Era la tarde de un viernes 16 de mayo cuando nos dirigíamos a un asado con algunos colegas escuchando la 92.5 del dial FM, donde luego mencionaron que el día siguiente habría una fiesta de dicha radio en el Teatro Caupolicán. Lo anterior no tenía sentido, si ese 17 de mayo estaba programado el concierto de Warcry en Chile. Muchas dudas quedaron desde ese momento hasta llegar aquel sábado a las puertas del local de la calle San Diego. La fila que había para entrar casi completaba la cuadra entera, y era llamativo considerando que faltaba poco más de una hora para el comienzo del show de los españoles. Más extraño resultaba sabiendo que a las 20:00 horas estaba programada la presentación de los nacionales HellAngels. Mientras afuera la fila aumentaba en instantes donde se escuchaban las últimas pruebas de sonido de los hispanos. Faltaban cinco minutos para las 8 de la noche cuando se abrieron las puertas a los fanáticos que entraban corriendo a la cancha del teatro para poder tener una buena ubicación. Ya debía empezar a tocar HellAngels, pero algo pasaba… habían rumores de que no tocarían, de que la fiesta programada para después del concierto había afectado los tiempos, etcétera. Finalmente los oriundos de Quilpué no aparecieron nunca en escena (pueden leer sus descargos en este enlace).
Pese a todo, a las 21 horas en punto ya estaba Warcry ante nosotros, poniendo fin a esa espera de poco más de tres años para volver a verlos, con dos discos más a su haber desde aquella oportunidad. Todo comenzó con Quiero Oirte, canción inicial de su nueva placa titulada Inmortal. La gente reaccionó inmediatamente, saltando y gritando (también sacando sus celulares para inmortalizar, precisamente, el momento), aunque el tema sea de los más nuevos de su repertorio. Con La Última Esperanza continuó el show, momento en el cual invitaron a una persona discapacitada del público a cantar y disfrutar junto a ellos sobre el escenario. En la primera pausa, el vocalista Víctor García hace mención a que venían sólo “con una hora de sueño”, que han habido muchos problemas para el show de esa noche, pero que con pasión, energía y junto al equipo técnico que los acompaña sacarían todo adelante de la mejor manera. Los primeros “olé, oleoleolé, WarCry, WarCry” se hacían escuchan en un casi repleto Teatro Caupolicán.
Cuando sonaron los primeros acordes de Contra el Viento, se escuchó la aprobación general de los presentes con un “¡ooohhh!”, pero cuando a esta la prosiguió la potente Aire todo se vino abajo. Era el primer corte que tocaban con velocidad, por lo que hasta mini mosh se armaron de un momento a otro. Del Dónde Está la Luz? interpretaban Perdido, también caracterizada como muchos otros cortes de los españoles con coros muy pegajosos que siempre todos terminan cantando, todo apoyado con imágenes proyectadas en la pantalla gigante que los acompañaba (que seguramente luego ocuparían en la fiesta, obvio). El primer clímax se logró con Alejandro, donde le sacaron más partido al show con un video mostrando imágenes del protagonista aludido. ¡Temazo! Un temazo interpretado de forma impecable por la banda conformada por Rafael en batería, Pablo en guitarra, Roberto en bajo y Santi en teclados. Todo coronado por la impecable voz de Víctor, que es notable que sigue dando todos los tonos que se muestran en las grabaciones de estudio.
Las revoluciones bajaron con Coraje, la primera balada que sonaba traída directamente desde el disco Revolución, la cual fue ovacionada por los asistentes. Nuevo Mundo mantenía esa pausa necesaria en cualquier concierto con esta energía que se transmitía en un calor tremendo, un “calor del bueno” como comentaba Víctor, a pesar de lo helado que estaba el clima. Dedicando lo siguiente “a los que disfrutan pegándole a las mujeres”, la potente letra de Cobarde era lo que escuchábamos con un sonido intenso y claro. Con la intro en manos del teclado de Santi, una suave melodía daba pie a Ardo por Dentro, donde la velocidad volvía a la música y también a los cuerpos de los cerca de tres mil asistentes. “Vamos con un tema de amor” dijo el frontman, presentando de esa forma las canciones Devorando el Corazón y Cada Vez. Los encendedores (que lograron pasar ante la revisión del personal de seguridad) y celulares estaban al aire cuales antorchas del pasado, acompañando la velada y entregando una hermosa postal. Cuando empezó a sonar sin previo aviso la veloz Tu Amistad, el recinto había cobrado vida nuevamente ante los saltos y cánticos de todos. Es que este hit del Alfa también cuenta con una letra entretenida diciendo, por ejemplo, “siento como cambia el mundo con cada sorbo de alcohol”. ¡Qué mejor, digo yo! En resumen, el teatro explotó en ese instante.
En el momento que sonó la progresiva Tu Recuerdo me Bastará, los asturianos cumplieron con tocar al menos un tema de cada uno de sus discos larga duración. Este, de La Quinta Esencia, era lo que estaba faltando para completar este hito. Warcry lanza un nuevo trabajo de estudio con un promedio de cada dos años, aproximadamente, con lo cual ya completan a la fecha siete discos. Mientras el tecladista regalaba botellas de agua a personas muertas de sed ubicadas en primera fila, todo se preparaba para La Vieja Guardia con ese coro diciendo que “no nos cambiarán, no nos callarán, mientras nos queden fuerzas para continuar”, mensaje dirigido también a aquellos que luchaban por sobrevivir en medio del caos que había en cancha en los sectores aledaños al escenario. Fue una inyección de energía coronada por imágenes de grandes del rock y metal mundial, tal como lo habían hecho por su paso en el 2011. Hubo un amague a Paranoid de Black Sabbath, pero sólo un intento al hacer sonar sus riffs iniciales.
