Comentar 11 horas de música no es nada fácil ya que hay que intentar de estar atento a cada cosa que sucede, y claro, somos humanos y cuesta un montón. Más aún si en ese día hay no hay ninguna nube en el cielo, lo que hace que el intenso calor agote las pilas bien temprano y te deje un hermoso color rojo en la piel por mucho bloqueador que te hayas echado. Seguramente esta será la revisión más bizarra que tenga Collapse.cl.
Nuestro interés por ir a La Cumbre del Rock Chileno II radica simplemente en que por fin habría un escenario realmente de rock, con grandes conocidos nuestros como Crisálida, Octopus, Panzer, Boa, Hielo Negro, Dorso y Criminal, entre otros. Ello nos motivó a asistir al show por lo que solicitamos acceso a prensa para un show que nos parecía permanente cubrir. Pero nos hicieron la media tapa diciéndonos que han privilegiado los portales de noticias y música más importantes. Ante esa rotunda negativa decidí ir de todas maneras de forma particular al evento para contarle a ustedes como lo viví, por que hacer un comentario 100% objetivo y todo eso creo que es algo bien difícil considerando lo agotador que resulta una jornada tan extensa como la del pasado 11 de Enero.
Al dirigirnos al Club Hípico, y escuchando la radio que transmitía le evento, nos vamos enterando de varias cosas: lo primero era que por contrato cada grupo que se subiera al escenario tenía una cierta cantidad de tiempo para presentarse. Si se llegan a pasar en ese tiempo simplemente son desconectados sin derecho a reclamo. Además la transmisión radial sólo sería de los escenarios Blanco y Azul, y que el Rojo sólo sería grabado para tener un posterior registro de lo que allí sucedió.
Lamento haberme perdido a Silencio y Crisálida porque me fue imposible llegar a las 12 del día al recinto. Cuando hicimos ingreso ya eran las 13 Hrs. y al llegar al escenario rojo (que era el único que tendría rock) logré notar sonidos abusivamente progresivos y a una banda que era un cañón sobre el escenario. Se trataba de Octopus que ejecutaba su último tema, pero eso bastó para que muchos de los presentes quedáramos impactados con su propuesta instrumental, así que espero repetirme el plato en alguno de sus show con duración normal y no los menos de 15 minutos que lograron ese día. Terminan y todos sobre la estructura corriendo para todos lados para dar paso a la siguiente agrupación, que era Rama. Sorprendente resultaba que en menos de 2 minutos fueran presentados y ya estuvieran tocando. Una tónica que se extendió durante toda la jornada. Cabe destacar que este escenario estaba con entre 10 y 15 minutos adelantados con respecto a la programación.
Rama toca música muy aggro, algo que no es de mi gusto pero sin embargo tenían mucho público, el que pudo disfrutar las 2 canciones que tocaron. Seguía Boa con su carismático líder “Caballo” Romero que desde el instante que se plantó en el escenario empezó a hablar puras “cabezas de pescado”… pero todo en todo de broma y lo único que uno podía hacer era reírse. Extinción y Sangre fueron dos de las tres canciones de Boa que hace un show bastante entretenido por lo que habla su vocalista, así como dijo “el show es más corto por que está Sergio Lagos al la’o… conchesumadre… en su vida ha tomado una guitarra” y las carcajadas fueron instantáneas. El turno es de Dama Juana, quienes interpretan 3 temas: 2 originales, donde destaca Actitud Botellística Agressor, y un evitable cover a Los Prisioneros con Corazones Rojos… pero qué pérdida de tiempo… hay bandas que quisieran esos 4 minutos que demoraron en tocar esa copia para mostrar su real trabajo, sus composiciones originales. Dama Juana tiene hartas cosas que mostrar con esa especie de hard rock que practican, pero no… se farrearon valiosos minutos. Además para qué tocan eso si al lado tengo a los 3 prisioneros tocando individualmente y más de uno iba a salir con esa canción u otra. Bueno…
Le toca a Libra y lo único que recuerdo es ese vestidito rojo que tenía la bajista de la banda… lamentable fue tuviera tantos problemas con el bajo ya que hace que ellos mismos no disfruten sus cortos 15 minutos en el escenario. El vocalista de esta agrupación cuenta con un registro muy agudo, algo bastante rescatable. Además este mismo personaje dijo algo muy cierto: “¡bienvenidos al verdadero escenario de rock!”. Dr. Rock & Roll es el nombre del disco que venía presentando Killterry en esta ocasión, o sea fue una suerte de lanzamiento a gran escala, por decirlo de algún modo. Cuatro cortes con letras derechamente explícitas pudieron tocar, entre los cuales está El Club de las Zorras. Así de directos.
