Un tibio sol bañaba el centro de Santiago en la previa de lo que sería un memorable concierto en el colectivo metalero nacional. Y es que cualquier comentario introductorio sobre Children of Bodom que diga estará demás puesto que el quinteto finlandés habla por sí mismo. Children of Bodom es Children of Bodom. Tal vez a alguno que otro neo hipster metalero con tendencias puritanas conservadoras le podrá parecer incorrecto, pues buscará agregar comentarios tipo “estos possers se vendieron”, murieron con el Are you dead yet?. Si bien están en su derecho de hacerlo me reservaré para sólo hablar de una gala de metal con la que – nuevamente – el Caupolicán se lució.
Debo confesar que es primera vez que tengo oportunidad de observar a los metaleros en vivo. He tenido oportunidad de ver el Caupolicán asquerosamente repleto de gente y por lo mismo me llamó mucho la atención la poca cantidad de gente que había, un poco más de mil almas las cuales estaban todas agolpadas en cancha (no hubo palco). Cabe agregar que si bien este grupo de fanáticos no eran menor en cuanto a fidelidad para con los nórdicos, sí lo eran en número. No importa la cantidad, sino la calidad me dirá alguien y vaya que tuvo razón.
A pesar del – para algunos – poco número de personas en comparación a otros conciertos de similar estilo musical, el ambiente en el Caupolicán era bastante gentil. Y es que eso tiene el metalero chileno: la capacidad de crear comunidad donde sea. Decenas de jóvenes sentados en el suelo, fumando un cigarrillo, bebiendo agua, bromeando, etc. Da gusto entrar a un concierto, no conocer a casi nadie de los asistentes y encontrarte con amigos, conocer otros, reírse mientras bromeas al técnico cuando está probando las guitarras, en fin. Hacer comunidad, hermandad.
Con 7 minutos de mínimo retraso – aspecto completamente admirable en comparación a otras bandas – las luces bajaron para comenzar el show. Claramente el número de asistentes no importó porque apenas comenzó la obertura con la cual Jaska Raatikainen abría el sonido, las cientos de personas reunidas se apretaron como pudieron para apreciar el espectáculo. Mostrando material de su nuevo disco Relentless Reckless Forever, Shovel Knockout, a pesar de la poca claridad del sonido entre el bajo y la guitarra y lo que sería un pequeño acople, Children of Bodom no tuvo mayor problema para encender al público.
Con Are You Dead Yet? Fue inevitable ver como el Caupolicán rugía cantando al son de esos poderosos acordes, “Should I regret or ask my self, Are you dead yet?” cantaba un apasionado público mientras Alexi Laiho se lucía con su guitarra. Tras saludar al respetable y – fiel a su estilo – agradecer la buena recepción, Laiho, presentó el siguiente tema: Not My Funeral. Y acá me detendré un segundo para comentar lo bien que suenan los temas del nuevo disco en vivo. Al comienzo y como muchos fans, tuve ciertos reparos con este trabajo, me atrevería a decir que pequé de puritano al preguntarme dónde estaba ese extrañable y crudo sonido de CoB que se puede apreciar en placas como Hatebreeder o Follow the Reaper y pues, me di cuenta que ahí estaba, en esa impecable performance.
Kissing the Shadows, Living Dead Beat y Roundtrip to Hell and Back, seguirían con lo que sería una perfecta ejecución musical. Con sus marcadas diferencias entre cada disco, Children of Bodom tiene esa esencia de poder jugar en cada producción con un matiz distinto, de ese modo al presentarte diversos temas de cada placa, lograr concretar una obra redonda. Laiho de repente puede decepcionarte con algunas pifeas menores a la hora de ejecutar sus solos en guitarra pero de algo no hay duda alguna, el tipo es una máquina, una máquina para escupir, para insultar al público y para convertir a la fanaticada de una sala con mil personas en un verdadero estadio.
De ese modo fue continuando el concierto, con un sello de excelencia en cada momento. Se nota la diferencia de cultura, los finlandeses podría enseñarle a muchas bandas chilenas cómo se hace un show en directo, impecable y directo y de calidad. Children of Bodom, canción con el mismo nombre de la agrupación fue fuertemente coreada por el respetable. Una canción que no reviste mayor comentarios con lo que sería posteriormente Deathnight Warrior y Hate Me!. Y es que acá el Caupolicán se caía a pedazos. Mil personas que parecían diez mil más cantaban y vomitaban su odio, la catarsis era evidente y hablaba por sí misma “I don’t give a fuck if you hate me!”, se escuchaba como un verdadero huracán.
Ya en mitad del concierto y sin bajar en ningún momento el acelerómetro de la banda Sixpounder y Blooddrunk continuaban destrozando el Teatro. Este era el verdadero público de Children of Bodom cantando, saltando, todos junto con la banda, en varias oportunidades el bajista Henkka Seppälä se acercaba por las orillas a cantar y cabecear con su gente. El sentimiento era único y el sonido impecable, palabras sobran para comentar lo ocurrido.
Angels Don’t Kill sonaba para calmar un poco los ánimos de la gente por un par de minutos para continuar con In your Face y Hate Crew Deathroll. El metal hablaba por sí mismo y con mayor razón lo hacía Children of Bodom, con esa perfecta mezcla entre power y death metal. Existen bandas que intentan emular este sonido pero ninguna como CoB.
A cada presentación de Alexis Laiho para una nueva canción, el ánimo del público se encendía cada vez más y así lo demostró el show para los temas del encore, Bodom After Midnight y la máquina Downfall. Es difícil decir cual canción de este impecable show fue la mejor, no sé si fueron las más viejas o las más nuevas. Como mencioné un par de líneas antes, Children of Bodom hace gala con su música y puede hacer que todo comentario puritano y ácidamente crítico de sus discos desaparezca con un show en directo.
En exactos 90 minutos finalizaba un memorable concierto en tierras chilenas, la fiesta finalizaba con el clásico tiraje de baquetas el público, la fotografía correspondiente y la calma. El monstruo terminó de demostrar quién es el que manda y claramente los finlandeses vinieron a eso, a servirse al público chileno. Los esperaremos para una nueva ocasión, igual de fieles e igual de afiebrados por saltar, y cantar cada poderoso acorde con el que bañan de metal a esta gran y unida hermandad.
Setlist Children Of Bodom
- Shovel Knockout
- Are You Dead Yet?
- Not My Funeral
- Kissing the Shadows
- Living Dead Beat
- Roundtrip to Hell and Back
- Children of Bodom
- Deadnight Warrior
- Hate Me!
- Sixpounder
- Blooddrunk
- Angels Don’t Kill
- In Your Face
- Hate Crew Deathroll
Encore:
- Bodom After Midnight
- Downfall