“Eo eo eo, que siga el hueveo” gritaba espontáneamente la gente. Víctor preguntaba que “¿qué significa eso? Yo, no tengo ni idea”. Hasta que cayó (o alguien con señas le explicó muy bien) al decir “aaah, que siga el cachondeo”, causando las risas generales. Se dio la instancia para interactuar un poco, pidiendo respuesta a esos típicos voceos que se hacen en los conciertos, claro que uno de ellos dio el vamos a Alma de Conquistador. Todo calzaba perfectamente en la forma que tenían armado el espectáculo. Destacaba, como a lo largo de la noche, la interpretación y movilidad que entregaba el guitarrista Pablo García. Él era uno de los más movedizos en escena, sobretodo en comparación con el bajista Roberto García, que generalmente se encontraba estático en una de las esquinas del proscenio. Y de la voz para qué hablar; en este corte nos dejó sin palabras. La cuestión era ponerse de pie y aplaudir mudo ante aquel esfuerzo vocal.
“Vosotros nos dais Un Poco de Fe” decía el cantante para presentar la pieza de La Quinta Esencia, donde el teclado presenta un papel protagónico, mientras el estático personaje a cargo del bajo iba a molestar a un personaje encargado de la seguridad en el sector del escenario. Terminado esto, el público espontáneamente cantaba “Nada hay bajo el sol…”, uno de los coros más conocidos del quinteto. Víctor dijo que mejor “vamos con un tema nuevo”, dejando calladitos a los presentes. Así la banda empezó a interpretar pequeñas piezas musicales de clásicos del rock donde sonaron Rising Force, Smoke on the Water y Master of Puppets. Todo esto fue una joda para Tinelli… Lo que todos pedían se hacía realidad, sonaba el himno Tu Mismo con aquel pegajoso y recordable coro. Acá sí que todos eran una sola voz, y los españoles lo supieron apreciar por lo que se veía en sus expresiones. Extraño fue el instante en el que un pertardo reventó en el escenario. Quizás otros personajes se hubieran molestado, hubieran dejado de tocar inmediatamente viendo el peligro que esto podría conllevar, sin embargo los hispanos siguieron en las tablas para decir que era muy tarde ya, que había que volver a los respectivos hogares, Etc. Después de esos clásicos “no nos vamos ni cagando”, era el turno de la nostálgica Capitán Lawrence, dando así de manera abrupta el final a la primera parte del show. Claro, no podía ser así de fácil, pero hay que considerar que ya habíamos escuchado diecinueve canciones, lo que es una cifra no menor.
Fue un breve descanso, de quizás dos minutos, el que se dieron tras bambalinas. En eso aparece Santi para ponerle play al speech que introduce La Maldición del Templario, el segundo y último corte de su última placa. Este es un tema muy power, con mucha rapidez, pero se notaba que no era de los más conocidos debido a la reacción popular. Esto no primó en la notable interpretación de Rafael en la batería, que al igual que a lo largo de la jornada, entregó lo mejor de sí. Llama la atención que ante una posible gira promocional de su Inmortal, sólo hayan ejecutado dos canciones. Lo atribuyo a que aprovechan de entregar al máximo lo mejor de todo su reportorio, no necesariamente dando énfasis a lo nuevo, también considerando que a este lado del planeta no vienen muy seguido. Esto es valorable.
El Guardián de Troya, y como lo he venido comentando durante toda esta crónica, hace brillar el registro vocal de Víctor García. Ya suena repetitivo, pero es que no hay palabras para describir el momento. La reacción natural era sorprenderse y aplaudir. El show fue coronado con Hoy Gano Yo, rescatado de su disco homónimo, aquella primera aventura en grande que dieron en el año 2002 luego de haber salido por la puerta de atrás de Ávalanch. Warcry cerraba esta mini gira por este lado del continente (recordando que también pasaron por Argentina). Ya eran dos horas y media de espectáculo, repitiendo la tónica del 2011. Es que ellos no se cansan, o quizás es tanto el entusiasmo y conexión que tienen con Sudamérica que lo aprovechan al máximo, incluso sobre exigiéndose en lo personal.
Warcry nuevamente hizo de las suyas entregando una experiencia redonda. En ese sentido, y comparando con lo que vimos hace tres años, es difícil determinar cuál de las dos oportunidades supera a la otra. Lo único claro que es cada vez que se hable de este quinteto hispano en Chile será un sinónimo de imperdible.
Eran casi las 23:30 horas y había que abandonar raudo el recinto; afuera ya estaban los comensales a la espera de la apertura de puertas para la fiesta de la radio mencionada al comienzo. Aquella fiesta que quizás fue una de las causas por las cuales salió perjudicada la agrupación HellAngels. Entiendo que haya que aprovechar al máximo los tiempos y espacios, pero no me parece una buena idea realizar un recital del impacto que provoca Warcry, en cuanto a asistencia, y cinco minutos después otro evento muy popular. Así las cosas se hacen a la rápida, y cuando es así generalmente sale algo mal.
Setlist WarCry
- Quiero Oírte
- La Última Esperanza
- Contra el Viento
- Aire
- Perdido
- Alejandro
- Coraje
- Nuevo Mundo
- Cobarde
- Ardo por Dentro
- Devorando el Corazón
- Cada Vez
- Amistad
- Tu Recuerdo me Bastará
- La Vieja Guardia
- Alma de Conquistador
- Un Poco de Fe
- Tú Mismo
- Capitán Lawrence
Encore:
- La Maldición del Templario
- El Guardián de Troya
- Hoy Gano Yo