Las expectativas
De mi casa al Movistar Arena me demoro en llegar unas dos horas, tiempo suficiente para escucharme dos discos enteros, jotear a las chiquillas que suben a la micro y filosofar sobre la música y la vida. Recordé ese maravilloso y especial momento vivido el año 2005 con la primera venida de Dream Theater a nuestro país, donde varios terminamos de dar la PSU de Historia, tomamos nuestras entradas, pancitos con queso y una botella con agua pasa no morir en la espera de la fila (eran días donde llegábamos ocho horas antes de que comenzara el concierto, éramos unos loquillos). También recordé lo increíble que suena el Falling Into Infinity, el Image and Words y el Awake, pero a la vez lo decepcionado que me sentí al escuchar el Systematic Chaos, Black Clouds & Silver Linings y el A Dramatic Turn of Events.
El show del 2008 fue regular/malo, y no categóricamente malo sólo porque tocaron Erotomania, Voices y Take the Time. El 2010 fue malo/pésimo, un show extremadamente corto (¿atribuído al miedo por el terremoto?, realmente desconozco la razón, tal vez el tour era así de apretado) y finalmente el 2012 fue un show raro; era en Espacio Riesco con un formato casi acústico y, lo más importante, en la batería estaba Mike Mangini y no Mike Portnoy, fomentando con esto la eterna discusión de “DT sin Portnoy cagó, son nuevos aires para DT, Etc., Etc., Etc.”.
Todo esto, sumado a ese reality show casi SQPesco donde justamente “gano” el ex batero de Extreme, y el hecho de que el primer disco con Mangini este suene como Fruity Loops con EZDrummer, provocaron que mis expectativas frente a esta quinta presentación de los originarios de Long Island en nuestro país fuera realmente baja. Si bien el cartel y las presentaciones del mismo tour en otros países tuvo buena acogida, no podía evitar pensar que acá sería malo, así de tajante. Sin embargo, dentro de mi corazón, quería tragarme todas las puteadas y malas palabras que llevaba diciendo durante largos ocho años.
Al Movistar Arena entre con FE.
Dream Theater, parte 1
Cuando entramos con mi colega a cancha -diez minutos antes de que comenzara el show- de inmediato nos dimos cuenta de una cosa: había muy poco público, con suerte un tercio del recinto lleno. Fue extraño ya que era Dream Theater quien se presentaba, una de las bandas insignia del metal progresivo mundial, sin embargo conocemos los problemas de tránsito que existen en Santiago, por lo que supusimos que ese número aumentaría considerablemente una vez comenzara el concierto (dicho y hecho).
Con una puntualidad casi de reloj atómico, a las 20:30 Hrs. se apagaron las luces del Movistar y comenzó a rodar en la pantalla central del escenario un video que recordaba todas las carátulas de los discos editados por la agrupación; un trabajo audiovisual realmente notable. Evidentemente, cuando se mostraron imágenes del Image and Words, Awake, Falling into Infinity y el Metropolis Pt. 2: Scenes from a Memory el público se volvió loco, mientras que con los últimos trabajos musicales se escucho mucho más silencio. No pude evitar dejar escapar una risa, no era el único que pensaba que estos discos no eran muy buenos.
Terminada la introducción aparecen en escena los protagonistas de la velada: Jordan Rudess con sus teclados, su Keytar (imposible no imaginarse a American Sound cuando se pone a tocar) y su tablet con el Bebot; el carismático John Myung, Mike Mangini con su batería-cárcel, John Petrucci con sus músculos (es gracioso, cada año que pasa, Petrucci se va transformando cada vez más en un híbrido entre el cuerpo de los tiburones de Street Sharks y la cara de Hagrid) y, finalmente, Kevin James Labrie, vocalista al que cada vez que lo veo en vivo temo por el estado de sus cuerdas vocales.