Sinceramente no me llamaba la atención ver a Jiminelson ni a The Ganjas, así que fui a refrescarme en esos bebederos especialmente dispuestos por la organización. Estos bebederos gigantes, llamados camiones cisterna, me dejaron empapado entero… había un barrial increíble, si uno se acercaba más al vehículo quedaba todo embarrado, por eso mucha gente andaba a “pata pelá” para no estropearse los zapatos. Bueno, a nadie le importa eso así que pasemos a lo musical. Fui a darme una vuelta a los escenarios Blanco y Azul para ver como andaba el ambiente. En ese lugar el público cuadriplicaba a los pelagatos del escenario Rojo. Otra diferencia era que estos privilegiados escenarios contaban con la presentación de cada banda grabada por un locutor de radio y en su defecto, este mismo locutor, presentaba a algún personaje famosillo para que saliera, justamente, a presentar a los siguientes en tocar. Todo un circo creado exclusivamente para la transmisión radial, mientras los rockeros tenían que escuchar la escuálida presentación de uno de los de la organización de dicho puesto. Alcanzo a ver a Difuntos Correa quienes me salen con otro cover, El Tiempo de las Bastillas junto a Fernando Ubiergo y de fondo se proyectaban palomas volando… aaaaaaarg que patético, mejor volver a mi lugar, el escenario Rojo.
Devil Presley toca un rock & roll a la vena que no lo esperaba para nada, así que fue otra grata sorpresa haberlos descubierto en esa calurosa tarde donde se registraron 31ºC. Las tres canciones que ejecutaron hicieron mover la chasca a varios de los presentes. Panzer ya había sido parte de La Cumbre pasada (2007) y esta vez se repetirían el plato. Una gloriosa introducción (y claro, el tiempo seguía corriendo) los hizo instalarse en el escenario para seguir con su heavy metal ochentero y pegote, mientras lanzaban mineral y un par de gafas entre las barricadas que conducen a la torre de iluminación, así que los guardias se quedaron con ellas. Termiaron con Kheny Fox y dice Juanzer que con este sonido no se puede hacer nada así que tocarán Rock & Roll Addiction… sólo tocaron el coro y se fueron. Antes de retirarse Kano toma un micrófono y algo dice, lo que no se escucha por que está apagado por lo que lo lanza al escenario como si estuviera en su casa. Luego va, pesca otro y grita “¡somos Panzer conchetumadre!”. También bota el micrófono. Tenían 10 minutos y con suerte ocuparon 5 debido a sus aires de grandeza, para que vamos a andar con cosas. De Hielo Negro me esperaba algo más de lo pobre que pude ver. Su rock es algo bien piola que no logró entrar en la gente, hasta me atrevería a decir que fueron los que menos movieron a los exaltados asistentes. Tuvieron la mala fortuna de perder 2 minutos por un problema de sonido, y ese tiempo se descuenta tal como si lo estuvieran ocupando. Eso provocó que cuando interpretaban la cuarta canción fueran desconectados como lo estipula el contrato.
Esta vez no quería ver a Yajaira como tampoco a Guiso por lo que me fui a dar otra vuelta para toparme con Narea y Tapia (ex – Los Prisioneros) al unísono cantando Lo Estamos Pasando Muy Bien. Al lado ya estaba listo El Miguel de Sexual Democracia para tocar, entre otros, la gran Canción Pacífico Violenta con ese conocidísimo coro que dice “métanse su hueá que guerra en la raja”. Termina de cantar alguna cumbia que grabó hace un tiempo, y en lo que quiere despedirse no lo logra por que ya lo habían desconectado para presentar a Nicole. Tanto paseo entre un escenario y otro ya comenzaba a cansar. Yajaira estaba en escena con su aggro lento y sin brillo, para el cual no tengo más comentarios. En tanto, durante los cambios de bandas sonaba música extranjera tal como Dio, Guns N’ Roses y Deep Purple en plena jornada de música chilena. El lento rock & roll de Guiso me hizo dormir por alguno de los 20 minutos que tenían disponibles.
Por fin volvía el metal, esta vez con Six Magics quienes venían promocionando su Behind the Sorrow, del cual también tocaron el homónimo, además de Carcass y Lies and Rules. Su punto máximo fue logrado con Caleuche que hizo saltar hasta el más niño que había en los alrededores. El intento de reponerse descansando durante Akineton Retard nos dejó casi listos para Los Mox, quienes con 3 Mix’s pasearon por toda su discografía dejando un mosh de proporciones. Ocuparon riffs clásicos para juntar varias composiciones, como Angel of Death, Hit the Lights y Raining Blood. Ellos finalizan con el As de Espadas, versión en español del tema de Mötorhead, el cual cantan con el Toño de los Chancho en Piedra.
