Aprovechando el descanso de fin de semana, Collapse se hizo presente, y en masa, en la primera tocata totalmente Death Metalera del año, que casi a modo de anécdota presentaba en el cartel a tres bandas que durante el año pasado lanzaron sus primeros discos y se encuentran promocionando a todo cañón cada uno de sus respectivos lanzamientos. Por lo mismo, la tocata del pasado sábado 10 de Enero en el Óxido prometía bastante, y por esto mismo estuvimos ahí y ahora podrás saber lo que pasó en el concurrido local del “Bella” durante una calurosa noche de 10 de Enero.
Que tu panorama de día sábado sea ir a hacerte bolsa los oídos con Death Metal nunca deja de ser una buena alternativa, más aún si los encargados de destrozar tus tímpanos son bandas nacionales que se las arreglaron para lanzar sus respectivos discos debut durante el pasado 2008. Entonces, tu panorama pasa de ser un buena alternativa a un evento más que alentador, por lo que llegas temprano al lugar citado, el Bar Óxido en este caso, saludas a tus amigos, amigas y colegas, y cervezas mediante esperas el inicio de una tocata que, por lo bajo, te asegura una vuelta a la casa con tu capacidad auditiva aun más reducida de lo que ya está. A eso de las 22.45 y ya dentro del local, se veía bastante movimiento y las últimas pruebas de sonido nos avisaban que el ataque Death Metalero estaba por comenzar. De fondo se escuchaban los primeros bramidos de Claudio Salinas, el líder de Trimegisto, quienes serían los encargados de dar el vamos a una calurosa noche de Metal “malulo y blasfemo”.
Trimegisto
Poco antes de medianoche Trimegisto se subía al escenario del Óxido a empezar con una velada a puro Death Metal. Y tal como abre su primer larga duración, Subterranean Streams, se dejaba caer la brutal Flying with Imhothep. Con un sonido que en un comienzo se tornaba difuso en ciertos pasajes, la banda de Claudio Salinas disparaba uno a uno brutales cortes de Death Metal Primitivo, tal como llama la banda a su particular propuesta, que suele recordar a bandas como Immolation, Nile y Morbid Angel, pero sin dejar de lado un sello propio que en su mayoría viene dado por oscuras atmósferas, los escabrosos gruñidos de Claudio y parajes con un virtuosismo técnico notable. Cabe destacar la silenciosa pero muy notable labor que realiza Marcelo “Warrior”, quien dotado de una refinada técnica hace recordar irremediablemente a Trey Azagthoth con solos de guitarra atmosféricos y con la presencia indefectible del Delay.
Así, Trimegisto interpretaba temas pertenecientes a su ya mencionada primera placa, como Spurning the patriarcs from the Underworld, Let not the Flame die Out! y Outsider. Con un público que escuchaba atenta y respetuosamente, Trimegisto entregaba sus dosis de Death Metal sin muchas pausas, excepto las utilizadas comúnmente para refrescarse y tomar un poco de pilsen, en el caso de Juan Pablo “Hueso” Vallejos, que mientras se empinaba una botella de cerveza recibía una que otra talla por parte de los asistentes. Las gracias al respetable, a las bandas compañeras, y Claudio Salinas presentaba un cover a Death, Spiritual Healing, momento en el que misteriosamente se vio aparecer a algunos de los asistentes al sector del show. Como pelotudos hay en todos lados, se escuchó el pedido de otro cover a Death, y sin pensarlo mucho, Salinas aprovechó tal pedido para entregar sus palabras de apoyo y compañerismo (¿?) a las bandas tributo que copan nuestra escena, y de paso putear al desubicado que hizo el pedido. Y luego de presentar uno de los cortes más notables de Subterranean Streams a mi parecer, Blodless Escene, se vendría el que quizás es el tema más conocido de la banda, Credulous Worms, que no es más que un escupitajo en la cara de la religión cristiana y sus seguidores, todo muy en la vena del Death Metal blasfemo que Trimegisto realiza. Luego, y con Never Christ/Always Dead, los capitalinos cerraban una actuación de aproximadamente tres cuartos de hora sin mayores contratiempos, pero si con mucha brutalidad. Siempre es un agrado para los tímpanos oír a esta excelente banda que hace ya mucho tiempo viene demostrando que lo tiene todo para ser uno de los referentes del Brutal Death Metal en nuestro país.
Setlist Trimegisto:
Flying with Imhothep
Spurning the Patriarcs from the Underworld
Let not the Flame Die out!
