Cuatro largos años tuvieron que pasar para que la vocalista finesa, Tarja Turunen, volviera a pisar nuevamente nuestro país. Años en los que mucha historia y conflictos se han escrito en torno a la cantante, pues quien ha seguido la carrera de la vocalista de cerca, ya conoce todo lo acontecido con su antigua banda Nightwish, la que la vio crecer como una de las mezzo-sopranos más reconocidas del estilo. Mucho se dijo al respecto de su salida del quinteto de Finlandia, y es por lo mismo que en este concierto existía una expectativa mayor, pues la cantante venía a reivindicarse con su público y a deleitar a toda una nueva generación de fanáticos que nunca la habían podido ver en vivo.
Así lo demostró lo lleno del recinto, unas cuatro mil almas que se albergarían principalmente en las galerías superiores del teatro (obviamente por lo conveniente del precio) y sólo dejando una semillena cancha que saltaría y corearía las canciones de las bandas que darían forma a una noche memorable.
Six Magics
La apertura estuvo a cargo de Six Magics, quiénes hace poco regresaron a los escenarios, ahora con su nueva vocalista y manager desde siempre, Ely Vazquez. El show de los locales no fue menor, su puesta en escena con un gran telón de fondo haciendo alusión a su recientemente estrenado “Animal”, más ver a un quinteto prendidísimo en escena tocando sus mejores clásicos, y nuevos cortes, llamó mucho la atención del respetable, quiénes desde cancha saltaban y aplaudían cada canción, no quedándose atrás la gente de galería.
Ely por su parte, pasó con glorias la “prueba de la blancura” demostrando un gran desplante en escena y una voz potente, que se pudo sin problemas antiguos cortes de la banda como Caleuche, con el que cerraron magistralmente su presentación.
Esta noche sería sin duda una velada de estrenos y nuevos aires, y Húsar era la muestra clara de ello. Un proyecto que llamaba mucho la atención, tanto por la cantidad de vocalistas en escena, y por el concepto de Opera Rock, que si bien en ningún caso es nuevo, viene a proponer elementos diferentes a la actual escena, cosa que siempre se agradecerá.
Setlist:
1. Storm
2. The Basilisk
3. Behind The Sorrow
4. Carcass
5. Prince Of Pure Light
6. Tower Of Illusion
7. Cemetary Gates
8. Infinite Keeper
9. Lies And Rules
10. Caleuche
Húsar
El show de Húsar partió parafernálicamente con un Ives Gullé y Ricardo Susarte muy animados, éste último fue de inmediato reconocido por más de alguno como “el compadre que vende entradas en la Knife”, y esa sólo era la sorpresa inicial con respecto al mencionado personaje, pues si algo es seguro, es que su participación en este 1er Festival Sinfónico, destacó y brilló por sobre muchos otros, ya que fue la revelación de la noche y su regreso a las tablas se hizo notar con todo.
Creo que pocos de los presentes reconocían a Susarte por su pasado trabajo en Polimetro, ya que a pesar de que Húsar interpretara clásicos de la banda progresiva, la gente no prendió mayormente y sólo a algunos pocos se les vio coreando una que otra frase de temazos como Luz y Sombra. A pesar de esto se notó un gran apoyo por parte del público a las bandas teloneras, hecho que destaco por sobre otros shows, ya que si bien hubo pifias en algún momento del show hacia Húsar, éstas cesaron rápidamente y ambos espectáculos previos a Tarja fueron vistos con mucho respeto por parte de los presentes.
La gran falla del teloneo en general fue el sonido, y me refiero específicamente a lo alto del volumen de ambas bandas, que hacía a ratos la música inentendible. Según muchas personas desde arriba (platea) se escuchaba perfecto, pero en lo que es cancha, y en tres ángulos distintos de los que pude apreciar el show, el sonido se mantenía raro y poco limpio, una lástima en especial para la última banda que lo que más necesitaba era claridad en su presentación.