Los escenarios “top” funcionaban con una hora de retraso así que vi a Sinergia con su Mujer Robusta y Te Enojai por Todo. La tierra suelta emergía del suelo del campo hípico con tanto salto. La salvadora promo de $2.500 que incluía una bebida y un pan de molde (seguramente uno de los mejores de la vida) me dejó listo para Alejandro Silva, quien demostró su conocido virtuosismo y desplante. “¡Que muera el reguetón!, ¡que muera Sergio Lagos!” dijo antes de tocar el nuevo Realidades Divergentes. Ver a Agua Turbia en el escenario del rock resulta ser extrañamente raro. Así de redundante. Pero distinto es al escuchar a cada uno de sus miembros y a Denisse en la voz con ese estilo tan Janis Joplin que intenta transmitir. Las canas pesan, dan autoridad, por ellos pasaron largamente lo 10 minutos que tenían y nadie les dijo alguna palabra para bajarlos del escenario.
En Sol y Medianoche fui a ver que pasaba en el otro sector. Estaban terminando los Chancho en Piedra y le siguió en forma inmediata Papa Negro… Vuelvo al Rojo donde nos pegamos una siesta con El Cruce… no me gusta el blues. Ya era hora de lo que muchos metaleros estábamos esperando, Dorso, quienes comienzan con su ametrallador Deadly Pajarraco despertando todo lo somnoliento que quedamos con los anteriores. Del recién estrenado Espacium sonó Bosques y le continuó la frase “¡Feliz Feliz!, ¡Alegre alegre!” para presentar a Silvestre Holocaust. Su show termina con El Espanto Surge de la Tumba dando pie a un tremendo mosh. Cinco temas en total, por ahí tocaron Horas Sobre Tentaculón, no recuerdo el orden pero lo importante es que también se hizo presente. Sería la noche de la penúltima tocata de Weichafe en su carrera ya que en los próximos meses cada uno de sus integrantes tomará rumbos propios. Lo que hacen en las tablas es bastante entretenido y aunque no los conozcas igual se pasa bien. Me Voy a Encerrar, uno se sus caballos de batalla, fue algo de lo que interpretaron en esa, ya, noche. En algún instante fueron invitados el vocalista de Sinergia y el guitarrista de Agua Turbia para que compartieran esta exhibición.
En un principio mi idea era ir a ver a Los Jaivas mientras acá sonaban los Fiskales… pero la hora desfasada con la que funcionaban los escenarios Blanco y Azul hicieron que me topara con lo último del blondo Jorge González y la rememoración de Tren al Sur y El Baile de los que Sobran. Su fin llegó con un tema nuevo acompañado por un hip-hopero que echó a perder más allá de lo que era esta canción. Mis amigos querían ver a Los Bunkers así que allí me quedé. Puta los hueones maraaaaacos… nooo, no aguanté así que vuelta al escenario Rojo. En el camino pude deleitarme con tanta admiradora que ellos tenían, algo bueno que logren proyectar jajaja. Por allá los Fiskales Ad-Hok tenían un desorden tremendo en la gente, así que después de dar un par de mensajes políticos vuelven a devastar el lugar rockero.
El momento esperado todo este largo día ya llegaba. Criminal se planta y Anton dice que por fin los invitaron, que por tener a 2 extranjeros invitados pensaban que la banda no era chilena. “¡Criminal nació en Chile y morirá en Chile!” dijo eufórico para comenzar el caos con Self Destruction y tantos otros cortes de esa música que tan bien nos representa en la escena internacional. Rise and Fall, Hijos de la Miseria, Cancer, Collide, Still Born, Victimized fueron parte de todos los mazazos en el cráneo que recibimos gustosos. 21st Century Paranoia fue una grata sorpresa poder escucharla, con un potente thrash a la vena, un tema que viene en el White Hell a lanzarse en Febrero. El gran final estuvo encargado de New Disorder dejándonos a todos completamente pagados en los más de 45 minutos de performance. Tanta espera valió la pena con creces, ver a unos chilenos con esa parada es algo de sentirse orgulloso, sobre todo para el público más metalero.
No quedaba otra que irse para la casa, ni ahí con pasar a ver a Joe Vasconcelos y otra tropa de pseudo rock al escenario principal.
Olvidaba decir que en cada escenario había una pantalla indicando el tiempo que le quedaba a cada banda por tocar, en cuenta regresiva. Esto para que los músicos optimizaran al máximo lo acordado.
La quemada de camionero la tenía de antes pero esta vez fue reforzada. El problema es que los lentes los tuve marcados en la cara un par de días, jajajá. La organización prometía zonas de descanso… ya, lo único que había era un par de toldos cerca de los kioscos, donde había mucha gente y encontrar un lugar para uno era imposible, así que todo el día al sol.
Cómico resulta ser que en La Cumbre del Rock Chileno haya sólo un escenario de Rock. ¿Paradójico, no? ¿Alguien podría decirme qué cuota de rock tiene Francisca Valenzuela, Nicole, Sergio Lagos, Denisse Malebrán, Quique Neira, Gondwana, Joe Vasconcelos y Los Bunkers? No por que una banda tenga guitarras distorsionadas será rock, entiéndanlo de una vez por todas.
Fin de la transmisión.
Review: Roberto Yévenes
Fotos: Bianca Zapata
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