La vuelta de “Ripper” Owens a nuestro país fue un hecho que, por un lado, fue un agrado que sucediera en tan poco tiempo y, por otro lado, ver un show a veces un poco inconsistente, teniendo un disco nuevo para promocionar bajo la manga y habiendo editado un material de lujo, como lo que fue el año pasado el disco Perpetual Flame de Yngwie Malmsteen, del que no pudimos escuchar ningún tema, además ninguno de Iced Earth. No malentiendan, no fue un mal show, es sólo que la selección de las canciones podría haber sido mejor.
El show comenzó alrededor de las 20:30 horas con los nacionales Sangre de Acero que hacen algo bastante clásico, un heavy rock hecho y derecho llegando al heavy metal en algunos temas. Cabe destacar la capacidad de su vocalista femenina que impresionó por los falsetes altos que lograba hacer. Cerca del final de su show algunos tracks tendieron a aburrir por el hecho de ser un tanto desconocidos, pero la audiencia, respetando como se debe, no hizo mucho más que mirar esperando que terminara el espectáculo.
Luego, continuó en forma casi inmediata el show con Inquisición vestidos de monjes -después de un rato dejaron el hábito tras camarines, supongo que por el calor-, y Manolo Schafler con un cinturón de balas amarrado al pecho… ¿Se imaginan a un cura de verdad en parada asesina? Ya clásicos en la escena, lograron tener un recibimiento más fuerte del público. Paseándose por temas como Innocent Sinner y Dragonslayer, lograron hacer que el recinto santiaguino prendiera mas a la gente que inclusive quedaron pidiendo otro tema, cosa que los teloneros no tardaron en responder ante las peticiones de los chascones que llenaban el local, que hace un rato atrás parecía semi-vacío.
Era todo un misterio quién y cómo iba a tocar, con músicos chilenos, Mr. Ripper Owens. Al final terminó siendo lo más lógico. Con una formación compuesta por Inquisición (sin Paulo Domic), más el tecladista de Delta, Nicolás Quinteros, y en la otra guitarra Iván Moya de Kontra. Es así como se iniciaba este concierto que desde el principio se vio cargado por covers de Judas Priest. Electric Eye fue el primero en aparecer y el que detonó en los fanáticos la euforia. El vocalista preguntó si alguien había estado en el recital de Hail!, en enero pasado. La verdad desconozco los temas tocados en esa ocasión puesto que no asistí al recital, pero yo por lo menos esperaba algo bastante diferente de lo que estaba viendo. Le seguía otro cover de Judas, The Ripper. Era un tanto de esperarse ¿No? Un tanto cliché tocar un tema que coincide con el apodo del anglo-parlante.
Burn in Hell, nuevamente de Judas Priest, era el tema que seguía esta vez algo mas ad-hoc a lo que es la carrera del cantante, puesto que este tema pertenece al disco Jugulator donde obviamente canta Mr. Owens. Más tarde haría lo mismo con el cover de One on One del disco Demolition, quizás el menos querido en la carrera de Judas.
Recién al cuarto tema podemos apreciar algo del nuevo trabajo “Play my Game” de Tim Ripper Owens. Believe era el tema que sonaba, y da para pensar si él tiene confianza en lo que hace, es decir ¿por qué se demoró tanto en tocar un tema de su propio disco? Se había dicho que el show iba a ser diferente a lo de Hail! ¿Pero qué tanta diferencia iba a tener si seguía haciendo covers? Bueno, y aprovechando de hacer promoción, el artista daba el aviso que se estaban vendiendo copias de su disco en la entrada del Rock & Guitarras… me pregunto si habrá vendido algo con tan poca promoción del disco.
¡Otro cover más de Judas! Esta vez un clásico, Painkiller. Seguramente a muchos asistentes les recordó la noche del año pasado cuando los maestros tocaron en el Movistar Arena y cerraron la velada con ese ¡temazo!
Bien, por fin un cambio un poco inesperado con Highway Star de Deep Purple. Una versión súper bien hecha que prendió bastante a los asistentes. Las felicitaciones de Owens a la banda soporte no se hacían esperar, y, bueno, tengo entendido que en otros países la ejecución de los temas no fue tan buena como acá, eso sólo comprueba una cosa: ¡Somos secos pa’ los tributos!
Presentando un tema de Beyond Fear, And You Will Die era lo siguiente. La selección de los cortes fue bastante rara, si bien es de agradecer escuchar el lado más desconocido del vocalista, no dejo de pensar en ¿cómo es que no habían más temas del disco solista de Owens en el repertorio? Le siguió uno de los puntos altos de la noche, un tributo al tipo “que cambio la forma de tocar guitarra” anunciaba el vocalista y se venía Rising Force. Se agradecía totalmente escuchar un cover a Yngwie Malmsteen y sobre todo un clásico como este. Lo único que pudimos escuchar del legendario guitarrista.
Volvíamos al disco Play my Game y la promoción que estaban vendiendo a la salida del local también volvía. Starting Over era el tema que sonaba esta vez, que, por cierto, abre el disco del vocalista. Un momento bastante grato. Está demás decir que la gente vacilaba el tema como si fuese cualquier otro de la noche.
Era la hora de otro clásico y la vuelta a Judas, The Green Manalishi y la gente se volvió eufórica. Más eufórica se volvió cuando presentaron The Flight of The Icarus de Iron Maiden, donde lamentablemente Manolo Schafler tuvo problemas con su guitarra, lo que hizo que la ejecución del tema no fuera completamente del todo limpia. Una lástima, la banda más querida por los metaleros de este país y no se pudo apreciar bien. Hay que destacar que acá Cristián Maturana (también integrante del tributo a Iron Maiden, Transilvana) adoptó la postura de Harris para tocar este tema. ¡La faceta tributo a full esa noche en el Rock & Guitarras!
It is me, otro de los temas del disco Play my Game y el último que escucharíamos esa noche de temas originales. Le siguió, entonces, Grinder de Judas Priest, nuevamente, para luego hacer un cover de Kiss, Cold Gin, que si bien no estuvo mal, hubiese sido preferible alguna canción más conocida como Love Gun. Muchos de los asistentes no prendieron mucho con este cover.
El gringo nos vuelve a sorprender con un cover a Black Sabbath, Symptom of The Universe. Seguramente nadie esperaba covers de cosas tan olvidadas a veces en el pasado, menos un cover de Sabbath en la época de Ozzy. Un cover de Dio tampoco hubiese sido malo para la velada.
Bueno, llegamos al momento del típico “encoré” y nuevamente las felicitaciones para la banda soporte. De alguna forma el tema que sonó era de esperarse; ¡Breaking The Law! La gente enardeció nuevamente para rematar con Living After Midnight.
Si bien fueron bastantes temas los que sonaron, grandes clásicos y todo eso, no deja de molestarme el hecho de que ¡por qué tanto cover de Judas Priest! Se pueden entender los del periodo Jugulator-Demolition, pero el resto de los tracks hace ver al Owens nada más que a la sombra de Halford, relegando al vocal a la calidad de “Tributo”. ¿Por qué no tocó más temas del Play my Game? ¿Menosprecia su arte el tipo? ¿Por qué tan sólo un tema de Yngwie? Ningún tema de Iced Earth (esto último es entendible). El show queda relegado a la calidad de extraño. Esperemos que si vuelve a nuestro país podamos verlo en una faceta más amplia que la de hacer múltiples covers. Este tipo se gasta una voz de lujo pero debería usarla en una forma que lo destaque más a él que a las bandas que tributa.
Review: Felipe Lobos
Fotos: Roberto Yévenes
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