El primer tema en sonar fue The Enemy Inside y el público estalló: griterío, todos saltando, los primeros olores a sustancias aún prohibidas, desenfreno total; y la banda se dio cuenta de esto animando todavía más al público, hablando y riéndose entre ellos. Lindo comienzo del show, a pesar de que, si bien el tema es movido y tiene feeling, está lejos de ser uno de los mejores de los norteamericanos. Seguiría The Shattered Fortress, el mejor corte del disco Black Clouds & Silver Linings y perteneciente a la Suite de los Doce Pasos creada por Mike Portnoy. Éste es un temón netamente por ser compuesta con segmentos de The Glass Prison, This Dying Soul, The Root of All Evil y Repentance; además es realmente dinámico, lo que sirvió para que la gallada bajara un tanto las revoluciones en las partes tranquilas.
Luego el show continuó con On the Backs of Angels del disco Dramatic Turn of Events, y los headbandings a 4/4 y 3/4 se hicieron presentes. Sin embargo, y de manera muy personal, creo que la canción es un tanto fomeque, siendo éste uno de los más bajos de la noche. De todas formas el público en todo momento sacó el cartel de “somos la mejor audiencia del mundo, bitches“. Posteriormente viene uno de los tracks que más me gustan dentro de los editados en los últimos años, The Looking Glass, y voy a explicar el motivo: al igual que los integrantes de DT, yo soy un fanático religioso de Rush, y hay que decirlo con todas sus letras: la intro de esta canción es IDÉNTICA a Limelight. Me da a pensar que Petrucci en sus momentos creativos tiene que haber dicho: “me gusta tanto Limelight que voy a hacer una intro similar pero no igual“, y terminó calcándola. El tema realmente es bien completo, incluso teniendo secciones muy vacilonas. Buen momento que se tradujo con el regreso de los vítores por parte de lo espectadores.
Posteriormente un esperado de años: comenzó a sonar Trial of Tears y en el Movistar Arena quedó la escoba. Era la primera vez que el tema sonaba completo en nuestro país y todo el mundo lo agradeció, especialmente los que ya somos mayorcitos. El grado de respeto fue notable, había una especie de shock emocional que nos limitaba a escuchar y disfrutar cada nota, uno de los puntos más altos de esta larga jornada.
Las luces se apagan nuevamente y comienza a reproducirse la infaltable animación donde los miembros de DT se transforman en caricaturas, esta vez en búsqueda de un diamante con graciosas particularidades como un Jordan enviciado de las máquinas tragamonedas, un Myung encapuchado (menos mal que no lo pillaron los de verde), Petrucci peleando contra un dragón y un ¿Labrie pirata escondiendo una bomba en su sombrero?. Una volada de talco de aquellas, todo acompañado con los acordes de Enigma Machine. Este fue el momento de Mangini para lucirse en los tarros con un solo que encontré bastante discreto. Quedó claro que el oriundo de Newton, Massachusetts, es uno de los mejores bateros del mundo pero no realizó un show aparte como lo hacía Portnoy; ¿destacó con el solo? Sí, pero quedé con gusto a poco y lo mismo noté con las personas que estaban a mi alrededor.
Finalmente dio inicio Along for the Ride, canción que le dio el nombre al tour mundial. Todo bien, el feeling contagió al público incentivando a que aparecieran algunos encendedores al aire, los brazos de un lado a otro, una atmosfera realmente tranquila. Eso hasta que comenzó a fallar el micrófono de Labrie, quien evidentemente molesto con los técnicos, le pidió a los presentes que terminaran de cantar el tema. Un par de minutos en silencio y a oscuras, se prenden las luces nuevamente, Labrie sale pidiendo las disculpas diciendo que van a adelantar el primer descanso de quince minutos para volver con temas “que patearan algunos traseros”. Se prenden las luces y comienza a correr un contador de minutos en la pantalla. La primera parte del show había terminado y fue piola, ni buena ni mala.
Sin embargo pasó algo digno de comentar, luego de Along for the Ride, y de acuerdo al setlist de todos los otros países donde DT ya había pasado (idéntico al tocado en Chile), tenían que seguir con Breaking all Illusions y luego el descanso, por lo que con mi colega dijimos: “Bueno, supongo que lo tocarán al regreso”.
