Lo visto el pasado viernes en el Movistar Arena, es sólo muestra de que los años no han pasado por encima de los músicos de Black Sabbath, ahora rebautizados como Heaven & Hell, quienes bajo esta formación de cuatro titanes que en su momento sentaron las bases de todo un movimiento, nos llevaron al cielo y al infierno en una jornada inolvidable de Heavy Metal al hueso, ese mismo que ya cumple cerca de cuarenta años siendo interpretado por cerca de tres generaciones distintas.
Por lo mismo me sorprende enormemente el hecho de ver a una muy poco convincente, cantidad de público en el Arena… ¿7.500 personas quizás? siendo que dicho recinto da para mucho más, un número similar al que habría visto para Judas Priest el pasado Noviembre. Es casi vergonzoso a mi gusto, que el recinto no estuviera agolpado de fanáticos, para ver a los creadores de todo un movimiento y si alguien me dice “es que Black Sabbath es con Ozzy”, entonces le digo de frentón que es un poser de magnitudes al desconocer una de las mejores épocas de Sabbath con el enano maldito en las voces.
De esa forma podríamos decir que estuvimos los precisos, allí a las nueve de la noche (sí, nos perdimos a Kingdom Of Hate) cuando las luces se apagaron, y dieron paso a la Intro E5150 con una estela de luces purpuras que cubrían el oscuro escenario, del que aparecerían derepente Appice, Butler, Iommi y el tremendo Dio. No faltó mucho para que los primeros riffs de The Mob Rules cortesía de un muy elegante Tony Iommi desembocaran en un gentío desordenado que no podía creer lo que veía, y más lo que escuchaba. El carismástico Ronnie James deslumbraba con su vozarrón y dominio del escenario, y si bien el sonido no era lo más nítido que uno podía esperar, ya con ver rockear a estos cuatro maestros que superan las seis decadas de vida, la entrada estaba más que pagada.
Un clásico como Children Of The Sea, continuaba con la algarabía colectiva y más aún con un operático Dio, que deslumbraba y hacía participar a los presentes siempre que podía. Muy pequeño será pero llenaba todos los espacios con cada nota que interpretaba. Con un sonido mucho más claro, del Dehumanizer, I, no haría más que confirmar la vigencia y potencia de la banda que veíamos en vivo, y más aún del concentradísimo Terence “Geezer” Butler, del que por fin podíamos escuchar bien su bajo que golpeaba sagazmente y con una precisión envidiable.
“Esto es del nuevo album, The Devil You Know, Bible Black”, eran las palabras introductorias del frontman quien presentaba el nuevo corte de su más reciente lanzamiento y primer disco de estudio como Heaven & Hell (disco que en lo personal me voló la cabeza), fue así como los potentes y doomeros riffs de Iommi, nos llevaron a través de las páginas de esta biblia negra, en la tercera interpretación de esta canción en la historia de la banda, recordemos que el tema fue estrenado en vivo no hace mucho en Bogotá. Nuevamente de vuelta a Dehumanizer, y escucharíamos una canción que trata sobre un reloj gigante, tal como la describiría el vocalista, fue así como con Time Machine se volvieron a desordenar un poco las cosas pero nada muy fuera de lo común, el público estaba tranquilo, demasiado tranquilo a mi gusto para lo que estabamos presenciando.
La banda dejaría solo en el escenario al baterista, Vinnie Appice, quien interpretaría un solo de batería que me produjo una mezcla de sentimientos bastante extraña. Si bien el labor de Appice en la banda, cumple un rol sencillo dentro de todo, y el conjunto jamás ha destacado por la complejidad de sus baterías, no comprendo el porqué dejar un solo de éste en medio del show… el viejo apenas se la pudo, seamos honestos, y a pesar de que demostró un dominio del instrumento de destacar, las caras de martirio insufrible y de esa sensación de que “en cualquier momento se nos va de un paro cardiaco el batero”, producían más incomodidad para el espectador que otra cosa. Al final no terminó haciendo sino que cualquier otra cosa que hubiese hecho un batero promedio, y se ganó los aplausos al botar una de las líneas de tres bombos superpuestos que tenía a cada costado. Nada del otro mundo, pero como dicen por ahí “fue con harto feeling”.
