los “Cuatro Grandes” (Metallica, Slayer, Megadeth y los mismos Anthrax) llegue a nuestro país en lo que, si se llega a concretar, sin lugar a dudas seria el concierto del año. Luego de la notable promesa, Ian convidaba a un amigable mosh con la icónica ‘Metal Thrash Mad’ (otro momento con un notable mosh) y en seguida la intensa ‘A.I.R.’ donde note algunos problemas en la voz de Belladona, que al parecer no inmutaron a nadie, porque incluso en las gradas el mosh y el headbanging eran el común.
El cuarteto se retiraba del escenario para dar un respiro a lo que había sido cerca de una hora de intenso mosh y el ambiente más old-school del que tenga memoria, en un recital que aun terminando en ese punto se adentraba fácilmente en los anales de la historia metalera de Chile. Tras el infaltable encore, el público gastaría los últimos cartuchos en moshear y cabecear con ‘Efilnikufesin’ y finalmente la esperadísima ‘I Am The Law’, que cerrarían un memorable noche de muchísima efervescencia y goce chascón que tuvo toda la vibra old-school que se quisieran muchos conciertos que aterrizan en nuestro país. Tras casi cuatro horas, los norteamericanos bajaban el telón del Big Metal Fest abrazándose y dando muestras que este revival del Thrash ochentero les vino como anillo al dedo y que el regreso de Joey Belladona a las filas de la banda no es mera casualidad.
El despliegue de energía de parte de las bandas sobre el escenario y la gran respuesta de un público que llego en masa al recinto capitalino redondearon una noche que quedara en la memoria por muchos años y califica fácilmente como el mejor espectáculo de Metal del año. Si se lo perdió, mejor empiece a ahorrar plata desde ya para no perderse la posible venida de los “Big Four” y ruegue para que así sea. Si es que rezar acaso sirve de algo.
Setlist Anthrax
- Among the Living
- Caught in a Mosh
- Got the Time
- Madhouse
- Be all, End all
- Antisocial
- Indians
- Medusa
- Fight ‘Em ’till you Can’t
- Only
- Metal Thrashing Mad
- A.I.R.
Encore:
- Efilnikufesin
- I Am The Law