Video Loco
El contador seguía retrocediendo hasta que, faltando como diez minutos para la segunda parte, desapareció y comenzó una secuencia de videos realizados por fans totalmente, un momento muy hilarante: Jordan Rudess Action Figure, James Labrie Action Figure, John Petrucci Transformer, diferentes covers de DT en Youtube, bloopers de los integrantes de la banda entre varios otros.
Esto es notable en todo aspecto, tratar de chasconear un poco el metal agarrándose para el chuleteo a ellos mismos, eso rejuvenece a DT y a los propios fans que van a dejar de pensar: “aah buena, ya no tienen esa parada de malulis al peo que querían mostrar en el Systematic Chaos, ahora son mas joviales y buena onda”. Además hacen que esos 15 minutos que suelen ser una real lata, ahora sea parte del show, un momento esperado y que por lo demás pasa volando. Lo mismo vi con Devin Townsend Project y realmente funciona.
En fin, el intermedio termina con las imágenes animadas de un Late Show donde aparecen algunos invitados que no recuerdo; Arnold Schwarzenegger (así es, a ese nivel de auto-chuleteo) y, cómo no, las estrellas de la noche: Dream Theater.
Dream Theater, parte 2
¿Alguien quería escuchar Breaking all Illusions?, ¡LAS WIFAS!, por el contrario, el inicio de este segundo segmento es ¡¡¡¡¡BRUTAL COMPADRE!!!!!, tocando toda la segunda mitad del magnífico disco Awake. Sin duda un manjar para el oído.
Los primeros en sonar fueron The Mirror y Lie: la cagada en el Movistar, todos eramos unos monos cantando a todo pulmón, total descontrol, interpretación increíble, una maravilla. Se veía que Petrucci y Labrie estaban realmente felices por tal muestra de energía por parte del público. Luego la envolvente armonía generada por el bajo de Myung daba el inicio a Lifting Shadows Off a Dream, otro tema que por primera vez era tocado en Chile. El ambiente fue tremendo, todos escuchando muy atentos, algunos viendo las proyecciones, otros con sus ojos cerrados. Fue un estado de inmersión total con la banda y otro de los puntos altos del show. Muy similar fue lo que pasó con Scarred, otro tema tocado por primera vez en nuestro país y uno de los más esperados por este humilde servidor. Es que Scarred es un tema casi perfecto, pasa por todos los estados anímicos imaginables en una canción; es vacilón, es piola, es técnico, tiene solos chacales, armonizaciones guitarra/teclado de otro nivel, riffs pegotes y puedo escribir la biblia si sigo describiendo este trabajo musical. Mejor lo traduciré todo en una palabra: bello.
Luego otro momento esperado por muchos, un tema totalmente tabú con Portnoy al mando, un tema creado por el crack Kevin Moore, nos referimos al amado por unos y odiado por otros Space-Dye Vest. Cuando vi que en otros países estaban tocando este tema realmente me puse muy contento, siempre lo quise escuchar en vivo, y como no me importa la farándula que rodea a las bandas nunca supe el verdadero motivo de porqué nunca había sido tocado. La cosa es que ahora era un “In your Face Portnoy, vamos a tocar el tema prohibido” y realmente funcionó, como fue la tónica de esta segunda mitad de show: todo el mundo concentrado escuchando tamaña composición, ahora se veían muchos encendedores al cielo, un momento muy gratificante para todos los presentes en el Movistar.