Outsider
Spiritual Healing (Death)
Bloodless Escence
Credulous Worms
Never Christ / Always Dead
Inanna
A esas alturas de la noche, dentro del sector de las tocatas el calor ya se volvía sofocante y para esperar a Inanna no quedaba otra que ir “a por unas pilsen”. Mientras hacía la cola para comprar unos refrescos, me pude enterar que algunos de los integrantes de Inanna aún no habían llegado al local, por lo que tendríamos que esperar un rato para ver su primera presentación luego de que por fin sacaran a la venta Converging Ages, su primer larga duración.
Pasados unos minutos pudimos ver cuando llegaron los integrantes que venían atrasados, quienes presurosamente se subieron al escenario para empezar el show, que sin mucho trámite comenzó a eso de la 1 de la madrugada. Con Doom of Mankind, Max Neira (vocalista y bajista) aprovechaba de presentar a la banda, saludar a los asistentes y agradecer a las bandas compañeras, casi en forma de ritual. En un comienzo el sonido se sentía bastante apretado y con una ligera falta de nitidez, cosa que se fue subsanando con el pasar del primer tema del show, donde además percibí una que otra desafinación entre las guitarras, pero nada que dejara en segundo plano el excelente Death Metal que los capitalinos proponen hace más de 10 años. Luego, y de acuerdo al orden del su disco debut, vino Gilgamesh, un tema que a mi gusto es la firma de Inanna, siendo un paseo desde lo brutal a lo down-tempo, paseando por atmósferas melancólicas y acústicas, donde además cabe destacar el notable trabajo en las guitarras de la mano de Diego Ilabaca y Carlos Fuentes.
Entonces, y como si estuvieran tocando Converging Ages completo en vivo, vinieron Beyond Time and Memory, The Delicate Balance of Terror y la exquisita instrumental The Lighthouse, donde lamentablemente Felipe Zará tuvo un notorio incidente con parte de su batería, y el resto de los integrantes de la banda tuvieron que salir en auxilio de este, momento en que la mayoría perdió la concentración en sus respectivos instrumentos para ayudar a Felipe y por lo mismo, se hicieron notar algunas desafinaciones y pifias, que teniendo en cuenta la situación que se estaba dando no parecieron molestar a nadie. A esas alturas, el sonido estaba totalmente del lado de la banda, con cada uno de los instrumentos en su justo nivel y sin ningún tipo de desnivel de un instrumento en desmedro de otro, mientras Max Neira aprovechaba de despotricar en contra de los tributos, pero además hacía hincapié en que el Death Metal Attack no era sino una tocata de Death Metal puramente Chileno, de bandas de mucho esfuerzo y con muchos años en el cuerpo, cosa que fue retribuida con un cerrado aplauso por parte de la galucha que en esos momentos aprovechaba de refrescarse, debido al intenso calor que se hacía sentir dentro del sector del show.
Además, buena parte del público parecía más que convencido con la propuesta de Inanna y desde mi posición pude ver a una notoria cantidad de bangers moviendo de forma vehemente su chasca. Consolidados sobre el escenario del local de Bellavista, Inanna seguía su show con un tema que ya debe estar dentro de los clásicos de la banda, Everlasting Suffering, con lo que el headbanging se hizo mucho más intenso para terminar con un verdadero combo en el hocico, Rediming Chaos, tema inédito y que en palabras de Max Neira será parte del segundo disco de la banda.
En resumidas cuentas, la diosa sumeria del amor, la sexualidad y la guerra se hizo sentir y muy fuerte en su paso, de aproximadamente una hora, por el Death Metal Attack, ya que por los comentarios de muchos de los asistentes quedó una impresión más que buena sobre la banda.
Setlist Inanna:
Doom of Mankind
Gilgamesh
Beyond time and Memory
The Delicate Balance of Terror
The Lighthouse
Everlasting Suffering
Rediming Chaos
Pagan Poetry
Ya eran cerca de las tres de la madrugada cuando los Black-Death de Pagan Poetry se subían al escenario. Lamentablemente, por esto último la cantidad de gente que se acercó a presenciar el show de la banda de Andrew MacKinnon fue mucha menos que la que vio a Inanna, pero aún así los autores de The Wasteland of Black Haze mostraron un show entretenido, sin respiros y muy brutal.
