Largos años han esperado los fans de la banda finlandesa HIM para presentarse en nuestro país, en donde la expectación se hizo más que evidente al primer instante en que se anunció la el show y todavía más pronunciado al pasar del tiempo.

Los nórdicos, que por primera vez pisan tierras nacionales en el marco de la gira Tears on Tour 2014, en promoción a su último trabajo Tears on Tape, fueron acompañaron de unos, quizá, desconocidos para muchos, Androi-D, que se presentaron mostrando su álbum debut titulado Androi-D 1.0, marcando la sorpresa de la jornada.

Androi-D

Como aparecía en el itinerario, a las 8 de la noche casi en punto empiezan los primeros fuegos a cargo de los santiaguinos, por fortuna con una cantidad de espectadores más que considerable, siendo que habitualmente pasa todo lo contrario, en un show que estuvo bien a la altura de un escenario como el Teatro Caupolicán.

Hay varias cosas que llamaron la atención de la presentación de Androi-D. Por un lado, tuvimos a una banda bastante ad-hoc al evento, con un estilo de música relativamente similar a la del plato de fondo, con canciones que coloquialmente podríamos decirle “muy oreja” y con un público que respondió bien a la participación de los nacionales.

Por otro lado, también la iluminación le hizo un enorme favor a la banda, dado que arriba del escenario, sin ninguna parafernalia escénica ni excentricidades de ningún tipo, tuvieron una actuación correcta. La iluminación le dio un toque bastante pro que los hicieron verse como una banda grande acompañando a HIM más que simplemente otro telonero.

Por la parte sonora también estuvieron a la altura, con un sonido potente y bien definido, salvo los siempre presente y nunca bienvenidos acoples que por fortuna fueron los menos.

En la parte musical, dado que aparentemente en el momento no contaban con un tecladista, se basaron en el uso de samplers para esta presentación, y por fortuna no estuvieron demás ya que, por sobretodo, enriqueció mucho la música. Además, debo destacar también que Androi-D debe ser de las pocas agrupaciones que he escuchado que no destiñe por cantar en español, cosa que por uno u otro motivo regularmente ocurre, salvo por el cover a Space Oddity de David Bowie, que a mi criterio estuvo bastante de más.

En general, aun si todo esto suena mucho a hype a la banda, me fui con una muy grata impresión de Androi-D e invito a todos a escucharlos. Muy bien por los nacionales.

HIM

Partiendo pasadas las 9 de la noche, sonando Lucifer’s Chorale de fondo, HIM se sube por fin al escenario desatando la algarabía de las asistentes, en donde la banda nos trajo lo mejor de su repertorio, mostrando muy poco de su último trabajo y cargando el show hacia las sandías caladas, que es lo que más agradeció el público.

HIM, en una larga presentación, sólo tocó unas cuantas canciones de su último trabajo como Lips Go Blue, Into The Night y la misma Tears On Tape, que le da nombre al disco, en conjunto con los grandes éxitos como Right Here In My Arms, Rip Out The Wings Of The Butterfly Funeral Of Hearts, entre otras que hicieron que faltara poco para que las fans echaran abajo al Caupolicán al corear cada canción que nos presentaban los finlandeses.

Y hablando del público, una parte importante del show ocurrió fuera del escenario en donde los coros constantes por parte de ellos en canciones como Buried Alive By Love al inicio, más tarde Soul On Fire y Poison Girl, entre otras (casi todas diría yo), le dieron ese “algo” que invita a ponerse a saltar y a cantar inmediatamente al primer acorde, en un local que al inicio no estaba completamente lleno, pero terminaría repleto unos minutos más tarde. Sin dejar de lado en los momentos en que lanzaban prendas al escenario, el ramo de flores que le regalaron a Ville Valo y también el infaltable infiltrado en el escenario al final del show.

Por el lado del show propiamente tal, HIM, desmarcándose de la habitual dinámica de tocar-lo-mismo-e-igual-que-en-el-disco, se mandaron unas notables versiones extendidas de Kiss Of The Dawn, con sus respectivos solos de guitarra y de teclado, de Your Sweet 666 y también del infaltable cover a Chris Isaak, con Wicked Games, y las introducciones previas a algunas canciones como Into The Night, When Love And Death Embrace y Funeral Of Hearts. Y jugándose la personal, Ville Valo por su parte también tuvo sus intervenciones.

Como no todo es color de rosa, por mucho que a uno le guste o no una banda, era una pena ver que Valo a veces no llegaba a los tonos en algunas canciones y algunas de sus improvisaciones desteñían lo que fueron versiones notables de sus grandes éxitos.

Me quiero detener un poco en lo que fue la actuación de Ville Valo como frontman, ya que tuvo varios aciertos durante el show. Más allá de la habitual (y esperable) interacción del cantante con el público, el finlandés tuvo la buena onda de cantarle el cumpleaños feliz a una de las asistentes y también, en un par de ocasiones, el tino de llamarle la atención a un sector de la cancha cercana a la reja en donde, al parecer, estaban aplastando a una asistente y quedándose sin aire, llegando también a interrumpir el show mientras tocaban Into The Night por ese mismo motivo.

En términos generales, y en síntesis, el quinteto realizó un show bastante más que sólo bueno, estuvieron sólidos en el escenario, mostraron versiones extendidas de sus canciones más conocidas, interactuaron constantemente con la fanaticada, mostraron un setlist extenso de casi dos horas en donde no se echó de menos ninguna canción, incluso se pasearon hasta por su material más viejo, entre otras cosas que se agradecieron y estuvieron bien por encima de las notas bajas mencionadas anteriormente.

Esperamos verlos de nuevo en nuestro país para una nueva gira; seguramente, si llegaran a presentarse nuevamente a tocar las mismas canciones, nadie se quejaría.