Un Lunes por la tarde no es lo que podríamos llamar precisamente un buen día para hacer un concierto. Es un día laboral – en el caso de algunos afortunados fue un día libre por el sándwich que se daba producto del 1º de Mayo; y el horario – las 17:00 horas – dificultaba aún más las posibilidades de que los chascones asistieran a la presentación de una de las bandas más importantes de la escena thrash ochentera. Pero para ser francos, no deja de sorprender el hecho de que el recinto – que dicho sea de paso está cayéndose a pedazos – de la calle Cueto se repletara de chaquetas de mezclilla y zapatillas blancas de media caña, vestidas tanto por jóvenes colegiales como por padres de familia. Así que desde esta humilde tribuna queremos felicitar a toda la gente que se la jugó por presenciar el que, como comentaré más adelante, fue un show de pura “pachorra”.
Si bien el horario no nos permitió llegar a presenciar a los teloneros – trabajo y/o universidad – lo que si supimos fue la vergonzosa forma en que los nacionales y ya míticos (no sólo por aquel video de culto junto al cabezón judío) thrashers de Necrosis fueron cortados drásticamente, que por lo que pudimos averiguar lo que sucedió fue que la misma organización les negó el suministro eléctrico por lo cual la banda resignadamente tuvo que dejar el escenario. Esta inmunda decisión pone en el tapete lo que muchas veces se ha comentado, ¿de verdad dan los productores la oportunidad de que nuestras bandas se muestren durante los conciertos internacionales, o estas invitaciones a telonear son un mero “buen gesto” en el papel, que siempre termina siendo una incitación a la polémica y muchas veces al odiado chaqueteo? Ustedes mismos pueden sacar sus conclusiones.
Aparte de esto, y en el intertanto en que se preparaba el show de los norteamericanos, se hizo latente la muestra de cultura y buenas costumbres que abunda en nuestra nación, cuando una cantidad no menor de jetones, que creyéndose guanacos, comenzaron a tirar escupos en contra de un miembro del crew de Testament. Yo acá me preguntó, si van a ir a tirar escupos, ¿Por qué no se dejan de huevear adelante y los tiran en el baño? Con este tipo de raciocinio prehistórico el día del pico vamos a poder disfrutar de un Chile con una buena cantidad de shows de corte internacional durante el año, como todos lo queremos.
Fuera de eso, y ya en el pequeño – y a esa hora caluroso – recinto antediluviano se podía palpar la ansiedad de todos y cada uno de los asistentes, que miraban constantemente la hora como pidiendo que la banda del carismático Chuck Billy saltara luego a escena a descargar su dosis de Thrash Metal. Además, en ese intertanto pudimos notar la antes mencionada ‘mezcla de generaciones’ dentro de los asistentes al concierto, cuando, ante la atenta mirada de los más pequeños, algunos de los más viejos recordaban aquella lejana presentación de la banda en el ex-Estadio Chile hace ya una década. Esa misma década hacía que esta espera se volviera más tediosa, pero todo cambió cuando, siguiendo la costumbre, se apagaron lentamente las luces y comenzaron a sonar los acordes de la intro de Testament.
Luego, la aplaudida entrada de cada uno de los miembros de la banda – entre ellos el “pelao guatón” Nick Barker – y luego, con The Preacher, la primera estocada de la tarde, se vino abajo el Novedades. En ese momento, no era para nada claro el sonido, pero la efervescencia tanto de la banda sobre el escenario, como de quienes en ese momento participaban del mosh, hizo olvidar el, en ese momento, impresentable sonido. Luego vino The New Order y entonces se hizo más brutal el mosh y el teatro entero coreo el archiconocido Tell the World the New Order is here!!, aún con un sonido muy malo y poco entendible. Al fin y al cabo estábamos todos escuchando por “memoria” lo que Testament tocaba, ya que técnicamente se estaban ejecutando perfectamente los acordes y melodías del tema perteneciente al disco con el mismo nombre. Luego vinieron The Haunting y Sins of Omission, y siguiendo con la tónica, el sonido no daba la nota, por lo que el público y la banda se encargaban de hacer el show.
Con el clásico Electric Crown se hizo más entendible el sonido (no es que haya sido una aplanadora, pero al menos se entendían los instrumentos y los guturales de Chuck Billy ya se escucharon más claros) y se hicieron más enérgicos los coreos con que el Novedades aliñaba el show. Luego vino el mosh de verdad con D.N.R. (Do not Resuscitate), que junto con los poderosísimos guturales de un Chuck Billy plantado sobre el escenario como un verdadero gigante renacido, luego del cáncer que sufriera hace ya algunos años, hacían de la escena una verdadera carnicería.
De ahí en más el sonido no mejoro ni empeoró, y fue constante la entrega que la banda dio sobre el escenario, como disparando fuerza y energía. Con un solidísimo Nick Barker que, cual tanque, no fallaba en ningún batatazo en los incesantes tuca-tuca, acompañando de un virtuoso de las seis cuerdas como lo es el impresionante Alex Skolnick, que se encargó de dejar a más de alguno con la tarasca abierta producto de su limpieza y calidad a la hora de ejecutar, a la perfección, cada uno de los solos que ya compusiera hace más de 15 años. Eric Peterson, por su parte, y sin figurar mucho, matizaba una escena de perfección musical complementada por el también former member de los oriundos de San Francisco, Greg Christian.
En medio de esta potente propuesta escénica llegaron clásicos de la altura de Practice what you Preach (video grabado desde el público aqui), Souls of Black, The Legacy e Into the Pit, luego de lo que muchos ya parecían exhaustos y prácticamente levantaban sus banderas blancas como rindiéndose ante tal muestra de poder, pero sin dar ni el más mínimo respiro, la banda siguió con su poderoso arsenal de machacante Thrash con Over The Wall y Alone in the Dark, tema en el cual el público canto y mosheo con lo último que le quedaba de energía, por lo cual Testament, en su totalidad, demostró su aprecio por el público con gestos y palabras de Chuck Billy. Luego, y para cerrar lo que como denominé antes fue una tarde de puro huevo, la banda regaló para quienes aún querían mas Disciples of the Watch (video grabado desde el público aqui), con lo cual cerraron una jornada notable de poder y brutalidad, despidiéndonse entre aplausos, vítores y el tipíco canto de barra brava.
Para algunos, fue un show con gusto a poco porque no se extendió por mucho tiempo (según mis cálculos, sobrepaso levemente la hora y media); pero personalmente, y con el precedente de la entrega y el “huevo” puesto por la banda sobre el escenario fue un excelente show, empañado solamente por el sonido que lógicamente no estuvo a la altura y por los típicos imbéciles de siempre, que creen que los problemas se resuelven con escupos y/o empujones. Pero al fin y al cabo, y como show, no queda más que agradecer que Testament haya pisando nuestras tierras para entregarnos una verdadera declaración de principios, dejando demostrado a cabalidad que el Thrash no está para nada muerto.
Setlist:
The Preacher
The New Order
The Haunting
Sins of Omission
Electric Crown
DNR
Three Days Of Darkness
Trial By Fire
Practice What You Preach
Souls Of Black
The Legacy
Into The Pit
Over The Wall
Alone In The Dark
Disciples Of The Watch
Review: Ignacio Machuca
Fotos: Ignacio Correa