En un día cubierto por la lluvia y un frío algo primaveral se daba inicio al lanzamiento del portal de internet Metal God. La cita estaba programada para el día Viernes 8 de Noviembre en el conocido bar Metalkólicos que desde ya hace un tiempo viene impulsando una seguidilla de tocatas con bandas emergentes y medianamente conocidas de la escena capitalina. En esta ocasión la jornada estaba programada a eso de las 22:00 Hrs., pero, por motivos técnicos, sufrió un retraso de más de 3 horas comenzando a eso de las 1 de la madrugada, además de la bajada de Steelrage, lamentablemente a causa del deceso de un familiar de la banda.
Con no más de 30 personas y un público realmente apagado me dio a entender que iban sólo por invitaciones de los músicos ya que era tal el desinterés por las demás bandas que solalmente llegaban 5 o 10 personas a escuchar al escenario, mientras otros se dedicaban a tomar y tomar, lo que me parece una falta de respeto y solidaridad con quien está en el escenario. En esto quiero ser directo: ¿hasta cuándo seguiremos dejando de lado a las bandas nacionales? Mucha gente se llena la boca injuriando y criticando a algunos productores del medio por incluir bandas tributos en los espectáculos, lo cual es un mal necesario ya que el publico llena los locales por lo mismo (a excepción de la gente en regiones donde es mas comprometida), a la vez que las nuevas bandas pueden tocar con una audiencia decente. Sinceramente hay que ver la realidad y decadencia con que está actualmente el rock y metal nacional.
La producción del evento fue totalmente decadente y mediocre, tal así que ni siquiera estaban completos los accesorios necesarios para montar la batería, punto de discordia que sufrió la mayoría de las bandas participantes, en especial Punishment. Sin más tiempo que perder subió al escenario una banda totalmente desconocida en el medio, menos recuerdo su nombre, y sólo por respeto comencé a tomarles atención. Honestamente debo decir que fue lo peor que he escuchado hace mucho tiempo, una voz supuestamente “Death Metal” ejecutada por un vocalista inexperto que lo único que hacía era balbucear, inexistencia de un bajista, un baterista que sonaba a nada, con una técnica muy simple. En general no se cual será el criterio que tendrán los productores al buscar una banda reemplazante, sobre todo de Steelrage, banda de peso y trayectoria.
Obstinato subió al escenario luego de una breve pausa, y lo hicieron de la mejor forma; técnica, precisión y virtuosismo, entregándole sentimiento a cada nota, demostrando que es una banda con grandes proyecciones nivel nacional. Con no más de 40 minutos plasmaron un ambiente de melancólicas melodías, marcando uno de los puntos altos de la noche. Llegaría minutos después lo que sería el turno del thrash callejero y sucio, cargado con letras crudas y de odio: Hell Inside, una banda que de a poco ha comenzado a tener peso dentro de la escena. Formados en el 2004, partieron como banda tributo a los míticos Sepultura, impregnando esa esencia rebelde e insolente de los brasileños de Belo Horizonte a su estilo. 3 años más tarde llegaría a la banda Mauricio Vidal, experimentado baterista que les daría el impulso necesario para dejar de lado la inmadura faceta de covers y convertirse en una banda exclusivamente original, llegando a grabar su primer demo Sed Viciosa Mental.
Preparados ya los detalles de rigor y técnicos, comienzan a subir al escenario frente a un publico expectante de no más de 10 personas, lamentablemente muchos de los presentes simplemente no se dignaron a ir en apoyo de la banda. Sin más que esperar, comenzaron a sonar las rabiosas guitarras cargadas de furia, para dar comienzo a la agresiva Fuego de la Ira, canción que habla del conformismo de muchos frente a la injusticia, un comienzo a mi parecer no de mi agrado debido a que se nota cierto desorden en la estructura, llegando a sonar un poco “medio al lote”, pero a medida que avanza comienza a tomar más regularidad en el ritmo; si a esto le sumamos los variados cambios en los tonos guturales de Cristian Mardonez, el tema tiende a mejorar notablemente. Gobierno Oscuro fue la siguiente canción, a ratos se noto algo parecida a la anterior y en este aspecto seré critico, toda composición musical debe tener un margen que respetar, es decir debe haber una sincronización y equilibrio entre los diferentes instrumentos, por que a ratos me dio la impresión de que estaba escuchando algo un poco descoordinado.
Los dos temas restantes del demo, fueron Sueños de Destrucción y Sed Viciosa Mental que sería el más interesante, debido a los variados y constantes cambios de ritmos. Se destacaron los recursos vocales en vivo del frontman de la banda, pasando por aullidos black, thrash, hasta el brutal Death metal. Aparte de poseer una gran potencia, obviamente, Hell Inside suena muy superior en vivo que en el estudio, ya que al ser banda emergente y estar no mucho tiempo funcionando activamente, es respetable su esfuerzo por haber grabado su primer demo. Lamentablemente el sonido no es uno de los mejores por motivos obvios que todos conocemos.
Un momento de pausa se hizo presente cuando el frontman anuncia la siguiente canción, The Big Terrorist, un tema que critica la forma maquiavélica de lograr sus propósitos el repugnable Mr. Bush y compañía. Un estilo diferente parecido al crossover clásico de a mediados de los 80, más rápido y ligero que las anteriores canciones hicieron cabecear a más de las 10 escasas personas apostadas en la baranda del escenario. Como un regalo al público, la siguiente canción sería la devastadora Troops Of Doom, una interpretación sólida y excelente que deja claro que por músicos tienen capacidades de sobra.
Para finalizar vendrían Punishment, una banda realmente increíble y de una capacidad técnica notable. Debo reconocer que el baterista es uno de los mejores que me ha tocado ver en vivo, una verdadera máquina; creo fue lo mejor de la noche, sin desmerecer a Hell Inside y Obstinato que lo hicieron bastante bien.
Y así termino el malogrado lanzamiento de Metal God, que dejó un gusto a poco no por la calidad de las bandas sino por el desinterés de la producción y el público en general, que se portó muy selectivo al momento de apoyar a las bandas.
Redacción: Carlos Kayser
Fotografía: Carlos Kayser