Mucha expectativa había generado el tercer concierto de Epica en Chile. En esta segunda venida del conjunto holandés a tierras criollas, se agotaron completamente las entradas para el recital, algo imposible de comparar con lo sucedido el año 2005 en un teatro Providencia a la mitad de su capacidad. El pasado martes 16 de septiembre el Novedades estaba llenísimo; hasta se habilitó el segundo piso (que no dudo que esté por caerse) para albergar a más fanáticos. Era el regreso de una banda tras casi tres años desde su última visita.
Se convocó a la gente en lugar desde muy temprano, en plena tarde, con el sol más fuerte que haya visto el mes patrio, hasta ahora. La explicación para esto era el Meet & Greet preparado por la organización –el cual tenía otro valor- que sería realizado a las 3 de la tarde. Lamentablemente, para el más de centenar de personas que esperaba (peor aún era que estaban a pleno sol con su mejor pinta negra), esto sería postergado para después del show por disposición de la agrupación… Algo que dudo, ya que la persona más mala leche de la noche fue el tour manager,quien impidió que muchas cosas resultaran como se tenían programadas. Tanto así que Mar de Grises no pudo tocar ya que el grupo (¿o el antes mencionado?) tampoco quiso. Extraño ya era que, en primera instancia, habían exigido una banda soporte para el show, y, claro, luego se da vuelta la chaqueta. Los nacionales quedaron con los equipos e instrumentos en las puertas del recinto de calle Cueto; en el mismo lugar se les informó la decisión. De todas maneras hubo un acuerdo económico desde antes con la agrupación de doom metal, el cual se cumplió, así que el trago no debe haber sido tan amargo. El hecho de que Mar de Grises teloneara a Epica me recordó a la vez anterior, cuando una banda de death metal, Heretics, fuera elegida para esa tarea. No pongo en duda la calidad de ambas bandas, sobre todo de Mar de Grises, o si no no habrían realizado ese tour en Europa con más de 20 fechas… Sólo digo que no tenían mucho que ver con la música que hacen los cabeza de cartel.
Puntual a las 9 de la noche sonó la intro Indigo, de su última placa, titulada The Divine Conspiracy, para dar el vamos al recital con la banda sobre el escenario interpretando The Obsessive Devotion y el griterío fue inmediato. Algo extraño fue que el sonido partió súper bien, se escuchaba todo. La voz de Mark Jansen estuvo algo baja, pero la arreglaron al instante, y Simone comenzó con su canto. Para qué decir que todos los hombres estábamos con un babero de dos metros. Creo que se abusó mucho de la utilización de samplers con muchos coros grabados, fue demasiado, pero era la única forma de que las canciones fueran interpretadas en vivo de la forma más parecida a lo grabado en estudio. Finalmente, son detalles que van en pro de un buen show.
Luego de unas palabras se continuó con el recital con Sensorium, Menace of Vanity y Quietus en su versión “grunts”. Todo estaba perfecto. Fools of Damnation y Cry for the Moon dieron el paso a un solo de batería del “nuevo” integrante de la banda, Ariën. Tengo que decir que no me gustan los solos, sean de lo que sean. Los encuentro una pérdida de tiempo que podrían ocupar en tocar alguna otra canción perfectamente, pero hay que reconocer que el de ese día fue bastante bueno, me impresionó, se maneja bastante el muchacho. A continuación vuelve Coen y Simone al escenario e intentan hacer callar al público para continuar, algo imposible ya que surgió un espontáneo grito con el clásico chileno “¡mijita rica!”. Obviamente, por lo menos una cuarta parte de la gente que estaba ahí fue sólo para ver a Simone, y seguramente la banda le importa un carajo… Pero bueno, allá ellos. Una vez callado el público, se interpretó Solitary Ground en uno de los momentos más emotivos de la noche, donde todos cantaban.
Blank Infinity seguía con el set list y aún no hay mucho que contar… Debe ser por la poca puesta en escena de la agrupación que también puede ser motivo del poco espacio en el escenario para 6 integrantes. Yves (bajo) y Mark (guitarra-voz) eran los únicos que se movían por sectores del escenario. Simone lo hacía a momentos, incluso en uno hasta fue a “acosar” a Coen en el teclado en un momento bastante cómico.
El público de Epica es distinto, quizás hasta sea esta la única agrupación metalera que escuchan, así que nada tiene de extraño que pocas personas hayan reconocido el cover a la canción Crystal Mountain de los legendarios Death, que fue tocada incluyendo los teclados, por lo que no fue tan brutal como la original. Es verdad, un teclado hace una gran diferencia en las bandas.
Epica se iba a descansar un momento al finalizar The Phantom Agony en una versión bastante más rápida que la original y con unos cambios en la batería que lo hacían distinto y bien agradable al oído. El batero le daba su sello a cada corte. No es que haya olvidado que tocaron Seif Al Din, Facade of Reality y Chasing the Dragon antes del tema homónimo de su primer disco, sólo es que no pasó nada más allá de la buena interpretación de ellos.
Vuelven raudamente a escena y Mark comienza a hablar con el público y entre otras cosas dijo que Chile era su país favorito, algo que deben decir en todos lados todas las bandas. El recital ya estaba llegando a su fin con Living a Lie y Sancta Terra.
Increíblemente, ya estaban por cumplirse 2 horas de show, que concluyeron diciendo que sólo tenían 5 minutos más para tocar así que terminaron con Consign to Oblivion. De nuevo el baterista se hizo ver, y qué bueno resulta esto porque le da otro toque a las canciones.
Fue un buen recital, aunque hubiera sido más entretenido con mayor participación de la banda que quizás estaba algo asustada luego del accidente en un show en México cuando a Simone le llegó una pulsera en pleno rostro. Ella canta como las diosas, más aún considerando la enfermedad que la tuvo alejada de las pistas por un tiempo. Ni se notó. Yo espero que Epica vuelva a Chile, pero me falta verlos más cancheros en el escenario, sólo esa es la deuda. Ojalá saquen un disco tan o más bueno que The Divine Conspiracy para tenerlos de vuelta, con mucho gusto.
Disfruten las fotos, es lo más importante de este review, ya que Simone sale hermosa.
Review: Roberto Yévenes
Fotos: Sandra González (Primeros planos), Roberto Yévenes (Planos generales)
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