No, no es común que en un show metalero rockero de la Sala SCD Bellavista se agoten las entradas, y si ha pasado con anterioridad debe haber sido en pocas ocasiones. Erick Ávila logró esto cuando aún faltaba más de un mes para su presentación en dicho recinto de la comuna de Recoleta. Y es que tener como respaldo toda una carrera junto a Six Magics hace que el guitarrista tenga una base de público bastante fiel, y eso fue lo que se vio durante la jornada de presentación de su primer trabajo solista titulado Oblivion.
21:15 horas y sale a escena Eduardo Meza practicando algo innovador en este tipo de espectáculos, haciendo de “telonero” de Ávila con su Stand Up Comedy. Sí, puede parecer extraño, pero su presentación fue bastante llamativa; fue una mirada desde afuera hacia el estereotipo metalero, hablando de pelos largos, poleras con logos de bandas, etcétera. La gente disfrutó de buena gana con su intervención de 15 minutos que finalizó con aplausos generales para luego presentar a su “hermano” Erick.
Suena la intro, aparecen en escena los músicos junto al protagonista de la noche. Binsfeld comenzaba a sonar por parte del cuarteto , seguido de Ranco y Latin Groove, las tres de su disco Oblivion. Las salas de la SCD se caracterizan por entregar un sonido que destaca por sobre otros recintos, y esta vez no fue la excepción, por lo que los presentes pudimos disfrutar de manera clara la música que se estaba interpretando.
Primera pausa, agradecimientos varios, y cuenta algo de lo vivido en Alemania, donde estuvo haciendo patria el año pasado. Ahí contó que allá se volvían locos al escuchar música latinoamericana interpretada en guitarra, así que dijo que en pocos meses prepararon una locura junto a su banda. De esa manera se lanzó a tocar La Joya del Pacífico, los tangos Volver y Por Una Cabeza y, finalmente, El Cóndor Pasa. Una interesante apuesta del guitarrista para llevar música popular a oídos más rudos.
Invita “a una gran vocalista” al escenario; desde Six Magics aparece Elízabeth Vásquez junto a él, quien aprovecha de saludar al músico quien había estado de cumpleaños el día anterior. “Vamos a jugar un ratito” dijo Eli dando pie a una sección donde sonó Another One Bites the Dust de Queen, Beat It de Michael Jackson, Holy Diver de Dio y Master of Puppets de Metallica. Y, bueno, había que aprovechar tener a tres miembros de Six Magics (sumándole al guitarrista Vicente Salucci) junto a nosotros para que interpretaran canciones de aquella banda. Así es como suena Do You Remember seguida inmediatamente de Start Another War. Notable presentación y completamente sorpresiva, sobre todo para los más acérrimos fanáticos de la banda de heavy metal. Algunos, de hecho, piden la clásica Caleuche, pero la vocalista bromea diciendo que “el batero no se la sabe, él tiene la culpa”. Ella deja el escenario y Erick agradece su presencia en el lugar. Los presentes empiezan a molestar gritando “¡son pololos, son pololos!”, a lo que el guitarrista contesta tímidamente “estamos casados…”, dando pie a las risas generales.
Después de presentar a los músicos -al ya mencionado Salucci se sumaron Rodrigo Aranda (bajo) y Diego Letelier (batería)-, dan paso a una sección de folklore chileno donde suenan El Corralero, la cueca de Tierra Adentro y Chile Lindo. Algunas coreadas espontáneamente por los presentes que también aplaudían al ritmo de la música cuando correspondía. Volvemos a Oblivion con tres temas más; esta vez serían Tatio, Maipo y Algren. De ellos sólo decir que sonaron de excelente forma, insistiendo en las condiciones que entregan estas salas, además de la calidad musical de cada uno de los personajes que estaban sobre las tablas.
Ávila comenta que estamos llegando al final del show, menciona una nueva fecha para el 19 de abril (pronto más información) y dice que hay exponentes chilenos que no podía dejar fuera: Los Jaivas e Illapu. Así suenan las sandías caladas Sube a Nacer Conmigo Hermano seguido de Lejos del Amor. Dejan el escenario permitiendo a los fanáticos manifestarse pidiendo otra canción más. Mencionar el terrible calor que hacía en esos momentos, al parecer dejó de funcionar el aire acondicionado, pero eso es otro tema. La banda vuelve y Erick cuenta que este show fue especialmente más largo, pero también comenta sus futuras presentaciones dentro de las que destaca el Guitar Fest el 12 de abril. También extendiendo la invitación al público a seguir carreteando en un bar aledaño. Aachen continuaba la muestra de su trabajo de estudio, pero los presentes pedían Vica, el último track que quedaba por presentar de su trabajo solista. Y claro, se les dio en el gusto para cerrar lo que parecía una noche redonda… ¿Por qué no fue redonda? A Erick le dejó de funcionar su guitarra a la mitad de esta canción. Lo ayudaron a cambiar el instrumento, cambiar el cable, la gente aplaudía dando ánimo, se volvía a la anterior guitarra, pero finalmente no hubo arreglo. El resto de la agrupación seguía tocando, pero ya no había nada que hacer. Llegando al final de este tema, el solista agradecía a los asistentes que lo ovacionaron por lo mostrado y también a modo de apoyo ante la anormal situación. Ya eran las 23:10 horas en un día del joven combatiente donde no hubo escaramuzas en los alrededores de Bellavista.
El trabajo de Erick Ávila es bastante interesante y merece la pena darle una mirada a su propuesta. Me recuerda mucho las incursiones solistas de Kiko Loureiro (Angra), con esos tintes de jazz nacional que el brasileño practica en su Universo Inverso, así que pueden imaginar de qué estamos hablando. Ese concierto en particular tuvo secciones que no creo que sean muy frecuentes de ver en sus shows a futuro, como las de folclore nacional, latino americano, el medley con cortes populares junto a Eli Vásquez. Lo anterior claro que prende al público, sobre todo a quienes no conocen su trabajo, sin embargo, insisto en que Oblivion es tan interesante que no hay necesidad de rellenar tanto. Probablemente en los días venideros la situación cambie considerando un posible segundo larga duración luego del éxito que ha tenido el actual. Esto fue Erick Ávila en su regreso a suelos nacionales, donde aún tiene mucho para mostrar.