Las expectativas que están depositadas para el concierto de Metallica en Chile son enormes. La larga espera que han tenido que aguantar los fanáticos de la banda norteamericana liderada por Lars Ulrich y James Hetfield se ha visto reflejada en los muchos comentarios que se pueden encontrar en diferentes comunidades virtuales nacionales, donde queda de manifiesto el nivel de entusiasmo e impaciencia que muchos vienen cosechando ya hace varios años : “¡El show va a estar increíble!”, “El Club Hípico quedará chico, va a quedar la cagá”, etcétera. Pero ¿Que tan aterrizadas están las expectativas de lo que, en el cartel, es el evento del año?, ¿Se cumplirá lo que imagina el respetable ante los legendarios Metallica?. En las siguientes líneas revisaremos brevemente lo que fue el concierto de los norteamericanos en el vecino país de Perú, todo cortesía de uno de los integrantes de nuestro staff que tuvo la oportunidad de asistir al evento y traernos en exclusiva un spoiler de lo que veremos la semana que viene.
La gira sudamericana de los artifices del Thrash Metal comenzó en Lima, Perú, el pasado 19 de Enero. En la ocasión, todos los metaleros de Perú dieron rienda suelta a su fanatismo y alegría, y como no estarlo; tuvieron que pasar casi 30 años para que pudieran ver a la agrupación considerada como “la mejor banda metalera de la historia”. Sin duda algo que los peruanos recordarán de por vida.
En el Estadio San Marcos -ubicado en Lima- además de peruanos, también habían grupos considerables de Ecuatorianos, Bolivianos, más alguna bandera de Colombia, Paraguay, y como no podía faltar, también habían compatriotas Chilenos, incluyendo éste humilde servidor. Un asistente me dijo: “Esta es una fiesta multipaís“, y estaba en lo correcto. Tanto fue el alboroto, que hasta la prensa peruana hizo de este concierto una mina de oro, tanto así que se pudo ver a un paracaidista bajando del cielo, el cual estaba grabando imágenes para un canal local, y gratuitamente se gano una pifiadera gigante. Lima fue tomada por metaleros con poleras que decían ‘Kill ‘Em All’, ‘Ride the Lightning’, ‘Master of Puppets’ e incluso ‘St. Anger’. La Universidad Nacional Mayor de San Marcos paralizó toda actividad académica durante éstos días, ya que su estadio seria utilizado para este evento. Tanta era el ansia por ver a los gringos, que se pudo ver gente acampando fuera del estadio con 2 días de anticipación.
Por esas cosas de la vida, me pude mover con una entrada para ingresar al sector T, en la cancha, pero al fondo y lejos del escenario; la primera impresión fue: “Quedé a la cresta, voy a ver y escuchar como las wifas“, y luego de varios intentos fallidos para pasarme al sector E (pasando de ser Waldo Ponce a Matias Fernandez para ubicarme en el medio campo), decidí quedarme donde estaba y simplemente esperar el concierto.
A eso de las 8:00 hrs. hizo su aparición la banda peruana Necropsya, gritando al público “Bienvenidos a la fiesta del metal“, comenzando así su presentación. No hay queja sobre la banda, muchos peruanos cabeceando de lo lindo y gritando el nombre de la banda que hacía notar que tenían su historia ya formada. Luego, investigando con los amigos de concierto (de esos que solo hablas una vez en la vida, y tu dialogo es: “¡El concierto esta la raja!“) , pude averiguar que Necropsya se había formado el año 1989 y ya tenían una fama dentro de Perú. Luego de mostrar algunos de sus temas, la banda bajaba del escenario luego de aproximadamente 25 minutos. En síntesis una presentación al grano, corta y buena. A esa hora ya no me preocupaba por el audio, había una torre con amplificadores atrás, así que bien por eso; lo que si me preocupaba era la vista.
Cerca de 50 minutos tuvieron que pasar para que Metallica hiciera su aparición, y fue el despelote: todos gritando, todos los que estábamos en el estadio saltando al mismo tiempo, botellas de agua volando. Ahi se pudo apreciar las ganas que el publico peruano tenía guardadas por tanto tiempo. Si estaba preocupado sobre la imagen, al ver una pantalla gigante del mismo tamaño del escenario, esa preocupación paso a segundo plano, y sólo quedo disfrutar el concierto.
En el escenario habían distribuidos cuatro micrófonos, uno para Robert Trujillo y los otros tres para James Hetfield, quien se paseaba por donde pudiera. En los costados explotaban verticalmente columnas de fuego, arriba del escenario disparos de fuegos artificiales; mientras el público coreaba cada tema a todo pulmón. Una locura.
Es difícil determinar cuales fueron los momentos donde el respetable bajo las revoluciones, quizas algunos temas de ‘Death Magnetic‘. Ahora, lo que si puedo afirmar con facilidad, son los momentos de mayor éxtasis: Fuel fue uno de esos momentos, el sector donde estaba casi traspasa la separación que había con el otro sector, fue una locura, todos saltando, los que fueron con lentes al concierto, olvídense de los lentes, volaron. Otro momento importante fue ‘Fade to Black’, cincuenta mil personas cantando el tema a todo pulmón. Sonidos de armamento y fuegos de artificio dieron paso al manoseadisimo riff de One, mientras se escuchaba un “Carajooo” en todo el estadio, además de otras palabras que no se pueden escribir, pero que todos conocemos muy bien. Luego vino un clásico de clásicos, ‘Master of Puppets’, momento en que el estadio reventó, casi se cae todo el sector T, se veía que al frente del escenario estaba la grande, volaron mochilas, billeteras, botellas con agua, hasta una hamburguesa paso al lado mío, todos tocando guitarras, bajos y baterías de aire, fue la locura. Para mi, el mejor momento de la noche. No había tiempo de descansar, por que después vinieron Battery, Nothing Else Matters y Enter Sandman. Con ‘Nothing Else Matters’ no falto la persona que, muy a lo trve-frostbitten-occvlt-metal , botó mas de un lagrimón. En este momento Metallica se retiraba del escenario, para luego regresar con ‘Am I Evil?’ y ‘Blackened’.
Como postre, vendría Seek And Destroy (o en su buen chileno: Chicken Destroy, al puro estilo Manhattan Sur), un último regalo para toda la gente que vivió este evento. Aquí ya todos estaba reventados, pero de todas formas disfrutaron el tema a concho, un final de velada memorable. A la salida, todos comentando lo bueno que estuvo el concierto: felices para sus hogares, algunos para el after, yo personalmente a dormir inmediatamente, había que madrugar al otro día. En pocas palabras, el show supero mis expectativas: fuegos artificiales, una pantalla gigante de verdad, luces a granel, buen sonido y gente contentísima: un gran espectáculo.
Sin duda un gran apronte a lo que será la presentación de Metallica en Chile este próximo 26 de Enero, donde los pronosticos avisan aún mas gente que en Perú. Sobre el espectáculo y temas que se presentan, se reúnen varios clásicos de Metallica, por lo que todos los asistentes al evento, tengan la edad que tengan, podrán disfrutar de un excelente repertorio y puesta en escena. Totalmente recomendable.
Como ultimo dato y aporte, el rumor de pasillo en Perú decía que Lars confecciona el setlist dos horas antes de salir al escenario. Ahora, si es verdad o mentira, se lo dejo a criterio de ustedes.
Comentario: Carlos Gonzalez