Brutal, por decir lo menos, es como podríamos definir la jornada del pasado Martes en el Teatro La Cúpula. Una cita imperdible con Sodom, el trío Alemán Thrasher que, luego de un poco más de una década, por fin regresaban a Chile y qué mejor que con su última producción, “The Final Sign Of Evil”, un recopilatorio que recoge los primeros clásicos de la banda, y los que obviamente se robaron la noche. Una velada de Thrash, mosh, cervezas y stage divings desde alturas insospechadas; éstas fueron algunas de la cosas que marcaron el show de Angelripper y compañía, en el que, demás está decir, figura firme como uno de los mejores recitales de Thrash Metal de lo que va del año.
Las expectativas eran altas y las apuestas estaban tiradas a ganador para Sodom. Un teatro lleno a más no poder, con un clima irrespirable dentro, aguardaba a los Alemanes. Así y todo, la gente, que desde tempranas horas de la tarde se agolpó en el teatro, esperó paciente la presentación de los germanos mientras apreciaban el show de las bandas teloneras, quienes dieron un espectáculo a la altura y con un sonido más que digno.
Los encargados de abrir el show fueron los también Thrashers de Warpath. El conjunto ochentero, liderado por Marco Cusato, no hace mucho volvió a las tablas y en poco tiempo han dado bastante que hablar, con el relanzamiento de sus demos en un compilado, y el mismo teloneo a Joey Belladonna, hace unas semanas atrás. Un sonido potente y uno que otro mosh leve fueron la tónica de la presentación de Warpath, que sin mayores problemas de sonido, más allá de un drama con un cable que hizo a la banda repetir de forma bastante particular el tema Destrucción, dieron la nota alta del teloneo con un público que inclusive demostraba conocer los temas.
Continuarían el show los Death Metaleros de Execrator. El espectáculo ofrecido por ellos fue bastante discreto en lo que a la respuesta del público se refiere, lo que no quiere decir en ningún caso que fue menos potente, pero todo indicaba que la jornada estaba tirada al Thrash y a pesar de que el conjunto mostró tracks de discos como “Silent Murder” y el homónimo, entre esos la tremenda Reprisal, la gente vió con respeto el show del conjunto liderado por Daniel Duarte en bajo y voz; se notaba que las energías estaban siendo guardadas para Sodom. Y sin mayores problemas de sonido la banda brindó un efectivo y directo show de no más de treinta minutos.
Más de cuarenta tediosos minutos de espera después de la presentación de Execrator, tuvieron que pasar antes de que las luces se apagaran con esto aumentando el ruido del local de cero a cien en un segundo. El telón se abría y detrás de él, las imponentes y míticas figuras de Tom Angelripper en el bajo, Bernemann en la guitarra, y Bobby Schottkowski en los tarros daban inicio al tan ansiado espectáculo con Blood On Your Lips, generando el desorden masivo y los primeros reales mosh de la noche. La respuesta fue inmediata, y la grata sorpresa en la cara de Angelripper fue notoria, quien no esperó para dirigirse al público con una frase que mató a más de alguno “Welcome… To the Outbreak Of Evil”, gritos por doquier y la furia desatada en segundos eran la respuesta que Sodom quería ver, y que los chilenos por supuesto no demoraron en dar.
El sonido fue de menos a más, haciéndose más claro con el pasar de las canciones. Angelripper por su parte es todo un frontman, y ese gusto de hacer una pausa en todas las canciones y presentarlas como tenían que ser, prendía aún más al público quienes lanzaban cuantas cosas podían al escenario o vez que pillaban a un guardia desprevenido, quién sabe como trataban de subirse a las tablas para sólo abrazar al bajista o a alguien de la banda, y luego huir en un triunfal stage diving.
Napalm In The Morning y Sodomy And Lust, siguieron con el desorden colectivo, los mosh y los omnipresentes lanzamientos desde el escenario. ¡Qué manera de lanzarse gente desde el escenario y la reja! Estaban todos endemoniados y no era para menos, las ansias y sed por Sodom eran muchas, fanáticos que esperaron más de una década para por fin tenerlos ahí parados, haciendo lo que mejor saben hacer, Thrash a la vena y desnuca cuellos.
Anecdótica fue la forma en que Bernemann se dirigió al público por única vez en todo el show, con una voz un tanto ‘delicada’ por decir lo menos mientras saludaba en un claro español “¿Como están amigos?”, la gente se lo tomó a la chacota y no dejó pasar el momento. City Of God de su homónimo, y Saw Is The Law del “Better Off Death”, no dejaron indiferentes a nadie, las revoluciones parecían bajar y el calor dentro de la cúpula era insoportable, pero sólo bastó que el tío Tom pronunciará la palabra Blasphemer, para que el viaje a 1984 fuera inminente y se hiciera sentir el fervor de la vieja escuela.
