El pasado 18 de Febrero se realizó el festival Metal Empire al aire libre a las afueras de la ciudad de Ovalle, en la Región de Coquimbo, en la que se presentaron más de trece bandas de diferentes géneros del Metal en el escenario del camping de Camino a Sotaqui, donde se esperaba una alta concurrencia de publico de diferentes partes de la región.
El lugar donde se realizó el evento, si bien no era el más amplio, era bastante adecuado para la envergadura del evento, en la que podíamos apreciar tres sectores bien definidos entre zona de camping, que albergaba una cantidad no menor de carpas y la casa en donde vendían alimentos y bebestibles varios; El sector del escenario, que contaba con una estructura de metal con iluminación (no como vimos en Sendero Siniestro el año pasado) y el escenario que no era muy grande tampoco, pero cabían todos los integrantes de cada banda; Y finalmente el sector del rio donde uno podía pegarse un chapuzón para escapar del calor infernal de la zona durante el día.
Según se podía leer en el afiche, se esperaba que las bandas empezaran a tocar a las 1 de la tarde pero como se da en todas partes del país el atraso en el inicio del evento nos hizo esperar, no solo una o dos horas, sino que seis… si, seis horas, ya que la primera banda partió a eso de las siete de la tarde y no porque faltaran bandas con que empezar, ya que en lo que a mi me consta llegué al sitio en el bus proveniente de Valparaíso, el cual además transportó a Anuuruk, Sulthaur, Rotten Head, Wajardo, Beelzebuth, Metástasis y a Ophanims, por lo que siempre hubo grupos con que iniciar el cotejo, pero la producción del evento optó por esperar a que llegara una banda de la zona, Antares, quienes no solo llegaron excesivamente tarde, para más remate tocaron más covers que canciones propias.
Bueno, pero menos lloriqueo y hablemos de lo que nos convoca. En el evento hubo una mezcla entre bandas nuevas y otras con (mucho) más carrete, quienes fueron los que terminaron dando la nota alta del evento en su mayoría.
Entre las bandas más viejotas del evento, destacamos la actuación de Rotten Head quienes dejaron una gran impresión en el publico, con una gran potencia de principio a fin en la que destaco la actuación de Carlos García, por su desempeño en los tarros (a pesar del desperfecto en el bombo que tuvo a la banda parada por varios minutos, tiempo en que aprovecharon de hacer una que otra improvisación) y la de Cristian “Chocopanda” Morales (Voz) por el desplante.
Los de valpo no fueron los únicos que dieron la nota alta del evento, Metastasis por su parte también hizo de las suyas al dar el primer mosh de la jornada y tener encendido al publico durante toda su presentación, Hellraiser haciendo lo propio presentando su último trabajo Ceder Es Rendirse y Anuuruk por su lado destacó por la voz de Hiberg Urthoris, quien se mandaba unos guturales muy graves y unas voces más “sacerdotales” (por darle un nombre) igualmente oscuras, que llamaba mucho la atención.
De las bandas relativamente nuevas que se presentaron me gustaría destacar a los locales de Rebelión por haber subido al escenario igual con un guitarrista menos (cosa que se notó en el vacío que se generaba en los solos) e igualmente haber encendido al publico; y especialmente a los coquimbanos de Traucoholik que sencillamente LA CA-GA-RON (así tal cual). Si bien estos últimos tuvieron una serie de problemas al inicio del show, salieron al paso y mostraron su desplante escénico que era bastante entretenido de ver, sobretodo la mezcla de la canción Chamico, Weed Of The Devil con el clásico de Born To Be Wild, la adaptación de la cueca El Costillar llamada La Botella y el impresionante cierre de show con Katrulonco Wingka, que inicia con una tonada española con los instrumentos eléctricos más una bailarina de flamenco que deriva a tonadas mapuches con una Trutruca. Simplemente genial.
Por otro lado, hubieron bandas que quedaron al debe gracias al retraso mencionado más arriba que terminó afectando las presentaciones de Wajardo, Beelzebuth, Sulthaur, Ophanims y de Infernal Kingdom, cosa que fue una verdadera lástima porque en el caso de Wajardo, estaban todos muertos de la risa con el show entre canciones de Fabián (voz) presentando de manera tan simpática canciones de tan inocentes y sanos nombres como Vaginatariana, Barniz de Caca, Luterano (“si no es por el utero, es por el ano”) y Desgarro Anal, con su introducción con la tonada clásica de la película Grease (Brillantina), pero que de todas maneras el viñamarino tuvo que hacerla a la rápida. Por el lado de Ophanims, quienes hacen un Death Metal bien experimental, de ese al que hay que ponerle harta oreja, tocaron unas tres o cuatro canciones (ya a las 4AM la memoria falla) que tuvieron que presentarlas todos apurados, al igual que Beelzebuth. Infernal Kingdom que ademas de tocar poco, lo hicieron frente a poca gente ya que estuvieron al final y para Sulthaur no alcanzó el tiempo para presentarse y se quedaron abajo del escenario.