Con una remozada formación, Pagan Poetry lleva ya un buen tiempo tocando con dos guitarristas, uno es el ya mencionado MacKinnon y el otro Cristóbal González, un cambio que a mi parecer le dio un nuevo aire a una banda a la que le faltaba solo ese “no sé qué”. Con la inclusión de un nuevo guitarrista, la banda ganó en brutalidad, presencia y en cuerpo. No recuerdo la cantidad de veces que los he visto en total, pero en varias ocasiones sólo contaron con un guitarrista y cada vez que los veía en estas condiciones sentía que, a pesar de tener una propuesta musical más que destacable, habían espacios que quedaban demasiado vacíos, y justamente la guitarra de Cristóbal González se encarga de llenar ese espacio, dándole un nuevo aire a la banda que además los hace sonar mucho más parecido a lo que quedó registrado en el disco debut, que no está demás decir es un trabajo muy bien logrado y producido. No es que este menospreciando la base rítmica que interpretan Nicolás Roses (Bajo) y Gonzalo Ubilla (Batería), es más, me parece un trabajo muy sólido y potente, a lo que voy es tan solo a que con dos guitarras, la banda gana notablemente en brutalidad y fuerza.
Desde el comienzo de su presentación, Pagan Poetry presentó temas de su disco debut, partiendo con Slaves of Doctrines and Sacred Laws, Black Omen y Hallucinations, pero lamentablemente tuvieron que lidiar con molestos acoples producidos, aparentemente, en uno de los micrófonos dispuestos como soporte para coros. Aun así, quienes presenciaban el show no parecían molestarse en demasía por dicho problema, porque fuera de eso el sonido era claro, potente y estaba a un nivel totalmente razonable, al contrario de lo que suele suceder. Como a esa hora más que sueño lo que sobraba en el cuerpo eran cervezas, el jugo y un hueveo (totalmente amigable) se hicieron parte de la presentación y la mayoría de los integrantes de la banda se ganaron una que otra talla por parte de los asistentes, las que eran replicadas con risotadas o mas jugo por parte de los integrantes del conjunto. Por otra parte, de más de una persona escuché comentarios positivos sobre la versatilidad vocal que posee Eduardo Quitral, quien sin mayores problemas puede interpretar desde el más brutal de los guturales hasta el más agudo de los chillidos “tipo ardilla”.
En términos extra-musicales, la puesta en escena de Pagan Poetry es más bien sobria y aunque la mayoría de los integrantes disfruta y proyecta de diferente forma la música de la banda, a mi parecer es donde tienen tarea pendiente como agrupación. No hablo de usar corpse painting o llevar a algunas chiquillas a bailar, sino de lograr una identidad que le dé un bonus a su interesante propuesta musical.
Detalles aparte, la banda se paseó por gran parte de su disco debut, sin mayores contratiempos que los ya mencionados, y pudimos escuchar temas como Immortal Beings, The Wasteland of Black Haze, The Path of the Ancient Winds y para cerrar la noche, remataron con Stones of Madness. A fin de cuentas, una presentación sin mayores sobresaltos, con un público más bien reducido pero que musicalmente fue muy potente y brutal, como ya fue mencionado.
Setlist Pagan Poetry:
Slaves of Doctrines and Sacred Laws
Black Omen
Hallucinations
Immortal Beings
The Wasteland of Black Haze
The Path of the Ancient Winds
Stones of Madness
En conclusión, pudimos ser testigos de una tocata sumamente atractiva, entretenida y brutal, con tres bandas que tienen un norte más que definido y que a pesar de no tener un gran peso a nivel internacional, realmente se lo tienen merecido tanto por originalidad, por esfuerzo y por jugársela con material completamente propio, obviando las tendencias actuales de tributar todo aquello que venda o sea comercialmente atractivo. Tanto Trimegisto, como Inanna y Pagan Poetry son tan solo un botón de muestra de que aquella premisa no es más que una demostración de mediocridad y bajeza increíble, ya que semana a semana en Collapse nos podemos dar cuenta que tenemos una escena muy activa, con grandes exponentes dentro de todo el espectro musical-metalero, que sin lugar a dudas puede saciar la sed de escuchar buen metal un fin de semana tras otro.
Entonces, en la micro de vuelta al hogar y con un pitido que no pasa desapercibido pero tampoco es molesto, volvemos a nuestros aposentos más que contentos, porque el objetivo estaba cumplido: nos hicimos cagar los oídos con Death Metal nacional, y nuevamente fuimos testigos de que los que dicen que la escena está muerta no son más que unos pobres imbéciles que quieren vivir tapados en el excremento de la mediocridad. ¡Viva el Metal Chileno, Conchemimadre!.
Review: Ignacio Machuca F.
Fotos: Sandra González
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