Último día del mes de Abril y quizás el día más significativo para muchos Thrashers y seguidores del colorado Mustaine y su carrera. El pasado viernes 30, nos reuníamos todos en el Movistar Arena para cumplir un sueño de multitudes, era una cita con más de 20 años de historia de un disco clásico del Thrash ochentero: Rust In Peace, tocado en vivo en su totalidad. Un deber de concierto más todavía con el regreso del tremendo Dave Ellefson en el bajo.
Eran cerca de las nueve de la noche, y el ambiente ya denotaba impaciencia. Todo estaba repleto a más no poder, no cabía un alma más en cancha y seguía llegando gente. Divertido era escuchar como todos trataban de corear las canciones que sonaban de fondo sólo gritando a más no poder los coros de cortes como Burn o Two Minutes To Midnight pero sin cantar ningún verso más allá de los más conocidos. Luego de un rato de leseo, las pocas luces prendidas se apagan y comienza el espectáculo.
La entrada de un ícono como Dave Mustaine ensordeció a todo el recinto por los gritos de los presentes que lo aclamaban. Notable primera respuesta de la gente, pero no tanto de la banda que empezó sonando pésimo, poco y nada se entendían los riffs iniciales de Dialectic Chaos y This Day We Fight! cortes nuevos de su más reciente placa que daban el vamos a la fiesta que se nos venía. Algo mejoraba el audio con In My Darkest Hour, pero aún así a ratos se hacía poco reconocible lo que escuchabamos.
Con el inicio de Holy Wars… The Punishment Due se venía el recinto abajo, y es que por fin empezaba el show que todos veníamos a ver: Rust In Peace tocado en su totalidad en vivo, de principio a fin. La euforia en la apretada cancha se hacía sentir en cada rincón, y si bien el sonido no era de lo más prolijo, la emoción no mermó ante escuchar un disco clásico de corrido. Era hermoso (y eso es decir poco) ver el lienzo de Rust In Peace en todo su esplendor colgado en el fondo del escenario, en conjunto de la guitarra de Mustaine que también llevaba estampada la carátula del disco, así como la batería de Drover que los parches de cada bombo eran el símbolo de radioactividad. Musicalmente hablando, notable interpretación de Ellefson, muy bien Broderick y Drover, apañando a un monstruo como Mustaine quien quizás sólo fallaba con la voz a veces.
No saco nada con hablar de esta parte del recital tema por tema, todos los que estuvimos ahí vivimos en carne propia lo que era escuchar clásico tras clásico, y más todavía temas impensables de escuchar en vivo. Pasaron en orden y casi sin pausa, Hangar 18, Take No Prisoners (temazo que sonó con revuelo en su pasada visita), la tremenda Five Magics, uno de esos cortes que era inimaginable escuchar en un concierto a menos que fuera esta la ocasión.
Un inicio de bajo impecable por parte de Ellefson dejaba a la tremenda Poison Was The Cure, tan arriba como los cortes predecesores. Un tema rápido , contundente hecho para el mosh. Aún así no me tocó ver muchos moshs, hubieron pero creo que fueron los menos, ya que el espacio era realmente poco. Cada vez estábamos más y más apretados y varios se resignaban a avanzar hacia atrás.
La velada pasaba increíblemente rápido, el tiempo vuela cuando suena Rust In Peace y nadie notó como pasaron Lucretia, la tremenda Tornado of Souls para llegar a una envasada Dawn Patrol, donde sólo el bajo y la batería eran tocados en vivo, la voz sonó sólo como parte del playback, una lástima.
Con un inicio devastador por parte de Drover en la batería, llegaba un sueño cumplido para muchos: el escuchar en vivo un temazo como Rust In Peace… Polaris. Fuerte se sentía el coro que más de alguna vez me ha dado la impresión que gritara “Poleras”, y la gente se veía emocionada y aplaudía con toda la garra una vez terminada la canción que marcaba el fin de la interpretación en vivo de este histórico disco en vivo.
Los músicos salen del escenario, y lo que se viene es claramente por lo que venían originalmente antes de que decidieran brindarnos este tour de aniversario por Sudamérica. Me refiero a la presentación del nuevo disco del conjunto, Endgame. Fue así como continuaron la velada con Headcrusher, el comentado single 2010 del conjunto y que sonó bastante bien en vivo, hay que decirlo. Sumado a eso de inmediato llegó The Right To Go Insane, otro single que ya tiene su video dando vueltas hace un buen rato por Youtube.
El show iba de bien en mejor, el sonido fue el único “pero” que continuó hasta el fin de la jornada, pero aún así esto no evitó que todos coreáramos a viva voz un temazo como A Tout Le Monde, tremendo infaltable en los recitales de Megadave y que generó más de alguna polémica en su momento por la versión renovada con Cristina Scabbia haciendo segundas voces. Menos mal que el conjunto ha sido listo y ha permanecido tocando la versión clásica en vivo.
Con Symphony Of Destruction se venían dos momentos en particular que pueden gustar mucho o joder la onda a un espectador de recitales de metal: ese instante en el que el recinto se viene abajo porque el público no da más en sí al escuchar un clásico como este, y la actitud barrista de ponerse a hacer cánticos argentinos como el “Aguante Megadeth!!” ¿Soy sólo yo o es realmente molesto esto?
La lluvia de clásicos llegaba a su fin, la banda que se mantenía firme ante la respuesta del respetable, se despachaba con la versión con coro en español de Trust, algo que ya más que una sorpresa se ha vuelto un número obligado en los recitales de Megadeth, y esta vez cada vez más gente conocía esta versión del coro, algo bastante positivo en mi opinión. Y para finalizar, algo que también fue parte de la tónica de su pasado show en nuestro país: Un mix de temas que cerró todo el show. Y es que con bandas como Megadeth es complicado quedar satisfecho (Hay que ser muy exigente para decir esto, más todavía después de escuchar el Rust In Peace completo, ¡pero es verdad! jajajá) ya que el conjunto Thrasher tiene tantos cortes gloriosos, que para el conjunto no queda mayor solución que hacer un mix de canciones, las que en este caso fueron las tremendas Peace Sells, Skin O’ My Teeth y parte final de Holy Wars.
La banda se retiraba, se despedían contentos, y el público no chistó ni pidió al conjunto mucho más. Estábamos pagados, sendo clásicazo que se mandaron, y se dieron tiempo más aún para deleitarnos con filete de su disco nuevo y cortes infaltables en general. Dave Mustaine ha demostrado que es un grande, que no tiene que “regresar a su viejo sonido” porque la evolución de su carrera lo ha llevado a lo que Megadeth es hoy, una banda que puede estar tan orgullosa de su presente como su pasado (con una que otra caída, pero ¿Qué banda no ha fallado?). Con una formación sólida y que sabe hacer sentir un disco de hace 20 años, tan moderno como si lo hubieran compuesto hoy. Bien Megadeth, bien Mustaine, los esperamos nuevamente y esperemos que en un recinto más grande, porque esta vez el Arena no daba a basto.
Setlist Megadeth
- Dialectic Chaos
- This Day We Fight!
- In My Darkest Hour
- Holy Wars… The Punishment Due
- Hangar 18
- Take No Prisoners
- Five Magics
- Poison Was The Cure
- Lucretia
- Tornado Of Souls
- Dawn Patrol
- Rust In Peace… Polaris
- Headcrusher
- The Right To Go Insane
- A Tout Le Monde
- Symphony Of Destruction
Encore:
- Trust
- Peace Sells / Skin O’ My Teeth / Holy Wars (Reprise)
Review: Nicolás Pérez