Llegaba el momento de hacerle homenaje a un grande, Chris Witchhunter, primer baterista y uno de los miembros fundadores de Sodom quién hace un par de días atrás habría fallecido dejando para siempre este mundo. La fuerza del público quedó demostradas con gritos como “Witchhunter! Witchhunter!”. Al parecer la voz se había hecho correr y todos estaban enterados de la partida de este insigne baterista y metalero. Qué mejor homenaje que tocar en su nombre, el primer tema compuesto por la banda, Witching Metal, otra canción caótica y que fue impagable poder escucharla en vivo. Una de mis favoritas personales.
El cargamento ochentero de Sodom se hizo sentir con todo, y Obsessed By Cruelty continuaría dando razones a la gente para seguir sacándose la cresta en todo aspecto. Una dedicada Eat Me! a todas las féminas presentes seguida de la graciosa performance de Der Wachturm mezclada con Erwachet, fueron un “relajo” (y bastante entre comillas) a la masacre continua que se vivía en la cancha de la cúpula.
Lo que se vendría a continuación fue por lejos uno de los momentos cumbre de la jornada: cinco cortes seguidos, tres de ellos del considerado una de las obras maestras de Sodom: “Agent Orange“. No hizo falta escuchar los primeros riffs de Ausgebombt, para que el rugido del público y los gritos de “¡conchetumare!” se hicieran masivos, la destrucción en cancha era única, y a pesar del cansancio la gente no paraba y los mosh cada vez eran más grandes, era una locura con todas sus letras. La hecatombe llegó con Agent Orange y notable era ver como más de algún pastel se lanzaba desde lo alto de los amplificadores; ni me quiero imaginar el dolor de esa caída. No terminábamos de bajar los brazos y entonar los últimos versos de la pasada canción, cuando M-16 llegaba a nuestros oídos, con una destreza instrumental notable por parte del trío thrasher que se lució en toda su presentación.
Sodomized y Remember The Fallen, con dedicatoria a George Bush incluida, daban la impresión de que el recital ya llegaba a su fin, aunque el respetable demostraba lo contrario y seguía dando rienda suelta a las golpizas y sudando la gota gorda. Las luces se apagaban, la banda dejaba el escenario y los que estaban más cerca de la salida aprovechaban de ir al baño a reabastecer energías aunque fuese sólo con agua, y apenas partía una nueva canción todos volvían a ingresar corriendo al lugar del show. así pasó con Among the Weirdcong, canción que sería quizás recibida con menos fervor, ya se notaba un público cansando y quién no lo estaría, más de 17 canciones hasta este momento y Sodom seguía imparable.
El bajo de Tom tomaba mayor fuerza y protagonismo, y derepente el boom fue colectivo, cuando empezó Ace of Spades, tema original de… ¿Hace falta que mencione a quién pertenece esta canción? Un tributo más que merecido a un grande como Lemmy, el que sin duda es una de las mayores influencias del conjunto Alemán. Las luces volvían a apagarse y con una Intro de batería muy en la onda de Raining Blood de Slayer, el ánimo de la gente se volvía a encender, pero no era Raining Blood, era algo mejor aún: Bombenhagel. Un verdadero bombazo para todos los presentes que gastaban sus últimas energías, en los últimos stage divings, y mosh de la noche, el único tema de Persecution Mania, y el que puso la guinda de la torta a una velada increíble.
Nadie pidió más, todos se retiraron contentos ¿Que más podíamos pedir? Quizás faltó Incest, alguna que otra canción del Code Red, pero no. No miento al decir que toda la gente se retiraba conforme, casi 20 cortes del más puro Thrash Alemán, acabábamos de presenciar a una banda legendaria en un show que cae sin dudas en la categoría de glorioso. La gente huía del calor saliendo rápidamente del Teatro, y más de alguno dejando de lado preocupaciones sobre si se había extraviado algún objeto de valor, o si los moretones y lesiones eran demasiado notorias. Sodom lo valió y ver a Tom Angelripper y compañía recibiendo cuanta cosa era lanzada desde el público, levantando cada bandera que caía a sus manos, y convidando tanta cerveza como fuera posible al incansable público, es algo que no se olvidará fácil. ¿Cuánto tendrá que pasar para que Sodom vuelva? Esperemos que no mucho, ya que ganas de repetirse un show así no son pocas.
Setlist:
1. Blood On Your Lips
2. Outbreak Of Evil
3. Napalm In The Morning
4. Sodomy And Lust
5. City Of God
6. Saw Is The Law
7. Blasphemer
8. Witching Metal
9. Obsessed By Cruelty
10. Eat Me!
11. Der Wachturm/Erwachet
12. Ausgebombt
13. Agent Orange
14. M-16
15. Sodomized
16. Remember The Fallen
17. Among The Weirdcong
18. Ace of Spades (Motörhead)
19. Bombenhagel
Review: Nicolás Pérez
Fotos: Foto portada, cortesía de Manuel Cabezas (Zerovarius). Fotos Galería, cortesía de Bianca Zapata.
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