Six Magics tiene una fiel fanaticada, y eso no es nada nuevo. Cada vez que anuncian alguna presentación en vivo estos entusiasmados seguidores agotan las localidades lo antes posible. Cuando se supo del show del pasado 21 de junio en la SCD Bellavista ya era suficiente información para que esto se repitiera. Ni siquiera fue necesario promocionar el show masivamente; estaba todo vendido para un local que en su máxima expresión logra albergar a cerca de 100 personas. Ocho de la noche de un frío sábado y ya estábamos instalados en las cómodas butacas de la sala.
A las 20:15 horas estaba ya el quinteto en escena para interpretar consecutivamente Rolled y Icy Lips, ambas de su Falling Angels del 2012, las cuales fueron recibidas con la aclamación de la gente que repletaba el recinto. Muchos de ellos prefirieron quedarse parados en la parte posterior del lugar para así apoyar, cantar y cabecear la música de una manera más cómoda. Claro, si esto es metal y es difícil verlo sentado. “Somos Six Magics” dice Eli Vázquez en su primera intervención, donde aprovecha de presentar a los músicos entre los que aparece Diego Letelier en batería, personaje que también apoya el proyecto solista de Erick Ávila y encargado de reemplazar a Pablo Stagnaro que se encuentra de vacaciones en el viejo continente.
La virtuosa y veloz Another Name junto a la más pausada Why, también ambas de Falling Angels, continuaban la velada que se desarrollaba de forma impecable. La base de Do You Remember empezaba a sonar con los espontáneos aplausos de los acérrimos fans de los nacionales que coreaban el coro de uno de los destacados temas de su último trabajo de estudio, donde puedo confirmar que es tanta la pasión de Eli al cantar que muchas veces satura el sonido con el alto volumen de su voz sumado a la cercanía del micrófono a su boca, algo que en el caso de ser muy repetitivo puede resultar desagradable.
Se anuncia que en la noche habrán algunos ex integrantes de Six Magics. La histriónica vocalista presenta a “la mitad” o incluso a “la cuarta parte” de Pablo Proharam que toma la guitarra en reemplazo de Vicente Solucci para darle con la impecable Infinite Keeper. Pablo, en un elegante largo traje negro, entregaba lo mejor de sí en su instrumento que inesperadamente falló, por lo que tuvo que acudir al plan de contingencia y utilizar la guitarra de repuesto que estaba tras él, sin que esto pasara a mayores. También el invitado tomaba protagonismo haciendo los coros junto a Erick Avila para esta parte del show que vería su climax con la infaltable Caleuche. ¡Qué lindo volver a ver ese solo de guitarras nuevamente! Estoy seguro que si esto no hubiera sido en un lugar con butacas el recinto hubiera enloquecido de alegría al presenciar estas dos obras maestras de los “Mágicos”. La intervención de Proharan concluyó al bajar las revoluciones del concierto de la mano de Prince of Pure Light.
Se anuncia una sección en la que se mostrará algo del proyecto solista de Erick. De esta forma es como suena Binsfeld y Vica, canción que he podido apreciar con gusto luego de tantas fechas; un corte que a pesar de su bajo rimo con respecto al interpretado justo antes de él, logra una atmósfera ideal para poder contemplar musicalmente a un capo de las seis cuerdas. La propuesta de Ávila resulta muy agradable para aquellos que vienen ingresando a este nuevo estilo, si es que podemos llamar nuevo al metal instrumental. Vica resulta una excelente carta de presentación y lo transforma en un corte que puede ser digerido por un amplio espectro de público.
Sin pausas empieza a sonar ese tema homónimo de aquel “Animal” que cubre el fondo del escenario de la sala, el que culmina con gritos espontáneos. Tanta sorpresa preparada no lo hacía, claramente, un show normal. Se llama al “reemplazo del Vicho” (que sufrió de bullying durante varios pasajes de la noche) don Gabriel Hidalgo acompañado del personaje Ives Gulle, el cual anunciaba la interpretación de una canción de Laura León. Payasadas iban y venían, lo que hacía plasmar ante nosotros un ambiente ideal para hacer música entre amigos. A modo de homenaje, a dúo realizaban el cover de un clásico de Skid Row titulado I Remember You. No sé si atribuirlo a alguna descoordinación, falta de ensayo, Etc., pero se nota cuando prácticamente se improvisa el “a quién le toca” al darle con una canción, lo cual acá vi reflejado en ciertas situaciones. Ives aprovecha la instancia para agradecer a una fanática que falleció esa semana que se llamaba Verónica Bastidas, quien se llevó la ovación local.
Luego de ese momento de respeto, el vocalista nos presentaba parte de su material con Husar, de la mano de Lamentos, el primer single que empezó a sonar quizás hace seis años atrás, y que ahora ubican al proyecto de Gullé como uno de los más destacados del medio. En esta ocasión se repartieron los muchos personajes históricos que son parte de ese corte, de manera que se hizo sólo para que la canción saliera al aire para mantener vigente este fenómeno que relata las aventuras de Manuel Rodríguez Erdoíza en la historia de Chile.
Eli toma la palabra; molesta un poco al invitado Gabriel Hidalgo y luego se encarga de presentar a Trauco, que personalmente resultó una agradable sorpresa que imagino mayor para los presentes. Acá por lo menos se logró ver que hubo más ensayo, en una situación que sería cumplir un sueño de Ives Gullé quien se mostraría un fanático más de Six Magics.
Continuaban las palabras de agradecimiento en general, dentro de las cuales algunas iban dirigidas a los que hacemos prensa metalera. Por nuestro lado agradecemos el reconocimiento. La balada They fue el corte que calmaría un poco las revoluciones de la tocata, que dejó la sala completamente a oscuras en su término, que finalizaba la primera parte del show. Los miembros abandonar su lugar y dejan pasar unos instantes en que los asistentes gritan pidiéndolos de regreso.
El primero en reaparecer fue Vicente Solucci que fue apoyado luego de tanto bullying: “olé, olé, olé, olé… Vichooo…!”. Behind the Sorrow fue interpretada de forma tan impecable, que provocó que un fanático subiera al escenario con un ramo de flores para la vocalista y un presente para el resto de la agrupación. Da palabras de agradecimiento a los músicos y dice que ella es una gran mujer.
Empiezan a pedir Falling Angels y la tocan de inmediato para dar término a una acogedora noche de metal sellándola con una de las destacadas canciones de su último larga duración. En términos generales, el sonido fue casi perfecto debido a que el bombo sonó a bajo volumen en gran parte de la noche. No sé si se lo “comía” el implacable bajo de Mauricio Nader o si era un problema de volumen desde los controladores de sonido. Por otro lado, Six Magics acostumbra en sus presentaciones a mostrar algún cover de alguna agrupación internacional, que en este caso fue de Skid Row. Ante esto sólo puedo pedir que al momento de ser dúos, estos sean más ensayados y que no parezca que sea una canción más en el set para rellenar. El quinteto cuenta con más temas propios que quizás deberían tomar ese lugar en el en vivo.
Siempre es un agrado ver a Six Magics, y esta vez no fue la excepción.