Luego de un día bastante agitado en todo sentido, con un cambio de mando repudiado por varios y replicas de índoles terremotescas que nos movieron el piso durante todo el día, se tenía que venir el cataclismo de la jornada: el concierto de Municipal Waste. Un evento destructivo, potente y que sobrepasó las expectativas de todos los que simplemente iban a “romperse el cráneo”, todo esto en la caldera humana que es el Rock y Guitarras, a punta de sudor y pilsen.
Cuando llegamos al recinto, nos topamos en la entrada con un grupo agolpadísimo de Thrashers y metaleros de toda índole en realidad, la fauna era variada y entremedio de los chascones pilseners moshers, se distinguían punkys, hardcores, y una manada considerable de los tan rechazados Baby Area. El ingreso fue lento pero seguro, demás está decir que los que no se avivaron con cambiar su entrada Ticketmaster a Feriaticket perdieron, y los que no compraban el ticket ahí mismo, difícilmente podrían entrar por “monedas”. El ambiente indicaba lo contrario y cuando entramos la postal era clara: el recinto estaba tan lleno con los que habían comprado sus entradas anticipadamente, que no había espacio para colados.
Al entrar sonaba de fondo la música de Disaster, los locales que a esa hora ya se encontraban sobre el escenario destruyendo todo a su paso. Sorprendente era ver la respuesta de los jóvenes Thrashers que armaron sendos moshs realmente violentos y corearon las letras de temazos como Motosierra del Infierno, Atormentados y Violencia Natural, entre otras que condecoraron una presentación, precisa, concisa y al callo. Muy buen show y que fue el plato de entrada indicado para Municipal Waste. ¿Qué paso con CxDxR? sinceramente lo desconozco. Si es que tocaron antes que llegáramos, desde ya lo lamentamos, y si los bajaron del show por los constantes cambios de recinto, una lata.
Cuando se contaban los minutos para las nueve de la noche, la banda principal sin mayor sorpresa empezó a conectar sus instrumentos y a armar la batería para aprontarse a la masacre que vendría. Los aplausos se hicieron sentir de inmediato, así como los cánticos e himnos que empezaba a interpretar a capella la masa metalera enardecida.
TODOS EN SUS LUGARES, A LA CUENTA DE TRES ¡¡MOSH!!
A continuación del griterío inicial de Tony Foresta, lo que se vendría sería un mosh incontenible que sin parar duraría cerca de una hora ¿Exagero? puede que sí. Pero es que desde hace muchísimo tiempo no me tocaba vivir un espectáculo tan intenso. Había tanta gente en el pit, que era imposible realizar un mosh con normalidad y en menos de cinco minutos la transpiración y el calor tenía a todo el mundo sin polera, incluída la banda misma. Cabe destacar que en cada canción la cantidad de Stage divers era tal, que el sujeto encargado de bajar a la gente del escenario no se la podía, y bueno no es que tuviera que hacer mucho tampoco, todos sabemos que los Thrashers cuando se suben al escenario no lo hacen para darle un besito marica al vocalista, sino que para sacarse cresta y media lanzándose encima del resto de sus colegas.
Unleash The Bastards abría de forma ágil la jornada, y desde los primeros minutos se hacía sentir ese calor satánico en el Sudor y Guitarras, ahora más que nunca, con todo el movimiento de locos que se generaba en la pista del pequeño local de Dublé Almeyda. Sonaron temas de todos los discos. Los nuevos hits se hicieron presentes pero en justa medida, algo que se agradece más todavía en la primera visita de una banda a Chile… seamos honestos, a pocos les interesaba el disco nuevo y muchos íbamos por los clásicos del conjunto y así se dio.
Notable fue escuchar temazos tales como Terror Shark, Mutants of War, o la tremenda Sadistic Magician, lejos una de las más coreadas de la jornada. Más entretenido eran los mini-mosh que se formaban con temas tan cortos como Black Ice, un combo en el hocico de 26 segundos, y I Want To Kill The President, que se llevó el record con 19 segundos, lo suficiente para recibir una patada o un empujón en los pits.
Pasaban los minutos tan rápidos como la actitud y canciones del grupo, la gente prendida hasta el final se rendía encima de la barra o rotaba constantemente yendo hacia el baño a mojarse el cuerpo y volver a la sobrecarga de Thrash. No sé como pasó, pero luego de 45 minutos a una hora, todo terminó, la banda se despidió tranquila y a pesar de que la gente los pidió de vuelta un par de veces, los Thrashers hicieron caso omiso y escaparon al calor del local, así como lo empezaron a hacer también todos los asistentes luego de un rato.
Es particular este caso, porque si bien el recital fue en extremo corto, creo que nadie o muy pocos lo lamentaron. Fue una hora demasiado intensa, calurosa y llena de golpes. La sensación que me quedó en mi caso particular fue la de que comprimieron un recital promedio de tres horas, en menos de una, y como resultado salió un puñetazo de aquellos que te deja rendido y listo para pilsear a la salida, o en el peor de los casos, correr a la casa para no resfriarse con el sudor en todo el cuerpo.
Lamentable fue toparse a la salida con los amigos carabineros y con una montonera más menos grande de gente que se quedó fuera del evento y esperaba ansiosa poder entrar en cualquier momento. Larga fue la cara de sorpresa cuando vieron que después de un rato corto, todos salíamos para retirarnos del local porque el evento ya había terminado. Un show corto, preciso y quizás con gusto a poco para algunos, por lo menos nosotros quedamos satisfechos con nuestra ración de Municipal Waste, y esperamos que en un futuro puedan venir en conjunto de algun otro grupo de Crossover o Speed Thrash y puedan tocar más tiempo y en un recinto más grande. ¿Faltó algo? La tabla de Bodyboard.
Setlist Municipal Waste
- Intro
- Unleash the Bastards
- Thrashing’s My Business… And Business Is Good
- Divine Blasphemer
- Beer Pressure
- Mental Shock
- Blood Drive / Accelerated Vision
- Wrong Answer
- Terror Shark
- Masked By Delirium
- Solo de Bajo / Sadistic Magician
- The Thrashin’ of The Christ
- Mutants Of War
- Toxic Revolution
- Black Ice
- I Want to Kill the President
- Acid Sentence
- Born to Party
Review: Nicolás Pérez