Con eso se daba término a la sección Awake del concierto para dar paso a Illumination Theory, tema del disco homónimo de la banda. Vi a todo el mundo saltando y pasándolo muy bien, se ve que es uno de los favoritos de los fans más nuevos de Dream Theater, y realmente tienen razón, es un trabajo musical bastante completo pero personalmente a mi no me gusta, lo encuentro monótono, sin muchas ideas nuevas, y además dura 23 minutos, donde 10 de éstos se utilizan para poner música de fondo donde ningún miembro de la banda esta tocando. En cambio, le pusieron play a un video lindi que mostraba cinco luces que se unían para formar un sol gigante mientras que los miembros del grupo tenían el tiempo suficiente como para salir del Movistar Arena, ir donde la tía de los tocomples, comerse uno, y regresar a tocar. Sé que a varios les va a molestar esto, pero para mi fue un momento completamente innecesario, lindo pero innecesario. Con mi colega decíamos “puta, mejor hubiera sido ocupar este tiempo en tocar A Change of Seasons y todo el mundo hubiera quedado para la real cagada”. En fin, mucha gente cantó, salto y se sintió conectada con este momento, mientras que otros (no eran pocos) de brazos cruzados decían que era una verdadera paja.
Llego el famoso y trillado “¡Gracias Chile!, una increíble jornada, ahora nos vamos….¿o no?”, todos los integrantes de DT salieron del escenario, aparecieron los gritos “DREAM!, DREAM!, DREAM!”, de vuelta al escenario, y lo que siguió fue tremendo: Overture 1928 seguido de Strange Déjà Vu, himnos de la carrera de Dream Theater y fueron celebrados como tal. Muchos cantando, muchos saltando, Labrie animando al público para que siguiera el mambo, Petrucci inspirado, John Myung siendo, eeeh, John Myung, Rudess muerto de la risa gracias a quizás que percance vivido por alguna persona de la primera fila y Mangini poniendo caras graciosas mientras tocaba. todo muy bueno, difícil de superar, hasta que…
Comenzó a sonar The Dance of Mother Fucking Eternity y de ese momento, cada persona de los asistentes al espectáculo se transformaron en Dream Theater: miles de guitarristas, bajistas, tecladistas y el resto bateristas de aire. Éste es uno de esos temas se puede haber escuchado diez veces en vivo, pero nunca es malo escucharlo una onceava vez. Otro buen momento de la jornada.
Para dar término a la maratónica noche de música comienzan a sonar los acordes de Finally Free, provocando que toda esa energía mostrada en el tema anterior baje su ritmo y sirva solamente para cantar. A esta altura ya han pasado sus buenas horas y las caras comienzan a mostrar evidentes señales de cansancio.
Se cierra el telón, termina la quinta visita de Dream Theater, salgo del Movistar Arena, veo que el Metro esta cerrado, llego al Terminal San Borja, tomo la Peña/Talagante y tengo nuevamente un par de horas para escuchar dos discos enteros, jotear a las chiquillas que subían a la micro (varias venían del concierto) y sacar conclusiones del espectáculo vivido.
Lo primero que se me viene a la mente es: Labrie estuvo reguleque, sus cuerdas vocales están medias gastadas, pero dentro de todo y en lo posible hizo la pega. Rudess, Myung y Petrucci siguen siendo viejos crack. Mangini, aaaaaay Mangini, es un tremendo baterista pero aún no le saca el jugo a sus reales capacidades dentro de DT, desconozco la razón, en una de esas lo restringen mucho, no sé. Además le falta un poco más de show, Portnoy tal vez con menos técnica le daba su caché extra al espectáculo, Mangini no. De todas formas, creo que este show es la segunda mejor presentacion de los norteamericanos en Chile, muy pero muuuy lejos de aquella vivida el 2005.
Resumiendo todo, el concierto de Dream Theater en Chile 2014 fue como un remember con la(el) ex que amaste mucho pero que se portó mal y se separaron, ese remember donde se dan sus besitos, salen a comer, se coquetean nuevamente pero ni cagando vuelves a estar de pareja con ella(el) porque sabes que en algún momento vas a terminar nuevamente herido.
Setlist Dream Theater
- The Enemy Inside
- The Shattered Fortress
- On the Backs of Angels
- The Looking Glass
- Trial of Tears
- Enigma Machine (Solo de Mike Mangini)
- Along for the Ride
- The Mirror
- Lie
- Lifting Shadows Off a Dream
- Scarred
- Space-Dye Vest
- Illumination Theory
Encore:
- Overture 1928
- Strange Déjà Vu
- The Dance of Eternity
- Finally Free