Fear continuaría con los fuegos del nuevo disco, con una tibia pero certera respuesta por parte de los presentes que estaban ávidos de clásicos que de otra cosa, fue así como la banda respondió con un tema del disco The Mob Rules, varios esperaban Voodoo o The Sign Of The Southern Cross, pero fue Fallin Off The Edge Of The World la que sería elegida por los tatas y que se llevaría las ovaciones pertinentes del momento, para dar paso a otro novel tema de The Devil You Know, de los tres que habían ensayado antes de esta gira, el último que tocarían esta noche de este nuevo disco, Follow The Tears, generando otro momento épico de la jornada.
Un solo de guitarra del maestro de maestros, del llamado “creador del Heavy Metal”, Tony Iommi, sería uno de los momentos inolvidables del show, y es que al chascón guitarrista no le faltó material para crear sobre escena riffs y pasajes totalmente oscuros en la guitarra a modo de introducción para la tremenda Die Young, una de las esperadísimas de la jornada y que tal como varias tocadas esa noche, saldría calcadísima a lo grabado para el DVD del Live At The Radio City Musichall.
A continuación se vendrían aproximadamente, los veinte minutos más memorables de toda la velada, y es que el riff inicial de Heaven & Hell, previo aviso del enano maldito, produjo un desorden en la multitud que alzaba brazos y movía chascas al ritmo del bajo de un poseído Butler y más aún de un discreto Iommi que se dejaba llevar por los trastes de la guitarra con sus yemas metálicas tocando las cuerdas también de metal, que alargarían el tema de original duración de seis minutos, por más de un cuarto de hora ¡sencillamente notable! y aún así la gente no se agotaba de recitar los interminables “ooooh! ooooh! ooooh!” entre riff y riff, con o sin indicaciones del vocalista, sólo se manifestaban como por inercia y dejandose llevar por la opus magistral de los cuatro titanes allí tocando, que interpretaron su himno de forma sublime, dando a entender sin mayor explicación, el porque este nuevo período de Black Sabbath merecía ser bautizado como Heaven & Hell, más allá de cualquier resquicio legal, hablamos de algo meramente simbólico.
Un extracto de Country Girl, marcaría el inicio de Neon Knights, un hitazo de la Dio Era de Black Sabbath que movería a las últimas masas en el Arena, y el que sería el abrupto fin a un recital que pudo ser, sin lugar a dudas, mucho más. ¿Que pasó con Lady Evil, Voodoo, The Sign Of The Souther Cross, TV Crimes, After All, entre tantas otras? tan mal estuvo el público que fuimos sólo merecedores de un corto set de aprox. diez temas, sin contar los solos y las intros, ¡realmente pobre! que quieren que les diga.
Sólo una hora y media de show fue lo que nos brindaron los cuatro grandes. Dicen que de lo bueno poco, pero ¿realmente tan poco? creo que no ser el único que quedó con ganas de más, pero al menos no da como para pensar en que el recital fue un trago amargo, para nada. Un show muy emocionante, un espectáculo de aquellos que quedará grabado para siempre en la memoria de muchos por ser el regreso de una banda legendaria que probablemente no volverá a pisar esta angosta faja de tierra nunca más, o por lo menos no en un tiempo ¿Quién sabe? Llámenlos como quieran Black Sabbath o Heaven & Hell, yo prefiero llamarlos Maestros, no existe otro apelativo mejor.
Setlist Heaven & Hell:
1. E5150
2. The Mob Rules
3. Children Of The Sea
4. I
5. Bible Black
6. Time Machine
7. Fear
8. Falling Off The Edge Of The World
9. Follow The Tears
10. Die Young
11. Heaven And Hell
12. Country Girl / Neon Knights
Review: Nicolás Pérez
Fotos: Sandra González
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