Setlist:
1. Intro
2. Ejército Libertador
3. Opresión
4. Humillación
5. Episodios (Polimetro)
6. Luz y Sombra (Polimetro)
7. La Muerte
8. Lamentos
Bienvenidos a mi tormenta de invierno…
El reloj marcaba minutos para las diez de la noche, y la espera se hacía eterna para ver a la cantante lírica, que todos ansiaban saltara en cualquier momento a escena. Por algún motivo un gran telón blanco se posicionó en frente del escenario, algo bastante particular y que tuvo su razón de ser apenas se apagaran las luces, y el show diera a inicio con Boy and the Ghost, pudiendo ver así una espectral figura de Tarja a través del telón, mientras esta entonaba las primeras melodías con su dulce voz, para posteriormente generar sorpresa colectiva al ver caer el manto blanco que cubría el escenario y encontrarse detrás de él, con una reluciente Tarja Turunen y los cinco músicos que la acompañarían durante esta odisea. Lejos el mejor inicio de un recital que me ha tocado ver.
“Muchas gracias Santiago de Chile, es increíble estar de vuelta acá… bienvenidos a mi tomenta de invierno”, esas fueron las primeras palabras de Tarja Turunen al dirigirse al público, en un fluido español que sorprendió a todos y con el que se ganó el cariño del respetable desde el primer minuto. Casi de inmediato sonó Lost Northern Star, canción que destacó por los oscuros pasajes de guitarras del Brasileño Kiko Loureiro, quien ya es prácticamente de la casa, estando en Chile cerca de 3 veces en un poco más de un año. El resto de la banda no se quedaba atrás, y esto mismo era motivo de sorpresa, ya que si bien los temas del disco solista de Tarja no demuestran un tecnicismo exagerado o virtuoso, cada músico en escena brilló con las interpretaciones de las canciones y está demás recordar el por qué. Músicos con carreras de envidiar, una verdadera banda de estrellas, y los que quizás no tenían un currículum tan abultado como la novel María Ilmoniemi o el Cellista, Max Lilja, no eran menos, logrando una perfecta orquestación y sinfonía de los temas de Tarja.
La velada seguiría con Dead Gardens, canción original de Nightwish del disco Once, que lamentablemente no fue reconocida por muchos por el mismo hecho de que la banda nunca la tocó muy seguido en sus tours. Algo aún más particular fue mezclarla con Symphony of Destruction de Megadeth, en un mix que pasó desapercibido y a más de alguno dejó con la idea de “conozco esta canción”. Sing for me, sería el siguiente corte en llegar a escena, lejos uno de los highlights de My Winter Storm, y uno de los tantos temas con los que se vino abajo el Caupolican.
La primera salida de Tarja de escena, y María Ilmoniemi tomaba la batuta en los teclados, con una extraña intro que derepente desencadenaría en Nemo, generando un griterío masivo en el que se notó de inmediato que el público estaba conformado por una gran mayoría femenina. La interpretación impecable de Nemo y la gran respuesta de la gente, sólo demostraba el sueño cumplido de muchos, que tal como destaca en un principio, era la primera vez que veían a la soprano en vivo interpretando temas de su antigua banda, razón por la que la gran mayoría estaba ahí presente. Sin apagar los ánimos del público la noche continuaba con I Walk Alone, y con Tarja caracterizada igual que en el disco, generando nuevamente una respuesta más que positiva en los presentes.
Lo que se vendría a continuación, quizás fue uno de los momentos más emocionantes de la noche en los que Tarja no fue la protagonista. Puesto que todos dejarían la escena, a excepción de Mike Terrana, la feroz bestia de los tarros que con un solo, de casi 8 minutos, se apoderó del escenario y se ganó el respeto y admiración de muchos, que podría asegurar incluso, no conocían su trabajo en bandas de la talla de Rage y Masterplan. Ver a Terrana destrozar la batería era sorprendente y estridente al mismo tiempo. ¡Qué brutalidad señores! El baterista gringo no tuvo compasión, y cual bestia tratando de escapar de su jaula (ya que estaba literalmente encerrado tras una jaula), tocaba la batería con una velocidad y destreza pocas veces vistas. Los aplausos no se hicieron esperar.
