Una cita imperdible con el metal nacional, a un horario que pocas veces se ve y con un público menor a la norma. Esa fue la tónica del lanzamiento del nuevo trabajo de Unblessed, un evento que reunió en un cartel a tres grandes y cada uno con motivos para dejar todo en las tablas. Con unos Stigmatized que desde hace un par de meses están empezando a tocar luego de años en silencio, Nuclear que por su parte se encuentra en la promoción de Jehovirus, y los dueños de casa que estaban preparados para lanzar su material de la forma más literal posible.

Eran cerca de las cuatro y media de la tarde, cuando revisando las tocatas para este fin de semana me percaté que esta tocata en particular partía a las cuatro en punto y no en la noche como acostumbraba a ser en este tipo de recitales en el Rock & Guitarras. Al notar mi máximo atraso, pesqué mis cosas y llamé a uno de mis colegas con el que partimos rápidamente al local de Dublé Almeyda pensando que llegaríamos en la mitad de la presentación de uno de los conjuntos. Cosa que no fue así.

Siendo las cinco, aún no había atisbos de querer empezar y nuestra pregunta a un flaco de la entrada que al parecer tenía relación con el evento, logra que nos explique que “la batería no ha llegado aún, tenemos pa’ rato”. Así que a hacer hora se ha dicho con unas heladísimas pilsen, mientras notábamos que el resto de la fauna chascona que llegaba al lugar disponía a lo mismo. Una pena que el Mephisto por sus horarios cristianos de atención estuviere cerrado en ese entonces.

Ya a las seis y media, la prueba de sonido estaba en pleno, y con mucho unos 20 pelagatos admiraban a Nuclear calentar motores para lo que sería su presentación de un rato más. Se notaban problemas con el micrófono, al parecer el contacto con el cable estaba malo y dio la tanda a todas las bandas que probaron sonido, aún así la solución más viable para los técnicos era “acomodar el cable”, mala cosa que ya no vaticinaba para bien.

Stigmatized

Con un aproximado de 40 personas, las luces del escenario se encienden a eso de las siete, y son los reunidos Stigmatized que sorprenden en el plató central. ¡El show había comenzado y con que bandaza! Sin lugar a dudas una reunión que muchos esperábamos con ansias y que el cuarteto de Death Metal Técnico supo justificar en todo sentido. Sonando impecables y monstruosamente precisos, los autores de Threshold Of Death, dieron la nota alta con un show digno de los mejores escenarios de Europa. La influencia de Cynic, Atheist y similares desbordaba por cada instrumento, y la genialidad de sus composiciones tenía poco locos a los presentes que no terminaban de aplaudir un tema, para entrar a sorprenderse con otro. De hecho ya para la segunda canción todos estaban de pie y acercándose para apreciar mejor el show.

Había poca gente, pero al cuarteto poco le importó, lo definieron como una reunión familiar, y fue así como dieron rienda suelta a su tecnicismo y maestría en las cuerdas y percusión, con canciones como “Sacred Pillars”, entre otras. ¡Pura progresividad! Así era como pasaban del Death Metal, a instancias inclusive algo jazzeras, donde destacaron un par de nuevas canciones además, que si bien siguen en la línea de sus anteriores trabajos demostraban aires nuevos y sonidos bastante innovadores. Esperemos tener prontas noticias de un lanzamiento de un nuevo disco.

Unblessed

Con un “¡Nos cortaron!” luego de cuatro temas la banda se retiró de las tablas y dio paso a los Death/Blackers de Unblessed, quienes intentaron colgar un lienzo con el nombre del conjunto y finalmente desistieron ya que al parecer el gigantesco logo de Rock y Guitarras en la parte de atrás lo impedía totalmente. Los dueños de casa estaban listos para tocar y con bastante sed (¡Las Escudo en cada pausa eran una obligación!), así que luego de unos tragos empezaron los mensajes de paz, amor al prójimo y similares que profesa el conjunto, si bastó con escuchar de parte de su vocalista, Paul Callahan, un feroz gutural de “¡¡Buenas noches hijos de Satanás esto es Misery Torment!!” para entender lo que se venía.

Cabe destacar que de los tres grupos que tocaron esa noche, Unblessed, fueron lamentablemente los que peor sonaron, costaba definir muy bien lo que hacía cada instrumento, aunque la bomba sónica que lograban en conjunto era notable. Un Black Metal endemoniado a mas no poder, lleno de rabia, potencia y la brutalidad necesaria que además le puede brindar los sonidos del Death Metal. Era increíble ver como el público asistente, quienes por el horario y propuesta de la tocata (evento para todas las edades), eran principalmente muchachos de entre 15 a 17 años, prendieron con las canciones de los autores de Man Has Killed God al punto de que un grupo considerable se amontonó al borde del escenario a cabecear durante todo lo largo de la presentación.

