Seis años tuvieron que pasar para que el regreso a nuestro país de la banda noruega Tristania se hiciera realidad. Con una formación muy diferente y con un show que generaba más incertidumbre que otra cosa, cerca de unos 600 fanáticos vistieron de negro al Teatro Novedades, el pasado Martes 20 de Mayo, y dijeron “presente” en un evento que dejó diversas opiniones e impresiones sobre la mesa.
Sin teloneros, tal como habíamos comentado con anterioridad, el show de los Noruegos dio inicio puntualmente a las nueve de la noche, posicionándose en la batería Tarald Lie e indicando el comienzo del show con Libre, potentísimo track que abre Ashes, que sirvió para introducir a la banda mientras cada miembro hacía su aparición respectiva en diferentes momentos de la canción, por lo que la conmoción y los aplausos se hicieron sentir en cada instante, desde el punto en que entró el bajista reemplazante Ole Vistness, seguido de Anders Høyvik Hidle, el primer y único guitarrista (recordemos que no hace mucho Solvang dejó la banda) que desde los primeros segundos sorprendió con el sonoro gutural que realizaba tras el micrófono.
No pasaría mucho y entraría en escena la pequeña y bellísima Mariangela Demurtas, la Italiana nueva vocalista del conjunto, que con atractivos y certeros movimientos, conquistaría la atención de los varones presentes para luego dar paso al cantante barítono de la agrupación, el gigante Østen Bergøy, estando así la formación completa en el escenario lista para dejar todo en escena.
El show en si fue bastante fluido y el público desde el primer momento se entregó por completo a la banda, ya fuera cantando, aplaudiendo o respondiendo a los movimientos y gestos de Mariangela y Østen. Quizás los grandes problemas de la jornada fueron el sonido y la iluminación que fue muy pobre, lo que para un público que se acercaba por primera vez a este teatro (recordemos que el teatro novedades en lo que a recitales metaleros se refiere, solo ha albergado a bandas de Thrash, Death y Black) y que desconocía los problemas de acústica que posee el recinto de calle Cueto, los comentarios no se hicieron esperar y no fue raro ver a más de alguien maldiciendo por el mal sonido, que por lo menos durante las primeras cinco canciones de la velada hizo casi inentendible la música del conjunto Noruego. Afortunadamente, pasados los minutos, más precisamente durante canciones como Angina y World of Glass, este problema mejoró, logrando un sonido más limpio y claro que duraría el resto de la jornada.
En materia de setlist, era obvio que el show estaría más cargado a discos como Illumination y Ashes, por lo mismo fue que pudimos disfrutar de canciones tales como Circus, The Ravens, Lotus, Shadowman, Mercyside, entre otras. Y cómo dejar de lado tremendo discazo como Beyond The Veil, del que canciones como la que da el título al disco o Angina, generaron un verdadero caos en la masa presente, en especial dentro de la gente que se encontraba más adelante.
Tristania se demostraron sólidos durante toda la noche. Mariangela, que si bien no es Vibeke y a pesar de tener un registro vocal tan diferente, logró cautivar con su carisma al público, haciéndose gigante en el escenario. Pero el mismo hecho de que la italiana tenga un sonido mucho más rockero en su cantar, hace que más de alguno sienta presente aún el fantasma de la lírica Vibeke Stenes, pues por alguna razón la vocalista no logra impresionar al punto de que uno no extrañe siquiera un poco a la antigua frontwoman del conjunto. Lo mismo pasa en cierto medida con el resto de la banda, pues a pesar de que todos cumplieron excelentemente su rol en vivo (inclusive sorprendiendo la fuerza de la guitarra de Anders que hizo que pasara desapercibido el hecho de que hacía falta un guitarrista), uno no puede dejar de pensar que lo vimos fue una banda más que desarmada: con dos músicos parches en vivo, sin su tecladista, con una nueva vocalista, con la reciente salida de un guitarrista y sólo dos miembros originales y antiguos en escena.
Por lo mismo, al tener ese sabor amargo en la boca por saber que no estabamos viendo realmente a Tristania, me sorprendió el profesionalismo de los músicos en escena, que lograron interpretar de forma precisa los distintos clásicos de la agrupación y empatizaron con el público para bien, demostrándolo en el encore, en donde la gente se unió en una sola voz que pedía y llamaba a la banda para que siguiera con más música. Fue así como el quinteto volvió a las tablas luego de un rato, con la impresión en sus rostros, para tocar sólo dos canciones más: The Wretched y la increíble Angellore de su disco debut Widow’s Weeds, canciones que cerrarían cerca de hora y media de show, que generaría opiniones muy dispares.
Por un lado, muchos conformes con el show visto, pero al mismo tiempo muchos otros (dentro de los que me incluyo) quedamos con gusto a poco y con una extraña sensación de inconformidad. Algo faltó, no fue un mal show, pero aún así esta lejos de quedar en calidad de “memorable”.
Setlist:
- Libre
- Beyond The Veil
- Circus
- The Ravens
- Angina
- World of Glass
- Shadowman
- Lotus
- The Shining Path
- Tender Trip On Earth
- Mercyside
- Sacrilege
- Down
- The Wretched
- Angellore
Review: Nicolás Pérez.
Fotos: Sandra González.
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