En la segunda mitad del show, seríamos testigos de la corta pero potente Ciaran’s Well con una Tarja luciendo un llamativo peto rojo, además de la más tranquila Our Great Divide, la que fue destacada como una historia de amor según la vocalista, la cual sirvió para tomar un respiro y apreciar con calma la balada. Acto seguido una vez terminada la canción, Tarja se dirigió nuevamente a su público para confidenciar que el siguiente corte, habría sido el motivo del que ella estudiara canto lírico, en ese momento la conmoción del teatro se hizo notar, más aun cuando Ilmoniemi en el teclado daba los primeros acordes de The Phantom of the Opera, haciendo que se confirmaran nuestras sospechas. Notable fue ver como Tarja invitaba a un caracterizado Ricardo Susarte, a ser el fantasma de esta opera, quién dio la nota alta de la canción con una excelente interpretación, que en conjunto de la vocalista cantaron una versión en completo español del tema. Llamativo detalle, pero quizás no lo mejor para quiénes esperaban escuchar la original en inglés.
Era la hora de las presentaciones, y los aplausos iban y venían, haciendo la antesala perfecta para presentar su nueva canción Enough, un corte muy movido y con un desenlace que incluiría hasta guitarra acústica, siendo Kiko Loureiro el interprete de ambas guitarras, y con ayuda de un roadie, logrando intercambiar instrumentos rápidamente para no perder tiempo, ni naturalidad en la canción. Nuevamente casi todos los músicos dejaban el escenario, quedándose sólo Tarja en el medio de las tablas, frente a un teclado en el cual interpretó la bellísima Oasis, mientras interactuaba con la gente, e impresionaba con el dulzor de su voz, sin duda uno de los momentos cumbre de la noche.
Llegaba un esperado pero no ansiado anuncio por muchos, ya que se venía la “última” canción de la noche, destacando de inmediato una negativa por parte del público, quiénes en el fondo sabían que el show no acababa aquí. Poison, el mítico temazo de aquel disco del ’89 de Alice Cooper (Trash), descendía a la escena, con un perfecto cover en el que la vocalista sin dudas se lució, aprovechando lo ganchero de la canción original. La banda nuevamente se retiraba del escenario, pero las luces seguían bajas, los llamados no se hicieron esperar, hasta que todos tomaban posiciones nuevamente y derepente, ¡Wishmaster! El teatro se vino abajó y el cántico fue masivo, el volumen de las voces aumentó considerablemente y el desorden en cancha se expandió hasta el último rincón del teatro. Desorden que continuaría con Die Alive, tema que ya nos anunciaba la caída del telón definitiva. Para finalizar, una interpretación de Calling Grace sólo con Tarja, Kiko y Max en el escenario dieron fin a una noche increíble, que superó las expectativas y dejó a la masa metalera conforme, quiénes se agolpaban por recibir un saludo de Tarja quién se dio el tiempo de pasearse por la reja delantera y despedir a todo quién se lo pidiese.
La jornada acababa dentro del Teatro Caupolicán, y la gente se retiraba contenta, muchos aún con el recuerdo patente de Tarja prometiendo volver, ojalá pronto y con un nuevo disco bajo el brazo. Pues si algo es claro, a pesar de el gusto de revivir viejos clásicos de su antigua banda, Tarja se defiende firme con sus temas solistas, y aunque ahora camine sola, se vislumbra un gran futuro para la vocalista. Nosotros por nuestra parte, sólo esperamos que dentro de los próximos años, nuevamente nos vuelta a azotar, la tormenta de invierno.
Setlist:
1. Boy and The Ghost
2. Lost Northern Star
3. Dead Gardens + Symphony of Destruction
4. Sing for Me
5. Nemo
6. I Walk Alone
7. Solo de Batería
8. Ciaran’s Well
9. Our Great Divide
10. Phantom of the Opera
11. Enough
12. Oasis
13. Poison
14. Wishmaster
15. Die Alive
16. Calling Grace
Review: Nicolás Pérez
Fotos: Sandra González
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