Quizás el mejor momento de la noche fue cuando el vocalista antes de empezar el segundo tema se dirige al respetable, y dice despreocupadamente “Puta… Hoy día es el lanzamiento de nuestro disco, así que hay que lanzar un disco poh…” y acto seguido toma un CD de la banda y lo lanza literalmente al público que se lo peleó como era esperado, mientras las risas llenaban el lugar. Y de hecho no fue la única ocasión en que salieron carcajadas, ya que o Paul es así, o las cervezas habían hecho su efecto, pero todas las interrupciones que hizo entre tema y tema fueron muy graciosas, en especial cuando agradeció a Stigmatized la invitación “Gracias a los locos de Stigmatized, si con estos culiaos hemos tocado caleta de veces”, un crack. De momentos para la risa, y Black Metal del averno fue la presentación de los dueños de la jornada, quienes aprovecharon de promocionar su más reciente y segundo trabajo a la fecha, que vale decir está para partir cráneos.

Nuclear

Ya a eso de las 20:30 horas los Thrashers se disponían a cerrar la velada con el espectáculo más prolongado de los que vimos esa tarde/noche (en cuanto a números de temas tocados) pero así mismo el más apurado también, porque para alcanzar a tocar trece canciones casi al hilo, Nuclear tuvo que tocar a toda máquina ¡Si a ratos parecía que los estaba persiguiendo el demonio! Y si Nuclear tocando a una velocidad normal ofrecen un espectáculo que prende, tocando a mil por hora logran volar todas las cabezas dentro de un local. Era divertido ver a los jóvenes asistentes, corriendo y empujándose a más no poder en los mosh que se armaron a lo largo de todo el espectáculo. Tanto fue que hasta el vocalista bromeó al respecto. Aún así cabe destacar la garra de los que asistieron ¡¡Porque la rompieron!! casi todos los asistentes en su totalidad eran menores de edad y estuvieron gran parte de la tocata cabeceando, o mosheando a más no poder. Un par inclusive, llevó una bandera con el mensaje “AGUANTE NUCLEAR” tal como si se tratáse de un evento internacional, un gesto digno de aplaudir.

En lo personal los pequeños asistentes a esta jornada, tuvieron mucha más actitud que la manga de posers post-30 que prefiere ir a ver a un tributo a La batuta, y eso lo encuentro increíble, ¿pendejos o baby area? ¡Al carajo las etiquetas que los denigran! se valora que las nuevas generaciones apoyen el metal chileno original, como lo hicieron este fin de semana. Volviendo a lo que es Nuclear, la banda aprovechó la instancia y tocó los cortes calados de su nuevo trabajo, Jehovirus, fue así como pasaron fugaces “Brutal Yet Precise”, “Asphyxia”, “Criminal Solicitation” entre otras. Mejor aún fue escuchar temas antiguos de Heaven Denied, a una velocidad infernal ¡Era como estar en un recital de Los Ramones! a ese nivel de rapidez jajajá.

La única nota negra de la jornada fueron los problemas técnicos con el micrófono como les contábamos párrafos atrás. Desde la prueba de sonido se sabía que algo no andaba bien y los equipos del local rindieron cuentas justo cuando los chascones Thrashers estaban en escena, fue así como en más de una ocasión, Matías no se escuchó, y una de las guitarras se perdió completamente. Una real molestia, y lo único que opacó una velada que pudo ser perfecta. Ya llegando al final de la noche, el gigante vocalista recuerda un momento increíble de su carrera y dice a los presentes “Yo no sé, si acá estará alguno de los que fue a un show que dimos hace un par de años en un galpón [...] pero cuando tocamos este tema, me pasó la mejor hueá que me ha pasado tocando, ¡Nos tiraron un carro de supermercado al escenario! ¡¡Esto es Vindictive!!”, claramente después de eso el mosh fue no menor.

Ya siendo las nueve y media de la noche nos retirábamos tranquilos, mientras algunos compraban unos últimos souvenirs y discos en un pequeño stand en la entrada del recinto. Debo decir que si bien el metalero promedio santiaguino, no acostumbra a asistir a una tocata tan temprano, fue un agrado pasar una tarde de esta forma. Partiendo con una pilsener de media-tarde, una tocata brutal y luego saliendo a una hora decente del recinto muy prendido con la sensación de que el carrete recién estaba empezando. Se debería repetir más seguido esta dinámica, no es malo variar un poco y el mismo hecho de hacer esto una costumbre, logrará que más chascones se sumen a una futura iniciativa en este horario, que si bien no es la primera vez que se realiza, creo que debería suceder más seguido.

Fotos: Cristián Carrasco (FiestasRock.cl)