A nivel de organización, con éste festival nos quedamos con sentimientos encontrados pero siempre tirando para bien. En muchos aspectos el Metal Empire fue más de lo que esperaba ver: el sitio donde se realizó era bastante apto para un evento como este, con hartos lugares donde escoger para instalarse con las carpas, baño, el rio no muy lejos (hasta una cancha de fútbol había), el sector del escenario era relativamente extenso, bandas nuevas y bandas más viejas para todos los gustos, con un buen sonido y el escenario propiamente tal, si bien no era el más amplio, si estaba sobre una estructura metálica con iluminación y todo lo que debiera tener un escenario. Por ahí todo super bien y me alegro que haya sido de esa manera.
Por otro lado se echó de menos la iluminación hacia el público y en el camino a los diferentes sectores, el sonido empeoraba mientras más cerca del escenario uno estaba y la organización también debería ser más precavida a la hora de elegir que banda abre y la distribución de estas. Si bien los dos primeros “peros” no eran la gran cosa al fin de cuentas, en el último “pero” me quiero detener un poco porque fue el que más afectó al evento. En el afiche dice 13 Hrs. ¿Y qué paso? al final la primera banda empezó cerca de las 19 Hrs. Con la excusa de que la banda que abriría se demoró en llegar, cuando tenían bandas con que partir todo el tiempo. Independiente del criterio a la hora de determinar el orden de estas, un error como este terminó siendo bien perjudicial para las bandas ya que ocasionó que al final de la jornada éstas tuvieran que recortar su repertorio y que hubiese una que se quedara abajo, que por la hora en que terminó perfectamente pudieron ser dos. Junto con lo anterior, a último momento se confirmó la presentación de una banda tributo ¿Porqué pusieron a una banda tributo a malgastar tiempo en el festival teniendo tanta banda de mayor pelo?, ¿Que tiene que hacer una banda tributo en un espacio pensado para dar a conocer a las bandas de la zona y de otros lados? Estas cosas deberían estar definidas con tiempo y sobretodo tener un Plan B, C, D, #, @, % o como quieran llamarle en caso de haber imprevistos de última hora.
“Lo comido y lo bailado no lo quita nadie” dicen, si al final no todo es tan malo como puede darse a entender, uno lo pasa bien igual y los problemas que pudieron haber durante el evento en la practica pasan a segundo plano después de la tercera cerveza, ron pisco o cualquier brebaje alcohólico de dudosa procedencia que uno anduviese bebiendo, pero no puedo dejar de mencionar lo del párrafo anterior ya que este tipo de cosas crea un idea negativa mayor de lo que realmente es en lo que respecta a este tipo de eventos (ya que en cantidad fue sólo un error) y de paso perpetúa ese pensamiento de que se hacen las cosas mal porque “estamos en Chile”. No voy a desconocer la presión y el estrés inherente de estar en los zapatos del productor en el día del evento, en la que los nervios pueden jugar en contra, pero un atraso de esa extensión avala ciertas cosas como esa mala costumbre de que es mejor llegar (muy) tarde a las tocatas y festivales “porque jamas parten a la hora”, que se critique en exceso a las productoras de eventos locales por diferentes motivos o que se mantenga esa idea de que no se pueden organizar bien los festivales.
En síntesis, y haciendo el balance entre lo bueno y lo malo, el festival estuvo bastante bueno y es de esperar que el año que viene sea mejor todavía y no ocurra el atraso de las bandas que hubo en esta ocasión, que fue lo único que empañó el evento, y por la afluencia de público que fue menor a la del año pasado. En ese aspecto también se vio algo desfavorecido el festival ya que coincidió con el Bierfest de La Serena y otro evento masivo que no recuerdo su nombre ni ubicación, que al parecer se llevó a una buena cantidad de gente que pudo haber asistido. Pero son detalles, al final las ganas de volver quedan igual.