“En estos tiempos es difícil sacar un disco físico”, comenta Benjamín Lechuga, en alusión al éxito de su proyecto de crowdfunding. “¡Y lo hicimos!”, remata. Era el momento de conocer la búsqueda en la que se había ensimismado, desde el receso indefinido de Delta ¿Qué habrá estado buscando? ¿Lo habrá encontrado?
Con una puntualidad poco común en los shows nacionales, comenzó, sin obertura envasada ni teloneros, el sonido de “O Vurdon“. Me llamó la atención el uso de bases, no obstante, la presentación destacará por lo prolijo del sonido y la ecualización.
“La subjetividad del tiempo” sonará de manera incólume, seguida de “Suspiro”, atentamente escuchada por los 3/4 de lleno que había en la SCD, quienes apreciaron esas distorsiones que a ratos recordaban a John Petrucci. Es antes de “Animal” cuando Benjamín saludará al público. Aún no escuchábamos nada sobre el nuevo EP. Pero eso poco importaba, pues el homónimo sonaba excelente en directo.
Lechuga se ve más relajado, mirando de vez en vez al público. “Este tema fue el primero que compuse, tocarlo acá es especial, como si vieran una foto mía en pelotas”, afirma con la risa de todos para dar paso a “Chances” , con su hermosa melodía acompañada por Daniel Grunewaldt, en la segunda guitarra; Marcos Sánchez, en el bajo y Andrés Rojas, en la batería.
“Pehoe”, el tema que lo llevo a Inglaterra a estudiar gracias a la beca Steve Vai cerraba esta primera etapa del show.
Era el turno de lo nuevo. “Madness”, se abre paso una pesada distorsión y un sonido más electrónico acompañado de teclados envasados. No puedo evitar mencionarlo, extrañé ver un tecladista en el lineup. Con claras influencias de las vertientes más contemporáneas del progressive, Lechuga logró disparar un certero cartucho cargado de djent, proggressive y por supuesto, buenos riffs y armonías. “Este tema lo conocen quienes han sido mis alumnos”, advertía mientras sonaba un potente “Andes Groove”, que daba paso a “Introspection”.
Ya en tierra derecha venía el live premiere de “The Search”, canción que daba nombre a este trabajo. Su riff característico en la intro, con esa suerte de armónico al más puro djent contemporáneo, acompañado de unos misteriosos teclados que eran correctamente matizados por la iluminación, se estiraron en un abrir y cerrar de ojos por los casi 10 minutos que duró esta “búsqueda”, paseando por diversos géneros como metal más oscuro hasta el jazz fusión.
Benjamín Lechuga había anunciado días antes un cover. Y la verdad es que mucho se especuló sobre éste, desde Periphery, Dream Theater, hasta Animals as leaders. Pero no.
Un mashup era el que sonaría, con unos potentísimos riffs que daban paso a la voz de Lady Gaga. Era “Bad Romance”, canción que -con una sonrisa de sorpresa- se tomaba a todo el respetable, que no soltó un segundo para prestar atención a la particular interpretación.
“Aún quedan dos partes” consigna el músico de Delta, anunciando de este modo que esta búsqueda será una verdadera trilogía.
Finalmente termina el show con los sonidos de “Evil Funk”, cerrando de manera redonda una jornada llena de rock, armonías, virtuosismo y sobre todo buena onda. Se apagan los amplificadores y Lechuga, como si estuviera en su sala de ensayo avisa que “este fue el concierto, ojalá les haya gustado” y que en un minuto irá a saludar a quienes lo deseen.
Se entregan copias del EP a quienes participaron del Crowdfunding, aún hay tiempo para tomar el metro. Llego a casa y necesito escuchar de nuevo el disco. A lo mejor es un efecto colateral de la búsqueda. Agradable, por cierto.