Luego de muchos cambios, que involucrarían desde el recinto hasta la alineación original de este “mini-fest” de power metal, finalmente y luego de muchas complicaciones por fin veríamos a Vision Divine en vivo de regreso en esta angosta faja de tierra, en una jornada inolvidable para muchos (y muy calurosa, hay que decirlo), con un set de temas extendidos que se pasearon por toda su discografía, un Luppi que se las dio de bajista, y una banda más que emocionada con el cariño y fuerza entregados por el público chileno.
Eran cerca de las 19:00 horas, cuando salen a escena los nacionales de Involución, quiénes debutaban en las tablas, siendo esta su primera presentación, bastante corta por cierto, pero lo suficiente como para demostrar la nata musical del conjunto que se paseaba por pasajes bastante power metaleros, simple dentro de todo pero para nada mal, aunque lamentablemente poco y nada prendieron al público que no los conocía y los miraron con respeto y algo de impaciencia.
Casi de inmediato, se posesionaron del escenario los progresivos de Delta, y al decir esto es porque realmente tomaron puestos en escena y se echaron al público al bolsillo en dos tiempos, y es que si bien Delta es una banda bien conocida dentro de la escena y es del gusto de los seguidores del estilo, el pasado Jueves 15 dejaron realmente la cagá, demostrando un desplante enviadiable, tocando y paseándose por el material de sus dos discos, con un público que respondía a la banda a cada momento, y que conocía los temas como para disfrutarlos tal como si se trátase del número de cierre, realmente notable la presentación y por lejos la más destacada que me ha tocado ver por parte de Delta, en donde la retroalimentación banda-público se hizo notar.
Luego de una pausa de casi una hora, en el oscuro recinto de Alameda 1460, el reloj marcaría las nueve en punto, cuando Olaf Thorsen quién lucía la camiseta de nuestra selección, se dirige al público para avisar que el bajista Cristiano Bertocchi (quién por alguna razón se había devuelto al hotel) se había extraviado en su camino de regreso al recinto, y quién sabe como terminó en el Teatro Novedades por culpa de un taxista que no sabía donde quedaba el Centro Mistral. Por lo mismo para no retrasar más el espectáculo un Michelle Luppi con el pelo bastante corto se las daría de bajista con un Vision Divine bastante recortado, sin la presencia de Cristiano ni Federico Puleri (quién no pudo viajar para la gira sudamericana por su tendinitis).
El show dio inicio con The 25th Hour, y desde el comienzo la banda sorprendió por el mismo Luppi quién se lució cantando y como bajista, tapando la boca a todos quiénes creíamos que no se la podría, sencillamente notable. Así siguieron con un par de canciones más de su última placa, tales como Out of a Distant Night (Voices) y Alpha & Omega para luego dar el aviso de que la máquina perfecta por fin estaba aquí, con The Perfect Machine, canción del disco del mismo nombre que subió las revoluciones de los presentes quiénes cantaron todas las canciones desde el primer minuto de recital, a todo pulmón siguiendo en cada verso a Luppi y compañía.
Algo de destacar fue la inclusión de New Eden en el setlist, un tema que si bien es de la época en que Fabio Lione aún se encontraba en la agrupación, no podían dejarlo fuera de la velada, y esto lo remarco por sobretodo, ya que el conjunto Italiano realmente tocó temas de todos sus discos, aunque de los de este período solo tocaron un par, los fans que los siguen desde el inicio de su carrera obviamente quedaron más que agradecidos.
Así y todo, no se vino el teatro abajo sino hasta que fue anunciada quizás una de las primeras canciones que se tocaría en esa noche del album favorito por unanimidad de los fans de Vision Divine, Stream of Conciousness, disco que se haría presente en la jornada con el tema Colours of My World, seguido de The Fallen Feather y La Vita Fugge, haciendo de este momento, por lejos el más alto del recital.
No fue sino hasta minutos previos a tocar Ancestor’s Blood (más de una hora y cuarto de show) cuando por fin se hizo presente el perdido bajista del conjunto, Cristiano Bertocchi, quién recibió severos retos por parte de Thorsen, mientras Luppi presentaba la canción y le entregaba el instrumento al músico en cuestión.
Así continuaron el resto del recital repasando canciones de Stream Of Conciousness para terminar el primer bloque del concierto con Heaven Calling y Ascension de su última placa, y luego volver a escena después de un pequeño break mientras el público los pedía a gritos para cerrar definitivamente la jornada con los temazos Secret of Life, God Is Dead, y Send me an Angel, de esta forma dando fin a una presentación redonda y un setlist extendido que dio fruto a un concierto de 2 horas 10 minutos aproximadamente, en el que no hubieron grandes ausentes además del tema The Whisper que más de algunos sentimos que faltó, pero aparte de eso, fue un show preciso que finiquitó con una firma de autógrafos bastante improvisada por parte de los integrantes del conjunto, quiénes salieron a compartir con sus fanáticos, asegurando que volverán lo más pronto posible.
Ojala que si se vuelve a repetir un show de este calibre, sea con Federico Puleri y Cristiano Bertocchi desde un inicio y en un recinto menos caluroso y más iluminado que el rehabilitado Centro Mistral. En resumen una excelente jornada, bastante accidentada dentro de todo y con un gran trabajo de la banda Italiana que supo salir de las distintas complicaciones que surgieron, con un setlist de temas extendidos que lograron que perdonáramos la falta de Almah en el cartel.
Review: Nicolás Pérez
Fotos: Roberto Yévenes
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